La falta de recursos en Andalucía para jóvenes mayores de edad que llegaron a España siendo menores en una situación irregular ha impulsado a Fundación SAMU y a Cáritas Diocesana de Sevilla a poner en marcha, de forma conjunta, un proyecto de emancipación e inclusión social en Montequinto (Sevilla)dirigido a este colectivo.
Este proyecto social, que arrancó en el invierno de 2019, consiste en la habilitación de un piso en el que conviven cuatro jóvenes de 18 años y que anteriormente estuvieron en el ARB Miguel de Mañara de Montequinto (Sevilla), un centro especializado en la atención de menores extranjeros no acompañados gestionado por SAMU. Es el tercer recurso para mayores de edad con el que cuenta la Fundación, junto con los centros de jóvenes ex tutelados migrantes (JEM) de Valencina y Polanco, ambos en la provincia de Sevilla.
En este piso de Montequinto conviven Samuel Sahnen, Bilal El-Guemry, Mohamed Mgniti y
Badr Bencheick. Todos ellos tienen 18 años y llegaron a las costas andaluzas en 2018 en patera tras un difícil viaje.
Al llamar al timbre de este particular hogar, es Bilal El-Guemry el que abre la puerta y da la bienvenida a su casa, un tercero sin ascensor. El piso consta de dos habitaciones con dos camas cada una, más un cuarto-vestidor, salón-comedor, un cuarto de baño y cocina. La decoración es sencilla y todo está muy ordenado.
Antes de enseñar la casa, los jóvenes se sientan en la mesa del comedor para relatar cómo han llegado desde su país de origen hasta ese piso que consideran “una gran oportunidad” para lograr su sueño de labrarse un futuro en España. Sólo falta Mohamed Mgniti, que estos días se encuentra fuera de Sevilla por un asunto familiar.
Badr Bencheick, musulmán y natural de Marruecos, es el encargado de romper el hielo. Llegó a las costas de Cádiz en agosto de 2018 en una patera. “Sufrimos mucho, estuvimos tres días en el mar”, recuerda el joven, que actualmente estudia un curso de Formación Profesional Básica de Peluquería.
Ese mismo verano llegó también en una patera a Barbate su compañero Bilal El-Guemry, natural de Marruecos. “Fue muy duro. Al llegar, me llevaron a unas dependencias policiales hasta que me enviaron a un centro de menores”, recuerda el joven, que ahora estudia un curso de FP Básica de Mecánica. “Decidí emigrar porque en Marruecos no tenía ningún tipo de oportunidad ni futuro. Quería estudiar y si me quedaba, terminaría trabajando en el campo como única opción”.
La historia de Samuel Sahnen es la más impactante de las tres, dada la edad que tenía cuando se marchó de Camerún, su lugar de origen: 15 años. Con rostro serio y sin ningún tipo de pausa, el joven relata cómo el conflicto político que sufre su país desde 2016, el conocido como problema anglófono (los líderes de la antigua zona británica piden una mayor autonomía o la secesión en lo que sería la República de Ambazonia), le obligó a huir solo, sin su familia. “No había colegio, todo era un caos. Había una guerra militar. No tenía futuro”, explica con semblante serio y palabras atropelladas.
De Camerún pasó a Nigeria, donde estuvo varios días sin poder contactar con su familia. Y de allí pasó a Níger, donde estuvo cuatro meses. “No tenía dinero para llegar a Argelia y trabajé para un hombre que se dedicaba a pasar de forma irregular a personas por la frontera, hasta que conseguí el dinero y pude pasar yo también”, continúa el joven, que recuerda cómo le estafaron en Argelia, donde estuvo 14 meses trabajando hasta que pudo cruzar a Marruecos y de ahí a España en una embarcación sin motor, con remos. “Salimos a las diez de la noche y llegamos a las seis de la tarde. Nos interceptaron en medio del mar, a la deriva, y nos llevaron a Tarifa. Estuvo en varios centros de menores antes hasta que llegó al ARB Miguel de Mañara (Sevilla).
“En SAMU me han tratado siempre muy bien. Yo soy católico y en Miguel de Mañara había 28 chicos musulmanes, pero nunca hemos tenido problemas de convivencia, tampoco en el piso. Respetamos las creencias de cada uno”, señala Samuel, en cuyo cuello cuelga una cruz de madera y que hace unos meses se confirmó en la parroquia de San Juan Pablo II de Montequinto, cuya comunidad realiza numerosas actividades con los chicos de Miguel de Mañara.
Al igual que sus compañeros, Samuel también está estudiando, en concreto un grado medio de Instalaciones Eléctricas y Automáticas. Los tres se expresan perfectamente en español, aunque reconocen que a veces les cuesta entender algunas lecciones en clase.
En la casa se respira un ambiente de buen rollo. Existe complicidad y respeto entre ellos. “Son muy buenos chicos, los mejores”, destaca Hassan Al Haffar, educador de Miguel de Mañara y que esta tarde ha querido acompañar a los chicos en la entrevista por si hubiera algún problema de comprensión.
“Cuando estos chicos cumplen la mayoría de edad, todo el trabajo que se ha hecho previamente con ellos en los centros de menores se corta. Por esta razón es tan importante que existan recursos de este tipo. Permiten a los chicos seguir progresando en la sociedad y que realmente tengan una oportunidad en la vida, aunque, por desgracia, hay muy pocos recursos para mayores de edad”, comenta el educador.
Este proyecto ha sido posible gracias a los acuerdos de colaboración firmados en marzo de 2018 entre Fundación SAMU y Cáritas que permiten a ambas entidades apoyarse en el desarrollo de proyectos.
A raíz de estos acuerdos, Cáritas ofrece apoyo de voluntariado al centro de menores de Miguel de Mañara. Este convenio incluye trabajo voluntario con menores, apoyo extraescolar, actividades lúdicas y deportivas, y la participación de los menores del centro residencial en el campamento de ocio y tiempo libre programado por la Parroquia San Juan Pablo II. Es aquí donde Cáritas conoce a Mohamed, Bilal, Badr y Samuel, que además participa de forma activa en la parroquia, y los selecciona para este proyecto piloto.
“Aunque estos chicos sean mayores de edad, nuestra labor ahora es orientarles, asesorarles y apoyarles”, explica Julia Almeida, directora del proyecto. “Un educador, una psicóloga y yo misma visitamos con frecuencia a los chicos para hacerles un seguimiento, ayudarles en lo que necesiten y ofrecerles una orientación formativa y laboral. Ya no hacemos una labor de acompañamiento, como hacemos con los menas, pero sí de asesoramiento”.
Tras la conversación en el salón, los tres chicos enseñan su casa a la periodista y a la fotógrafa, que les persigue con su cámara captando cada detalle, algo que causa cierta vergüenza a los jóvenes. Badr comparte habitación con Samuel, que para Julia Almeida es el referente del grupo, el líder. En la otra habitación, duermen Mohamed y Bilal.
Los chicos reconocen que la convivencia es buena y que se reparten entre todos las tareas domésticas. “Por lo general, limpiamos a fondo el fin de semana”, explica Badr, que se autoproclama entre risas como el cocinero de la casa. Su plato estrella es el pollo con patatas.
Samuel y Bilal bromean con Badr, estudiante de Peluquería, y aseguran que no dejan que su compañero les pele. “Está aprendiendo aún”, se excusa Samuel al mismo tiempo que muestra una guitarra que hay en el salón. “Él también está aprendiendo a tocar la guitarra”, se ríen todos.
Los chicos coinciden en afirmar que a pesar de haber estado tantos días juntos y sin salir a la calle durante el confinamiento, la convivencia es buena y se tienen mucho respeto.
SAMU Xsports: una nueva aventura
/en Salud y emergenciasEn enero, SAMU dio un paso más en sus procesos de diversificación e internacionalización con la cobertura médica de la Titán Series de Arabia Saudí, la carrera ciclista por etapas que llevó a 150 deportistas a cruzar 300 kilómetros de remotos desiertos del país de la península arábiga. Las condiciones fueron extremas para los participantes, y también para el equipo de SAMU. La entidad cosechó un gran éxito en su particular meta, que consiste en cuidar de las personas, y demostró sus magníficas condiciones para estar al frente de este tipo de coberturas internacionales de máximo riesgo.
Para canalizar estas experiencias y capacidades logísticas y humanas, nace SAMU Xsports, una nueva área dentro de la entidad. Bajo la dirección de Sergio Vitrián, esta unidad se encargará de la organización de coberturas sanitarias para deportes extremos y de aventuras, en lugares remotos, “allí donde los medios convencionales no tienen capacidad de actuación”, tal y como apunta el nuevo responsable de dispositivos deportivos de SAMU. “Desde la organización se han llevado a cabo muchos proyectos de forma exitosa, pero hasta ahora todos esos proyectos se han gestionado de forma independiente. La idea es que esta nueva unidad aglutine todo el trabajo y que funcione sobre la base de SAMU, pero con la mayor autonomía posible”, explica el responsable.
SAMU Xsports está al servicio de entidades públicas y privadas, y trabajará en un sector en alza en disciplinas como el ciclismo, la maratón, el trail y ultratrail, las travesías a nado, las carreras de orientación o los ralis y otras pruebas a motor.
Vitrián, que procede del sector, explica que SAMU ofrece una capacidad organizativa y humana del máximo nivel internacional, además de una relevante experiencia en misiones de este tipo.
Estas capacidades logísticas y el uso de nuevas tecnologías desempeñan un papel fundamental para trabajar en entornos remotos, incomunicados e inhóspitos, que son la esencia de este tipo de pruebas extremas de aventura.
En estos apartados, SAMU destaca por el uso de medios de última generación como comunicaciones satélite y sistemas de geolocalización de los participantes y recursos sanitarios; por la capacidad de coordinación de dispositivos de emergencia en tiempo real desde cualquier punto; y por la disponibilidad de vehículos todoterreno medicalizados y la posibilidad de realizar traslados aéreos.
SAMU también marca diferencias por la capacidad de logística de campaña que es capaz de desplegar, con hospitales de campaña, puestos de mando, campamentos, material de rescate y otros recursos. Además, la entidad ha adquirido una experiencia única en bioseguridad durante la pandemia.
La misión de enero en la Titán Series de Arabia Saudí es un hito en SAMU por tratarse de la cobertura sanitaria más lejana realizada por la entidad hasta la fecha. Sin embargo, la experiencia de la organización en eventos deportivos abarca más de 14 años e incluye eventos multitudinarios como la Zúrich Maratón de Sevilla, con 13.000 participantes; la KH-7 Carrera Nocturna del Guadalquivir, con 20.000; la Titán Desert de Marruecos; o los propios dispositivos de emergencias sanitarias del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán en los partidos del Sevilla FC.
Sergio Vitrián también pone de relieve el valor humano que existe dentro de la propia entidad, que tiene su origen, en parte, en la actividad de Escuela SAMU y sus programas de medicina de emergencias: personas con conocimientos, gran capacidad de liderazgo, logística y organización, polivalencia, experiencia, resiliencia, capacidad de adaptación y profesionalidad. “Tenemos a los mejores profesionales”, apunta.
Vitrián se encarga estas semanas de la puesta a punto de SAMU Xsports, para su consolidación cuando superemos estos momentos de convulsión en el mundo del deporte, en el que los grandes eventos están siendo aplazados al último trimestre de 2020 o a 2021 como consecuencia de la pandemia. “El reto es empezar de cero, el sector está parado y debe reactivarse con la colaboración de todos. Pronto empezaremos a montar nuevos proyectos, estamos muy ilusionados con lo que viene”, señala. ç
La “empatía absoluta” con el participante, la colaboración institucional, la apuesta por las nuevas tecnologías, el desarrollo de nuevos procedimientos y herramientas de control, y la optimización de recursos con máxima calidad del servicio son los retos que afronta SAMU en el desarrollo de esta nueva unidad, que abre el camino a la presencia de compañeros de la organización en más eventos deportivos de primera magnitud internacional.
Proyecto Cáritas-Fundación SAMU: Un hogar para empezar una vida
/en Acción social, Fundación SAMULa falta de recursos en Andalucía para jóvenes mayores de edad que llegaron a España siendo menores en una situación irregular ha impulsado a Fundación SAMU y a Cáritas Diocesana de Sevilla a poner en marcha, de forma conjunta, un proyecto de emancipación e inclusión social en Montequinto (Sevilla)dirigido a este colectivo.
Este proyecto social, que arrancó en el invierno de 2019, consiste en la habilitación de un piso en el que conviven cuatro jóvenes de 18 años y que anteriormente estuvieron en el ARB Miguel de Mañara de Montequinto (Sevilla), un centro especializado en la atención de menores extranjeros no acompañados gestionado por SAMU. Es el tercer recurso para mayores de edad con el que cuenta la Fundación, junto con los centros de jóvenes ex tutelados migrantes (JEM) de Valencina y Polanco, ambos en la provincia de Sevilla.
En este piso de Montequinto conviven Samuel Sahnen, Bilal El-Guemry, Mohamed Mgniti y
Badr Bencheick. Todos ellos tienen 18 años y llegaron a las costas andaluzas en 2018 en patera tras un difícil viaje.
Al llamar al timbre de este particular hogar, es Bilal El-Guemry el que abre la puerta y da la bienvenida a su casa, un tercero sin ascensor. El piso consta de dos habitaciones con dos camas cada una, más un cuarto-vestidor, salón-comedor, un cuarto de baño y cocina. La decoración es sencilla y todo está muy ordenado.
Antes de enseñar la casa, los jóvenes se sientan en la mesa del comedor para relatar cómo han llegado desde su país de origen hasta ese piso que consideran “una gran oportunidad” para lograr su sueño de labrarse un futuro en España. Sólo falta Mohamed Mgniti, que estos días se encuentra fuera de Sevilla por un asunto familiar.
Badr Bencheick, musulmán y natural de Marruecos, es el encargado de romper el hielo. Llegó a las costas de Cádiz en agosto de 2018 en una patera. “Sufrimos mucho, estuvimos tres días en el mar”, recuerda el joven, que actualmente estudia un curso de Formación Profesional Básica de Peluquería.
Ese mismo verano llegó también en una patera a Barbate su compañero Bilal El-Guemry, natural de Marruecos. “Fue muy duro. Al llegar, me llevaron a unas dependencias policiales hasta que me enviaron a un centro de menores”, recuerda el joven, que ahora estudia un curso de FP Básica de Mecánica. “Decidí emigrar porque en Marruecos no tenía ningún tipo de oportunidad ni futuro. Quería estudiar y si me quedaba, terminaría trabajando en el campo como única opción”.
La historia de Samuel Sahnen es la más impactante de las tres, dada la edad que tenía cuando se marchó de Camerún, su lugar de origen: 15 años. Con rostro serio y sin ningún tipo de pausa, el joven relata cómo el conflicto político que sufre su país desde 2016, el conocido como problema anglófono (los líderes de la antigua zona británica piden una mayor autonomía o la secesión en lo que sería la República de Ambazonia), le obligó a huir solo, sin su familia. “No había colegio, todo era un caos. Había una guerra militar. No tenía futuro”, explica con semblante serio y palabras atropelladas.
De Camerún pasó a Nigeria, donde estuvo varios días sin poder contactar con su familia. Y de allí pasó a Níger, donde estuvo cuatro meses. “No tenía dinero para llegar a Argelia y trabajé para un hombre que se dedicaba a pasar de forma irregular a personas por la frontera, hasta que conseguí el dinero y pude pasar yo también”, continúa el joven, que recuerda cómo le estafaron en Argelia, donde estuvo 14 meses trabajando hasta que pudo cruzar a Marruecos y de ahí a España en una embarcación sin motor, con remos. “Salimos a las diez de la noche y llegamos a las seis de la tarde. Nos interceptaron en medio del mar, a la deriva, y nos llevaron a Tarifa. Estuvo en varios centros de menores antes hasta que llegó al ARB Miguel de Mañara (Sevilla).
“En SAMU me han tratado siempre muy bien. Yo soy católico y en Miguel de Mañara había 28 chicos musulmanes, pero nunca hemos tenido problemas de convivencia, tampoco en el piso. Respetamos las creencias de cada uno”, señala Samuel, en cuyo cuello cuelga una cruz de madera y que hace unos meses se confirmó en la parroquia de San Juan Pablo II de Montequinto, cuya comunidad realiza numerosas actividades con los chicos de Miguel de Mañara.
Al igual que sus compañeros, Samuel también está estudiando, en concreto un grado medio de Instalaciones Eléctricas y Automáticas. Los tres se expresan perfectamente en español, aunque reconocen que a veces les cuesta entender algunas lecciones en clase.
En la casa se respira un ambiente de buen rollo. Existe complicidad y respeto entre ellos. “Son muy buenos chicos, los mejores”, destaca Hassan Al Haffar, educador de Miguel de Mañara y que esta tarde ha querido acompañar a los chicos en la entrevista por si hubiera algún problema de comprensión.
“Cuando estos chicos cumplen la mayoría de edad, todo el trabajo que se ha hecho previamente con ellos en los centros de menores se corta. Por esta razón es tan importante que existan recursos de este tipo. Permiten a los chicos seguir progresando en la sociedad y que realmente tengan una oportunidad en la vida, aunque, por desgracia, hay muy pocos recursos para mayores de edad”, comenta el educador.
Este proyecto ha sido posible gracias a los acuerdos de colaboración firmados en marzo de 2018 entre Fundación SAMU y Cáritas que permiten a ambas entidades apoyarse en el desarrollo de proyectos.
A raíz de estos acuerdos, Cáritas ofrece apoyo de voluntariado al centro de menores de Miguel de Mañara. Este convenio incluye trabajo voluntario con menores, apoyo extraescolar, actividades lúdicas y deportivas, y la participación de los menores del centro residencial en el campamento de ocio y tiempo libre programado por la Parroquia San Juan Pablo II. Es aquí donde Cáritas conoce a Mohamed, Bilal, Badr y Samuel, que además participa de forma activa en la parroquia, y los selecciona para este proyecto piloto.
“Aunque estos chicos sean mayores de edad, nuestra labor ahora es orientarles, asesorarles y apoyarles”, explica Julia Almeida, directora del proyecto. “Un educador, una psicóloga y yo misma visitamos con frecuencia a los chicos para hacerles un seguimiento, ayudarles en lo que necesiten y ofrecerles una orientación formativa y laboral. Ya no hacemos una labor de acompañamiento, como hacemos con los menas, pero sí de asesoramiento”.
Tras la conversación en el salón, los tres chicos enseñan su casa a la periodista y a la fotógrafa, que les persigue con su cámara captando cada detalle, algo que causa cierta vergüenza a los jóvenes. Badr comparte habitación con Samuel, que para Julia Almeida es el referente del grupo, el líder. En la otra habitación, duermen Mohamed y Bilal.
Los chicos reconocen que la convivencia es buena y que se reparten entre todos las tareas domésticas. “Por lo general, limpiamos a fondo el fin de semana”, explica Badr, que se autoproclama entre risas como el cocinero de la casa. Su plato estrella es el pollo con patatas.
Samuel y Bilal bromean con Badr, estudiante de Peluquería, y aseguran que no dejan que su compañero les pele. “Está aprendiendo aún”, se excusa Samuel al mismo tiempo que muestra una guitarra que hay en el salón. “Él también está aprendiendo a tocar la guitarra”, se ríen todos.
Los chicos coinciden en afirmar que a pesar de haber estado tantos días juntos y sin salir a la calle durante el confinamiento, la convivencia es buena y se tienen mucho respeto.
La Escuela de Oficios amplía su oferta con habilidades digitales
/en Acción social, Escuela SAMULa Escuela de Oficios SAMU, en colaboración con el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ), impartió en julio tres talleres prácticos sobre nuevas tecnologías a jóvenes desempleados de entre 14 y 30 años: Diseño de Aplicaciones Móviles, Diseño Gráfico y Community Manager. Esta iniciativa formativa de carácter gratuito se enmarca dentro del programa Nativos Digitales y ha recibido una magnífica acogida: 200 jóvenes interesados en trabajar en el sector de las nuevas tecnologías han llenado las plazas ofertadas en esta primera edición.
El 16 de julio, el director del IAJ, David Morales Zamora, acudió a la Escuela de Oficios de SAMU con motivo de la inauguración del programa formativo. Al acto también asistieron el subdirector del IAJ, Antonio José Redondo, y la directora del centro, Lourdes Vázquez, así como varios miembros de la dirección de SAMU.
Los tres cursos se impartieron de forma semipresencial (dos días online y uno presencial, que incluye la realización de prácticas), con una duración total de doce horas lectivas.
Así, del 14 al 17 de julio se desarrolló el primero de los cursos, el de Community Manager, en el que los alumnos adquirieron conocimientos sobre esta figura profesional y sus funciones más utilizadas, así como de las distintas redes sociales y cómo hacer una campaña creativa en Facebook.
Del 21 al 24 de julio se desarrolló el taller de Diseño Gráfico, dedicado a conocer los fundamentos básicos del diseño y ponerlos en práctica mediante un programa de diseño gráfico. Los alumnos aprendieron nociones de composición, teoría del color y tipografías, así como el manejo de las herramientas principales.
Por último, del 28 al 31 de julio se impartió el taller de Diseño de Aplicaciones Móviles, que tenía como finalidad descubrir los procesos y nociones básicas para crear una aplicación en plataformas de telefonía. Incluyó los módulos sobre el negocio de las Apps, diseño de aplicaciones y diseño de una aplicación básica.
“En la era digital, herramientas como las redes sociales, las aplicaciones móviles y el diseño gráfico cobran un papel muy importante en las empresas, ya que necesitan comunicar y desarrollar su actividad, productos o servicios. Las innovaciones en el campo de la informática y el diseño son constantes, haciendo que cada vez existan más herramientas tecnológicas disponibles y creando nuevas oportunidades laborales”, apuntan desde la Escuela de Oficios (EOF).
El Instituto Andaluz de la Juventud estableció a finales del año pasado un acuerdo de colaboración con la Escuela de Oficios SAMU con la finalidad de ofrecer a los jóvenes herramientas que favorezcan su autonomía y ayudarles a incorporarse con éxito al mercado laboral. En este sentido, el director general del IAJ, David Morales, expresó “la necesidad de crear y potenciar este tipo de acciones para la juventud, al objeto de dar una formación práctica que consiga su empleabilidad”.
El programa Nativos Digitales se enmarca en dicho acuerdo para fomentar la inserción laboral de los jóvenes andaluces.
La Escuela de Oficios (EOF) cuenta con un complejo de 18.000 metros cuadrados localizado en el municipio de Gelves (Sevilla) y dotado con diversos espacios para la realización de las prácticas profesionales. Dicha escuela ofrece una amplia oferta formativa en sectores y oficios con alta empleabilidad en España.
La EOF es una empresa social de SAMU, dedicada a desarrollar e impartir diferentes programas formativos a jóvenes en riesgo de exclusión social, con el objetivo de darles las herramientas necesarias para convertirse en adultos autónomos y responsables, así como favorecer su inclusión en el mercado laboral.
Los cursos ofertados hasta la fecha se han centrado en aquellos sectores y oficios que tienen alta empleabilidad en España (construcción, servicios sociales, hostelería, jardinería, entre otros) que se llevan a cabo a desde una perspectiva integradora ligada al contexto profesional, vinculando los aspectos teórico-prácticos y atendiendo a las distintas dimensiones de las competencias profesionales.
Los responsables de la Escuela de Oficios y el IAJ ya trabajan en la programación de nuevos cursos.
Menas titulados en ESO con matrícula en superación
/en Acción socialEn un curso académico desconcertante por la irrupción de la Covid-19 y posterior confinamiento, que obligó a suspender las clases y continuar a contrarreloj la formación a través de internet, varios menores extranjeros que habitan en centros de Fundación SAMU han conseguido obtener sus títulos de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) dando un ejemplo de perseverancia. Con el apoyo de sus tutores en SAMU, han superado todas las dificultades propias de su integración en España y la traba del idioma para terminar con éxito esta primera fase de sus estudios. Algunos de ellos incluso lo han hecho en un tiempo récord.
Bader K., de 17 años y natural de Marruecos, y Daouda V., de 16 años y nacido en Costa de Marfil, son motivo de orgullo para sus educadores en el ARB Miguel de Mañara, en Sevilla. Ambos han obtenido su título de ESO este curso en el IES Mariana Pineda, cuyos profesores le han prestado una atención providencial para conseguir su objetivo. Lo han hecho en menos de un año y esto tiene un mérito especial porque el punto de partida de estos chicos no es el mismo que el de sus compañeros españoles.
«Al principio no entendía nada, sobre todo en la asignatura de Historia, pero después empecé a entender lo que se hablaba en las clases y a estudiar a través de los libros”, recuerda Bader, que llegó a España el 8 de mayo de 2019.
Antonio Luis Ojeda, educador en el centro de Montequinto, ensalza la actitud de ambos jóvenes como “ejemplares”. “Durante el confinamiento han demostrado ser unos luchadores. Siempre han estado intentando mejorar y entregar toda la tarea posible, y eso que no ha sido poca. Han pedido ayuda a los profesores para completar sus ejercicios, han sido enormemente responsables. Daouda, además, ha complementado sus estudios con el deporte, porque es un amante del fútbol y entrena a diario. También son chicos que se muestran colaboradores y ofrecen su ayuda a diario para cualquier tarea del centro. Son un ejemplo a seguir para el resto de compañeros”.
En el ISL Dúrcal (Granada), Mohamed A., Hicham K. Mohamed A. y Abdellah A. se suman a esta nueva hornada de titulados en ESO. Comparten una motivación: encontrar un trabajo que les permitan tener una vida estable en España, “un futuro”, y poder ayudar a sus familias. Y ese impulso es el que les lleva a superar etapas en su formación, nunca sin dificultades. En estos meses, varios de ellos hacen prácticas laborales en un supermercado de la empresa Covirán. Están muy ilusionados.
Beatriz, Técnica en Inserción Social y Laboral en el centro de Dúrcal, destaca de estos jóvenes su “voluntad de avanzar hacia sus sueños” y su enorme flexibilidad y “capacidad de adaptarse a los cambios”.
“Ellos son persistentes, tienen claro a qué han venido y es difícil que nada los pueda desviar de su camino. Tienen que superar dificultades como la barrera idiomática y el no disponer de lazos sociales en nuestro país, pero se han integrado perfectamente en la dinámica del centro y son activos y colaboradores. Hicham, por ejemplo, es tan colaborador que se ha convertido casi en uno más de nuestro equipo de trabajo para las tareas cotidianas. Mohamed A. era un chico tímido y retraído; hoy es una persona alegre y extrovertida, y tiene un alto grado de autonomía. Son ejemplos de cómo evolucionan estos chicos no solo en el plano educativo, sino también en el humano”.
Achraf M., de 16 años y natural de Casablanca (Marruecos), llegó a España el 3 de agosto de 2019 en una barca inestable en la que se apiñaban 40 personas. Desde entonces, ha pasado por tres centros de atención a Menores Extranjeros no Acompañados (menas), el último, el ISL Cortijo, en Jimena de la Frontera (Cádiz). Gracias al apoyo de sus compañeros y docentes en el IES Castilla del Pino, y de sus educadores de Fundación SAMU, Achraf tiene el título de la ESO después de un año de trabajo.
“Achraf ha pasado de ser una persona que no hablaba con casi nadie, incluso ni en árabe, a abrirse poco a poco e ir expresando cada vez más y más sus opiniones e ideas”, analiza Iván Ramírez, educador en ISL Cortijo. “Es un chico tímido pero inteligente. Tiene claro sus objetivos, ha querido seguir formándose y mejorar poco a poco su vida. Es un luchador de los pies a la cabeza, en menos de un año ha conseguido sacarse el título, con lo que implica. Es todo un reto que no todo el mundo puede lograr”, apunta.
El joven explica que su sueño es “poder vivir tranquilo, tener un buen trabajo y una casa”, y poder ayudar a su familia “en todo lo que necesite”. En el horizonte de los 18 años, como el resto de los protagonistas de este reportaje, vivirá una cuenta atrás para terminar su formación y encontrar ese empleo soñado que le permita afianzar su proyecto de vida en España. El equipo de Fundación SAMU estará a su lado, acompañándole tanto en sus frustraciones como en sus logros.
El Sauzal: un fortín frente al coronavirus
/en Acción social, Covid-19, Fundación SAMUNoemí Santana, consejera de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias, y Miguel Montero, director general de Dependencia y Discapacidad, realizaron en julio una visita al centro de personas en situación de dependencia derivada de discapacidad física de El Sauzal, en Tenerife, gestionado desde enero por Fundación SAMU.
Recibidos por María José Tinoco, directora del Área de Discapacidad de SAMU, y Alberto Pastor, director del centro, los representantes gubernamentales se interesaron por las medidas preventivas ante la Covid-19 implantadas en esta residencia así como por la gestión del centro, que dispone de 37 plazas para residentes y otras 19 para usuarios del centro de día.
Tanto Santana como Montero quisieron dar visibilidad a la exhaustiva gestión ante el coronavirus que se ha realizado en los centros para personas con discapacidad en la región y transmitir tranquilidad a los familiares de los usuarios.
La consejera explicó que el centro para personas con discapacidad de El Sauzal se había convertido en “el primero de este tipo que ha abierto a visitas e ingresos” tras el estado de alarma. “Las 19 personas del centro de día que vienen aquí de lunes a viernes conviven con todas las medidas higiénicas y de seguridad con 37 residentes que han estado encerrados aquí durante la crisis sanitaria como en un fortín cerrado a cal y canto, sin recibir ninguna entrada del exterior para proteger su salud”, explicó Santana.
En este sentido, la consejera destacó “los protocolos tan estrictos que se han establecido para recuperar ahora la nueva normalidad, con las visitas de familiares y amistades, tan necesarias para los usuarios del centro, y que durante casi cuatro meses no pudieron producirse”.
El director general de Dependencia y Discapacidad detalló los protocolos que se han incorporado al centro de El Sauzal, en un momento en el que la crisis sanitaria continúa activa en el país. “No sólo hay toma de temperatura antes de entrar a las instalaciones, sino que también se realizan consultas previas a familiares. Se garantizan circuitos separados, se generan espacios limpios… Son protocolos muy estrictos que se han inaugurado en este centro con la idea de que sean ejemplo y modelo para el resto de los centros de la región”.
“Somos un ejemplo de la gestión, la única comunidad de todo el Estado que ha hecho los test PCR a todo el personal de sus centros, así como a residentes”, afirmó Noemí Santana, al tiempo que destacó la incidencia tan baja de positivos con “solo 12 personas de más de 3.500 test realizados” durante las semanas más problemáticas de la crisis sanitaria.
SAMU se hizo cargo en enero, a través de su Fundación, de este centro que ofrece servicios de enfermería, terapia ocupacional, trabajo social, atención psicológica, logopedia e integración social, entre otros servicios.
Previamente, Fundación SAMU se hizo cargo de la titularidad del Hogar San Lázaro, centro de Santa Cruz de Tenerife especializado en atención a pacientes con discapacidad intelectual y/o trastorno mental grado 1 y 2, con capacidad para 16 usuarios.
La entidad cuenta con servicios de urgencias y emergencias en la comunidad a través de una unidad medicalizada, además de una unidad colectiva de soporte vital básico. Esta unidad ya ofrece sus servicios a entidades públicas y privadas, y ha prestado cobertura a la cabalgata de Reyes de Tacoronte (Tenerife), además de otros servicios en El Hierro. SAMU mantiene negociaciones abiertas con un centro privado y el 112 de Canarias para ofrecer su colaboración cuando los servicios de ambulancias públicas estén saturados.
Dispositivos sanitarios frente a la Covid-19 en Andalucía
/en Covid-19, Fundación SAMU, Salud y emergenciasCualquier análisis de la respuesta que ha dado el sistema sanitario en los peores momentos de la pandemia pone hoy de manifiesto el alto valor de la colaboración público-privada para atender de manera urgente y eficaz las necesidades de la población. Así, en situaciones de extrema gravedad como las vividas durante el estado de alarma, alianzas estratégicas como la de la Junta de Andalucía y Fundación SAMU han permitido salvar la vida a decenas de personas afectadas por la Covid-19 o en serio riesgo de contraer el virus.
Dos dispositivos de SAMU han sido ensalzados como modelos de esta unión entre administraciones públicas y entidades privadas. Así, de la noche a la mañana, y esto es literal, el hotel Ilunion Alcora, en San Juan de Aznalfarache (Sevilla), pasó de ser un lugar para el hospedaje de visitantes a atender a ancianos enfermos de Covid-19 procedentes de distintas residencias de mayores de la provincia. El establecimiento se transformó en apenas 12 horas en un centro asistencial medicalizado destinado a las personas más desprotegidas frente al coronavirus.
Y de la misma forma, la Residencia de Tiempo Libre de El Burgo en La Línea (Cádiz) también se transformó en un hospital de campaña para atender a 28 pacientes que tuvieron que abandonar una residencia de mayores de Alcalá del Valle, en Cádiz, tras detectarse un brote.
En ambos casos, esta transformación integral y a contrarreloj fue posible gracias a la alianza entre la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía y el equipo de SAMU.
El consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, ha valorado la eficacia de esta sinergia en un reportaje publicado en ABC. En pleno pico de la pandemia, había residencias de ancianos tanto en Sevilla como en otras provincias en las que “era imposible diferenciar en los circuitos los casos positivos de los negativos” dentro de los propios centros.
Por eso Aguirre valora la experiencia como positiva para los pacientes y para la Administración regional. “Fue un modelo de éxito” que permitió una “magnifica asistencia sanitaria”, ha señalado la Consejería, que no descarta repetirla en futuros proyectos. “Nuestro fin es tener la sanidad pública andaluza al cien por cien y optimizar todos sus recursos. En el caso de no llegar a esa optimización, apostamos por la suma de recursos siempre que sea en beneficio de los pacientes. Huimos de la dicotomía de buenos y malos: la sanidad de Andalucía es una, de todos y para todos”, ha afirma en el reportaje publicado por ABC.
Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU, ha subrayado la importancia que ha representado ser capaces de reaccionar de forma rápida y eficaz en los momentos en los que el sistema sanitario se ha visto desbordado frente a una presión asistencial inédita. “Desde nuestra especialidad, disponibilidad, logística y recursos propios, hemos ofrecido la máxima flexibilidad a la administración para dar una respuesta inmediata al ciudadano”, explica.
La fórmula de colaboración privada “representa un cambio en el servicio público que ha llegado para quedarse”, opina en ABC Francisco J. Fernández, socio de Cremades-Calvo Sotelo, que cuenta en Sevilla con un Observatorio de Colaboración Público Privada.
Durante los peores momentos de la primera oleada de la pandemia, SAMU gestionó cinco dispositivos de urgencias y emergencias contra el Covid-19 en Madrid, Andalucía y Castilla-La Mancha, al tiempo que formaba a personal en bioseguridad, captaba y capacitaba a voluntarios de distintos perfiles y fabricaba material sanitario como mascarillas y equipos de protección individual en su propio taller.
Casa rural Cortijo Román: turismo, empleo e inclusión en Los Alcornocales
/en Fundación SAMUFundación SAMU, con la implicación de un grupo de menores del ISL Cortijo, en Jimena de la Frontera (Cádiz), ha puesto en marcha un proyecto integrado de turismo rural, una nueva experiencia cuyo objetivo es ofrecer una salida laborar a los jóvenes extutelados de SAMU y lograr su integración social y laboral. Ocho chicos a punto de cumplir la mayoría de edad participan desde el 6 de julio en este proyecto de la Casa Rural Cortijo Román, impulsado por el presidente y el vicepresidente de Fundación SAMU, el doctor Carlos Álvarez Leiva y Borja González de Escalada, respectivamente.
Durante las últimas semanas, los menores y un equipo de SAMU han acondicionado y habilitado el antiguo Cortijo Román, situado en Jimena de la Frontera, dentro del Parque Natural de los Alcornocales, en la provincia de Cádiz. El objetivo final es que los chicos del ISL Cortijo, situado en el mismo pueblo que esta nueva casa rural, sean los encargados del mantenimiento de las instalaciones y el cuidado de las zonas ajardinadas.
Para ello, los chicos implicados en este proyecto inclusivo han recibido diferentes cursos de formación a través de la Escuela de Oficios de SAMU, entre ellos, un Curso Básico de Mantenimiento de Edificios y Piscinas y otros programas formativos de turismo rural, jardinería, pintura, albañilería, mantenimiento de piscinas y restauración.
Este alojamiento rural está formado por cinco casas: tres de un dormitorio y dos de dos dormitorios, que tienen una capacidad total para 14 personas, aunque es posible aumentar el número de huéspedes según las necesidades. “Todas las habitaciones cuentan con salón, cocina totalmente equipada, baño completo y patio individual con preciosas vistas al pueblo de Jimena de la Frontera y su castillo fortaleza. Cortijo Román se encuentra en el Parque Natural de los Alcornocales, por lo que dispone de numerosas rutas de senderismo y visitas guiadas al castillo en sus inmediaciones. En la actualidad no cuenta con caballos pero lo hará próximamente ya que cuenta con unas instalaciones adaptadas para ello”, explica el director del ISL Cortijo, José Antonio Rodríguez.
La Casa Rural Cortijo Román había sido con anterioridad un centro de menores gestionado por SAMU. Actualmente se encontraba vacío y desde la organización se pensó en varios proyectos para darle utilidad, entre ellos, un centro vinculado a la clínica de salud mental SAMU Wellness. Finalmente, la dirección de SAMU optó por un proyecto de integración de turismo rural, según explica Borja González de Escalada, uno de los impulsores de esta iniciativa.
“Desde el primer día, los chicos están ilusionados con este nuevo proyecto y han realizado diferentes actividades como la restauración de muebles; reparación y pintado de paredes, techos y suelos; acondicionamiento de jardines; y mantenimiento de piscina, entre otras. Son las labores generales para la puesta a punto del cortijo rural”, continúa el director del centro, José Antonio Rodríguez.
“Entre las principales dificultades que nos hemos encontrado destaca la adaptación del temario facilitado por la Escuela de Oficios a las circunstancias y características particulares de la finca. Por otro lado, las altas temperaturas del verano también han sido un obstáculo, aunque todos los chicos cuentan con sus equipos de protección individual y se hidratan constantemente, evitando la exposición excesiva al sol”, señala José Antonio Rodríguez.
“Este proyecto, además de ser un aliciente para los chavales, todos menores de edad, ayuda a su integración e inserción laboral y social, y a su desarrollo personal. Aprenden a valorar el esfuerzo que se debe realizar para conseguir el objetivo marcado en el día, aprenden a convivir, por la interacción directa con sus compañeros y demás colaboradores y personal docente. Además, se familiarizan con los materiales que se utilizan para cada cometido, lo que les hace adquirir conocimientos que les hará más competitivos en su futura inserción laboral gracias al equilibrio entre teoría y práctica”.
Una vez que comiencen a llegar los primeros viajeros, los chicos serán los encargados de mantener las instalaciones, los jardines y la piscina en perfectas condiciones, con el objetivo final de poder obtener incluso un contrato de trabajo, explican desde la dirección del proyecto. Cortijo Román está disponible para recibir visitantes a partir del 1 de agosto. En los próximos días se activará una web específica para la gestión de las reservas. Este alojamiento rural, en pleno parque natural, está abierto tanto a personal de SAMU como a personas ajenas a la entidad.
SAMU y el Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía firman un convenio de colaboración
/en Escuela SAMU, Salud y emergenciasSAMU ha firmado un convenio de colaboración con el Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía (ICPFA) para el desarrollo de actuaciones de interés común orientadas al avance del sistema sanitario así como al desarrollo profesional de los fisioterapeutas, y dirigidas hacia la mejora de la salud de los ciudadanos.
Este acuerdo, firmado el 15 de junio, fue ratificado por Carlos González de Escalada, director general de SAMU, y Juan Manuel Niebla Silva, presidente del Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía. En él se manifiesta el deseo por parte de ambas organizaciones de profundizar en sus relaciones y cooperar mutuamente para favorecer, mediante fórmulas de cooperación adecuada, el fortalecimiento y defensa de la profesión de fisioterapia en todos los ámbitos en que sea útil o necesario, con el fin último de mejorar la atención de la salud en todos los aspectos que la conforman.
Entre sus objetivos principales está el fomento de la calidad del personal de apoyo de las clínicas de fisioterapia a través de cursos de formación impartidos por SAMU, según detalla Juan González de Escalda, director del área de Emergencias de SAMU, presente en la firma del acuerdo junto a Carlos González de Escalada.
Este acuerdo marco incluye que la atención sanitaria prestada se perfeccione con programas de formación continuada para el profesional, con campañas de divulgación pública de las ventajas y beneficios de la fisioterapia que precisa el enfermo, en lo asistencial o a la persona sana, y en lo preventivo.
Así, ambas entidades colaborarán para difundir entre la sociedad todo tipo de información sobre la fisioterapia, y sus tratamientos a través de la creación de material gráfico específico. Además, se comprometen a fomentar la organización de jornadas formativas para sus miembros (colegiados y socios) y público en general (afectado o no) interesado.
En especial, el ICPFA llevará a cabo charlas y talleres con la intención de promover la participación de los fisioterapeutas en la promoción de la salud y así asegurar que los contenidos impartidos en estas actividades están actualizados y se basan en la evidencia científica disponible.
ISL SAMU Dúrcal: Deporte, cohesión social y participación
/en Acción socialLa adolescencia se caracteriza por ser un periodo crítico, pues se acentúa el desarrollo de diferentes aspectos de la persona, tanto psíquicos como físicos. Se trata de una etapa repleta de oportunidades en la que las capacidades cognitivas, emocionales y físicas de quienes se encuentran inmersos en ella están a pleno rendimiento. No obstante, para sacar lo mejor de las mismas, es conveniente articular buenas estrategias que lo permitan.
Diversas investigaciones ponen de manifiesto el fomento de la participación de los menores en diversas actividades como una buena estrategia, ya que contribuye a la salud en todas sus vertientes. En este sentido, es esencial que formen parte activa en el diseño, planificación y ejecución de las actividades. Será así como se promueva un buen autoconcepto, un adecuado sentido de autoeficacia y el desarrollo de habilidades que permitan realizar una gestión óptima de las emociones.
Por otro lado, no debemos olvidar la importancia que cobra el plano social en esta etapa del desarrollo. El grupo de iguales se muestra como principal fuente de referencia y, además, tiene un fuerte impacto en los aspectos anteriormente citados. De tal manera, existe una interdependencia entre el desarrollo acontecido en el plano individual y el social, ya que las mejoras en uno se verán recompensadas en el otro y viceversa.
Por todo ello, en el centro ISL SAMU Dúrcal, la mayoría de las acciones con carácter interventivo, articuladas por y para los menores, cuentan con su implicación tanto en su planificación como ejecución. Es vital su papel activo, ya que contribuye al fomento del sentido de su responsabilidad en su propio progreso.
Ejemplo de ello son dos actividades iniciadas en junio. En la primera de ellas, llamada El menor de la semana, han sido los propios menores los que han determinado las características (responsabilidad, autonomía, limpieza, aseo personal) que debería cumplir el chico seleccionado. A éste se le asigna una recompensa, fruto del azar depositado en una ruleta que contiene distintas opciones de gratificación propuestas por ellos mismos.
La segunda actividad es un torneo multideportivo. A los menores del ISL SAMU Dúrcal les encanta el deporte, y han sido ellos mismos quienes han diseñado y planificado el primer campeonato deportivo de fútbol. Han fijado los días, asignado el tiempo de los partidos, formado los equipos y establecido las normas, así como las consecuencias derivadas de su incumplimiento. Además, esta actividad se presenta como una oportunidad de trabajar distintas habilidades, tanto físicas como psicológicas (gestión del estrés, motivación, habilidades sociales, cohesión grupal) que, posteriormente, podrán ser trasladadas al plano de las relaciones sociales.
Culminar este artículo volviendo a enfatizar la importancia de la participación de los menores en sus procesos de desarrollo se hace inevitable. Su papel activo es fundamental en el alcance del objetivo vertebrador y que da sentido al Centro ISL SAMU Dúrcal, su inserción social y laboral en la sociedad que los acoge y de la que ya forman parte.
SAMU pone en marcha un proyecto de teleformación para personas con discapacidad auditiva
/en Acción social, Covid-19Tras la declaración del estado de alarma en España como consecuencia de la crisis sanitaria mundial provocada por la Covid-19, el 16 de marzo cerraron sus puertas todos los centros educativos del país, a todos los niveles. Esto obligó a centros y profesores a cambiar su metodología y pasar de una docencia presencial a otra 100% virtual en un tiempo récord, lo que supuso un gran reto para toda la comunidad educativa.
La teleformación ha permitido a gran parte del alumnado seguir con su formación, sin embargo, los estudiantes con discapacidad auditiva no han podido progresar con sus estudios porque la administración pública no ha continuado ofreciendo los servicios de la figura del intérprete en lengua de signos.
“Esto está provocando un enorme perjuicio a los alumnos con discapacidad auditiva, además de incrementar la desigualdad a nivel educativo entre éstos y aquellos que no la tienen”, explica Conchi Pérez, jefa del área de Servicios Educativos de SAMU.
Ante esta situación, SAMU ha desarrollado un proyecto de teleformación para jóvenes con discapacidad auditiva que ha presentado, en un primer momento, a la Agencia Pública Andaluza de Educación de la Consejería de Educación, y, posteriormente, a todos los gobiernos autonómicos del país.
Los objetivos principales de este proyecto son atender las necesidades educativas de las personas sordas, que éstas puedan alcanzar el mismo nivel educativo que el resto de compañeros de curso y favorecer la integración social y laboral de los jóvenes con discapacidad auditiva.
“Este proyecto nace de la necesidad de adaptar el sistema educativo a la situación actual derivada de la crisis sanitaria por la Covid-19”, continúa Conchi Pérez. “El objetivo principal no es otro que conseguir que la información que los docentes transmiten en el aula o desde sus domicilios llegue sin pérdida alguna al alumnado con discapacidad auditiva de Ciclo de Secundaria o Formación Profesional”.
Para que la teleformación llegue de igual manera a todos en sus domicilios lo ideal es la utilización de una plataforma virtual (Zoom, Hangout, Skype, Microsoft Teams…) en la que los alumnos puedan conectarse al mismo tiempo con el profesorado y el intérprete de lengua de signos del centro. Así, el alumno puede tener acceso al mismo tiempo al intérprete y al profesor, consiguiendo una situación que se asemeja a la que puede tener en el aula, ya que se encuentra con dos profesionales, profesor e intérprete, preparados para transmitir la información que debe aprender.
“Únicamente es necesario que tanto el profesor como el alumno e intérprete tengan acceso a la plataforma a través de un dispositivo con conexión a internet, cámara de vídeo y audio”, explica Conchi Pérez. “El alumno tendrá la oportunidad de participar durante la sesión, exponer sus dudas o responder a las cuestiones que el profesor les vaya realizando a todos sus alumnos en tiempo real”.
Desde SAMU quieren que este proyecto no se limite solo al actual curso académico, sino que pueda desarrollarse también durante el verano a modo de refuerzo educativo, al igual que el resto de compañeros van a poder tener clases en julio para recuperar los conocimientos que no han podido adquirir como consecuencia del parón provocado por la pandemia. “Si es necesario, este proyecto también puede prolongarse y continuar en septiembre, ya que aún no sabemos a ciencia cierta si la vuelta a las aulas podrá ser completamente presencial”.
El área de Servicios Educativos de SAMU cuenta con una plantilla de más de 70 intérpretes de lengua de signos que prestan servicio de manera presencial durante el curso escolar en centros educativos de la provincia de Almería, Huelva, Jaén, Cádiz y Córdoba.
A partir del 16 de julio, Fundación SAMU gestionará también el servicio de acompañamiento para personas con discapacidad auditiva que ofrece la Comunidad de Madrid, para lo que cuenta con una plantilla de 24 intépretes de lengua de signos.