José Antonio Trujillo, director general de SAMU

José Antonio Trujillo, nuevo director general de SAMU tras 14 años de liderazgo de Carlos González de Escalada

SAMU, organización líder en emergencias sanitarias y acción social, ha anunciado el nombramiento de José Antonio Trujillo como su nuevo director general. Trujillo, quien hasta ahora ocupaba el cargo de director general adjunto, toma el relevo de Carlos González de Escalada tras 14 años al frente de la organización. En este periodo, SAMU ha consolidado su crecimiento superar los 3.000 trabajadores en 120 centros de trabajo distribuidos en seis países, con 100 millones de euros de facturación anual y 50.000 usuarios beneficiarios de su acción cada año.

José Antonio Trujillo es Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y cuenta con un Máster en Organización de Empresas por el Instituto de Empresa. Ha ejercido cargos de dirección en diversas multinacionales hasta su llegada a SAMU en 2019, donde, en un primer momento, ejerció como director del departamento de Desarrollo. En 2022, fue nombrado director general adjunto de SAMU, puesto que ha ejercido hasta la fecha.

El acto de traspaso se ha celebrado en la sede de SAMU en la Isla de la Cartuja de Sevilla en un acto que ha contado con la presencia de destacados directivos de la organización, como la Dra. Juana Macías, presidenta del Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC), y los vicepresidentes Borja y Juan González de Escalada. El presidente fundador de SAMU, el Dr. Carlos Álvarez Leiva, no ha podido asistir por estar coordinando el dispositivo de atención de emergencia a menores migrantes en Ceuta.

Años de desafíos y éxitos

Carlos González de Escalada, quien asumirá ahora la presidencia de SAMU, ha aprovechado su relevo para hacer balance de su gestión. “Han sido años de éxito, aunque no exentos de desafíos, en los que hemos trabajado para consolidar a SAMU como una gran fuerza al servicio del bien común”, ha defendido. Además, ha destacado el perfil de José Antonio Trujillo elogiando su “capacidad de trabajo” y su “liderazgo pausado y estratégico”. “Es una persona excepcional que se ha ganado el respeto y aprecio de todos los que trabajamos con él”, ha subrayado González de Escalada, que da de esta forma por concluido el proceso de profesionalización de la entidad, pues Trujillo es el primer máximo responsable de la historia de SAMU que no pertenece al núcleo de la familia fundadora del proyecto.

José Antonio Trujillo ha agradecido a su predecesor “la confianza y cercanía en los buenos y malos momentos”, y ha reconocido el trabajo de expansión y crecimiento que ha caracterizado los 14 años de González de Escalada al frente de SAMU. Trujillo se ha comprometido a continuar la labor de integración de los valores fundacionales de SAMU con las nuevas exigencias del mundo actual, con el objetivo de “construir el SAMU del futuro”.

Con esta transición, la compañía reafirma su compromiso con la atención sanitaria, la formación y la acción social, pilares que han guiado su trayectoria desde su fundación en 1981. Ahora, asume el reto de adaptarse a los desafíos globales que marca su plan 2030. En ese plazo, SAMU aspira a posicionarse como una multinacional de las emergencias y la acción social sobre las bases de la internacionalización, la transformación digital y la gestión del talento.

Sobre SAMU

SAMU es una entidad especializada en la atención sanitaria y acción social. Fue creada en 1981 como empresa de emergencias sanitarias equipada con la primera UVI móvil que hubo en España. Desde entonces, ha desarrollado un proceso de crecimiento y diversificación de su actividad que le ha llevado a ser un referente en sectores tan dispares como el traslado de pacientes críticos, los dispositivos médico-sanitarios en grandes eventos, la formación de profesionales en emergencias sanitarias, y la atención y protección de colectivos vulnerables como personas dependientes, personas sin hogar, menores, mujeres o personas con patologías de salud mental.

En las dos últimas décadas, SAMU también ha desarrollado misiones humanitarias en países como Marruecos, Indonesia, Sri Lanka, Haití, Perú, Sudán, Costa de Marfil, Sierra Leona, Nepal, Filipinas, Francia, El Salvador, Costa Rica, Honduras, República Dominicana, Ucrania y Turquía.

En 2023, la organización consolidó su área de Cooperación Internacional y Ayuda Humanitaria, que desarrolla proyectos en Burundi, Bolivia, Nicaragua o Marruecos.

La organización también se ha establecido en Estados Unidos a través de SAMU First Response, comprometida con la asistencia y el apoyo a personas solicitantes de asilo y migrantes que llegan al país.

Palma Díaz, directora del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU

No son menas, son niños

Mena: Menores Extranjeros No Acompañados. En su origen sólo fue un acrónimo para referirse a los niños y niñas que llegaban solos a las costas españolas, sin embargo, nunca un término hizo tanto daño a un menor. En los últimos años, muchos sectores de la sociedad han acuñado este acrónimo para referirse a estos niños de manera despectiva. Hablar de menas es una forma de categorizar, ocultando el aspecto más humano de esta condición, una forma de esconder un hecho fundamental: hablamos de niños, niñas y adolescentes que no pudiendo contar con la protección de un adulto o familiar son condenados a la invisibilidad y a la exclusión social.

Según señala Siham Khalifa, directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU, «los niños migrantes a los que se intenta criminalizar, muchas veces detrás del término ‘mena’, son menores con historias muy duras y expuestos al desamparo. No dejan de ser niños, niñas y adolescentes que han conseguido llegar vivos y han estado expuestos a riesgos, a exclusión y a una situación que termina con ellos en una red de acogida del sistema de protección de menores como cualquier otro niño nacional y a los que se les debería dar el mismo trato de niño, independientemente del origen. Esa es la base de la protección a la infancia».

Palma Díaz, directora del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU, también ha reflexionado sobre el mal uso del término mena en el podcast ‘No vengo a hablar de racismo’, un proyecto de la asociación Márgenes y Vínculos.

«Me consta que las diferentes administraciones y organizaciones están buscando un nuevo término para referirse a estos menores, pero da igual el acrónimo que se utilice, ya sea mena u otro, al final acabará deshumanizando al colectivo y criminalizándolo».

Palma Díaz hace también hincapié en la imagen de delincuentes que ciertos sectores venden a la sociedad de estos menores. «Hay discursos políticos que se basan en la idea de que estos menores son delincuentes y un aporte negativo a la sociedad. Esto no es así. No vamos a engañar a nadie. ¿Hay niños y niñas migrantes que pasan por el sistema de protección y que en su mayoría de edad pasan por un centro de internamiento? Claro que los hay. Al igual que hay niños y niñas nacionales que pasan por un centro de internamiento. Estos centros están llenos, y eso es porque hay niños y niñas que delinquen, pero el porcentaje de extranjeros es ínfimo».

Díaz recuerda que la política migratoria de estos menores ha cambiado radicalmente. «El perfil de menores migrantes se ha diversificado significativamente, observándose un aumento en el flujo migratorio de menores no acompañados provenientes de la región subsahariana. Son muy visibles las características que distinguen a los menores inmigrantes según su lugar de origen. Estas diferencias incluyen las razones por las que migran, como conflictos, persecución o simplemente la búsqueda de mejores oportunidades. Además, las experiencias que viven en su viaje y el contexto familiar y comunitario del que provienen también influyen en sus necesidades de protección, apoyo psicológico y educativo».

Un ejemplo de esto lo encontramos en los menores de origen marroquí. «Hace más de quince años recibíamos a menores provenientes de familias desestructuradas, que habían pasado grandes periodos viviendo en la calle, delincuentes en su propio país, con un alto consumo de tóxicos, como pegamento, y menores que habían pasado por situaciones de abusos. Estos menores llegaban a las costas españolas escondidos en los bajos de un camión o de polizón en un barco. Hoy, el perfil de los menores que llegan es totalmente distinto, estos chicos vienen de sus casas, con un viaje de alto coste económico y financiado por sus progenitores o familiares cercanos, y se percibe en su manera de comportarse, en su nivel de estudio y en la preocupación de las familias por el bienestar de estos niños».

Según Díaz, estos niños saben que para encontrar trabajo en España tienen que formarse y vienen con la idea de ayudar a su familia. «Luego ese objetivo cambia porque la realidad es que vivir en Europa es caro y, una vez aquí, se dan cuenta de que para ayudar a su familia tienen que trabajar mucho más de lo que pensaban».

Al margen de su origen migratorio, la labor de SAMU sigue siendo la misma: proteger, sanar en muchos casos, y preparar a estos y estas jóvenes para la vida en toda su complejidad.

Pregón de Artenara

Fundación SAMU cuenta con 16 centros para atender a menores en las islas Canarias

Canarias es destino habitual de migrantes procedentes del África subsahariana y Marruecos. Miles de migrantes llegan todos los meses a las costas canarias en embarcaciones precarias jugándose la vida. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), del 1 de enero al 15 de julio de 2024, más de 19.700 migrantes han llegado de manera irregular a Canarias utilizando esta ruta. Es un 160% más en comparación con el mismo período en 2023, cuando se registraron 7.590 migrantes. El 70% de las personas que llegan de manera irregular a España lo hacen a través de la vía canaria.

Esta situación migratoria ha experimentado cambios significativos en los últimos meses. Si bien el flujo de llegadas ha sido más constante, lo cierto es que sigue habiendo una gran necesidad de recursos y apoyo para los niños y niñas que llegan a Canarias. «Lo importante es que desde Fundación SAMU estamos preparados y seguimos mejorando nuestras capacidades para ofrecer una respuesta integral, humanitaria y eficaz», apunta Siham Khalifa, directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU.

«Actualmente, nos encontramos en un momento crucial, ya que la crisis migratoria ha evolucionado, y nosotros hemos adaptado nuestros recursos para poder ofrecer la mejor atención posible. En este sentido, hemos ampliado nuestros servicios y recursos, respondiendo a la creciente necesidad de apoyo a los niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados que llegan a las islas».

Fundación SAMU gestiona actualmente 16 recursos dirigidos a menores en Canarias con un total de 412 plazas: nueve en Gran Canaria, uno en Fuerteventura y seis en Lanzarote. Estos centros están operativos las 24 horas del día y cuentan con equipos de profesionales capacitados, incluyendo educadores sociales, psicólogos, trabajadores sociales y personal auxiliar. Estos centros permiten acoger a menores en condiciones óptimas, brindándoles no solo un techo, sino también un acompañamiento integral que abarca el apoyo psicológico, la educación y el acceso a actividades de ocio y tiempo libre. «Todos trabajamos con el mismo objetivo: garantizar el bienestar y la inclusión de los menores en nuestra sociedad», continúa Siham Khalifa.

» La capacidad de Fundación SAMU para responder rápidamente es una de nuestras fortalezas. Hemos demostrado, una y otra vez, que podemos implementar nuevos recursos, adaptándonos a las necesidades de las Islas Canarias. Esto es posible gracias a un equipo de profesionales cualificado y comprometido, que entiende la urgencia de estas situaciones y actúa con agilidad, siempre con un enfoque en la calidad del servicio. La reciente apertura con cinco recursos de atención inmediata en las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, es un claro ejemplo de nuestra capacidad para movilizarnos rápidamente y ofrecer soluciones inmediatas a los desafíos que enfrentamos».

En lo que va de año, Fundación SAMU ha acogido a más de 400 niños, niñas y adolescentes, de los cuales 295 son menores extranjeros no acompañados. «Teniendo en cuenta que en el año 2023 la cifra de menores atendidos ascendió a 503, con total seguridad esta cifra será doblada para el ejercicio 2024. Lo más importante de las cifras es que detrás de cada una de ellas hay una historia de vida que recibe una atención personalizada, adaptada a las necesidades particulares de cada niño y niña», destaca Siham Khalifa.

«La labor de Fundación SAMU en las Islas Canarias es un compromiso constante con la infancia. Nos esforzamos por ofrecerles un futuro digno, a través de una atención integral que va más allá de la simple acogida. Nos marcamos como objetivo su desarrollo personal, su educación y su integración en la comunidad. Cada día, trabajamos para que estos niños y jóvenes puedan superar las dificultades y construir un proyecto de vida. Estamos profundamente comprometidos con esta causa y seguiremos trabajando para mejorar nuestros recursos y ampliar nuestra red, siempre con la misma dedicación y profesionalidad que nos caracteriza», destaca la directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU.

Pregoneros en Artenara

Un ejemplo del trabajo y el esfuerzo que se realiza para la integración de estos menores en la comunidad lo encontramos en Artenara, donde 19 niños y niñas extranjeros de 3 a 11 años que residen en el centro que Fundación SAMU gestiona en este municipio pronunciaron el pregón por las fiestas de La Cuevita 2024 el pasado 14 de agosto.

Los menores llevan pocos meses en Artenara, pero la acogida ha sido tal que, por decisión del alcalde, Jesús Díaz, se han convertido en los pregoneros de las fiestas patronales. El primer edil reconoce que, aunque ya tenía pensado otro pregonero para este año, su idea cambió al ver la gran acogida que le brindaron sus vecinos y vecinas a este grupo de chicos. “La aceptación ha sido muy buena, participan en la vida del pueblo, en las actividades, van a la piscina, a bailar”, asegura Díaz, quien ha manifestado en diversas ocasiones la alegría que le ocasiona tenerlos en su pueblo. Su mayor ilusión es que la gente de Artenara siga acogiéndolos y demostrándoles el cariño y la solidaridad que les caracteriza.

Para la preparación y puesta en escena del pregón, estos menores, que llegaron a Artenara hace tres meses, contaron con la ayuda del verseador más popular de Canarias, Yeray Rodríguez. “Cuando me propusieron esta idea no lo dudé. Sabía que sería complejo, pero eso también lo hace apasionante. Con humildad toca arrimar el hombro para gritar alto y fuerte que no tenemos otro mundo que este y que debemos salvarnos todos juntos”.

Siham Khalifa, directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU

«Las niñas que llegan solas a España huyen de matrimonios forzosos, abusos, persecución o buscan una vida mejor»

Un aspecto que preocupa a las autoridades es el elevado número de niñas que viajan solas en patera. Casi 200 niñas han llegado solas a las Islas Canarias en lo que va de 2024 y se eleva a 280 el número de menores tuteladas que viven en los 13 centros que se han habilitado en el archipiélago canario para niñas procedentes en su mayoría de Senegal. Desde el pasado 10 de enero, Fundación SAMU ha acogido a más de 50 niñas cuya edad oscila entre los seis años y la preadolescencia.

«Los proyectos migratorios pueden ser familiares o individuales, pero con niñas tan pequeñas es muy difícil hablar de uno individual. Estos proyectos migratorios suelen ser familiares en los que van un menor vulnerable acompañado de un referente adulto. Es decir, las niñas pequeñas que nos llegan aparecen solas en un cayuco, pero eso no significa que hayan salido sola de su país de origen. Lo más probable es que embarcaran con algún familiar que perdió la vida en el tránsito migratorio», explica Siham Khalifa, directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU.

Otras muchas chicas que llegan a España en cayuco vienen huyendo de matrimonios forzosos, relaciones abusivas, persecución o simplemente buscan una vida mejor.

«Una vez que llegan al recurso de SAMU, hay que prevenir cualquier tipo de abuso y proteger la salud física y mental, la educación, el desarrollo y la integración social de estas niñas. Es importante la protección y la seguridad porque son niñas que vienen de un tránsito migratorio muy traumático. Lo primero que necesitan es sentirse seguras y protegidas», señala Siham Khalifa, que es optimista sobre el futuro de las niñas migrantes y cree que, con el trabajo que se realiza en SAMU, las niñas serán capaces de recuperarse del trauma de perder a un familiar en este viaje tan complicado. «Este es un trabajo diario y constante. Muchas veces no da tiempo de hacer todo lo que nos gustaría porque cuando las chicas cumplen la mayoría de edad cesa la tutela administrativa y deben abandonar el centro, pero si hacemos un buen trabajo conseguiremos reparar el daño emocional».

El Gobierno de España prevé que la crisis migratoria que vive actualmente el archipiélago canario se agrave y estima que en todo 2024 podrían llegar a las costas canarias de manera irregular un total de 90.000 personas.

Luis Moreno y Nuria Carmona.

Familias colaboradoras: el calor de un hogar

El 24 de febrero de 2022, tropas rusas cruzaron la frontera con Ucrania en varios puntos e invadieron el país vecino tras meses de tensiones y acumulación de fuerzas militares. Esta invasión, que dura ya dos años y medio, continúa en varios puntos del país, al igual que los bombardeos sobre las ciudades ucranianas, prolongando la incertidumbre y el exilio de millones de desplazados.

Al inicio del conflicto le siguió una ola de solidaridad en diferentes países, entre ellos España, y se desarrollaron numerosas iniciativas de voluntarios centradas en ayudar a la población ucraniana desplazada.

En España, numerosas familias colaboraron a través de donaciones económicas o de materiales, como alimentos, mantas y ropa, y otras muchas abrieron las puertas de sus casas para cobijar bajo su techo a quien lo necesitara. Este fue el caso de la sevillana Nuria Carmona y su familia, que, en su empeño por ayudar, acogieron en su hogar a dos hermanas que entonces tenían 13 y 8 años.

La economista y psicóloga infantil Nuria Carmona y su familia, formada por su marido Luis Moreno, y sus dos hijos, tenían claro cuando comenzó la invasión rusa a Ucrania que ellos querían ayudar de manera activa, no sólo con donaciones, sino que querían dar un paso más. Por esta razón, se pusieron en contacto con varios organizaciones y asociaciones hasta que una de ellas les propuso participar en la reunificación familiar de dos hermanas menores de edad, una de las cuales estaba en ese momento viviendo en Málaga y la otra, en Cádiz.

“Las niñas llegaron a nuestra casa en junio de 2022 y estuvieron viviendo con nosotros hasta octubre de ese mismo año. Tanto mi marido como yo las acogimos como si fueran nuestras hijas y en casa se forjó un vínculo muy especial con ellas. Las escolarizamos en el colegio de nuestros hijos, las llevamos al dentista, les compramos ropa. Eran unas hijas más nuestras. De hecho, ellas nos llaman papá y mamá”, explica Nuria Carmona.

“Decidimos dar el paso porque mi propósito de vida es ayudar a los niños. Para mi era brutal pensar que un niño, por culpa de una guerra, se hubiera visto obligado a separarse de sus padres y marcharse a otro país. Donar ropa o dinero, a mí, se me quedaba corto, por eso decidimos acoger a un niño”.

Las dos niñas que Carmona acogió no sólo tuvieron que abandonar su casa y a sus padres, que se quedaron en Ucrania. También fueron separadas de sus otros dos hermanos, que fueron trasladados a la Comunidad Valenciana. Además, cada una de ellas fue a una provincia andaluza distinta.

Carmona es economista, pero después decidió estudiar Psicología y especializarse en los niños, pues percibió “que había mucha necesidad en la infancia tanto en la educación en las escuelas como a nivel de apoyo emocional y gestión de las emociones, algo que no nos enseñan en ningún sitio”. “Pasando yo mi propia crisis, me di cuenta de estas necesidades y de lo importante que es que desde pequeños recibamos esta ayuda”, continúa Carmona, que, además de ser mentora de liderazgo, creó hace 20 años el Centro de Psicología y Arteterapia Canuca, el cuál dirige y en el que atiende a personas que necesitan un apoyo psicológico para gestionar su mundo emocional.

Durante el verano de 2022, las dos niñas ucranianas se integraron tanto en la familia Moreno Carmona como en el barrio en el que viven, pero, con el tiempo, la sevillana empezó a percibir en las menores, especialmente en la mayor, una serie de comportamientos y “cosas raras”. “Conseguí que se abrieran y hablaran conmigo hasta que identifiqué una situación de desamparo muy grave en su familia de origen”, señala Carmona. “Con la única intención de ayudarlas, me puse en contacto con los servicios sociales de mi municipio y denuncié dicha situación. Las niñas entraron rápidamente en el Sistema de Protección de Menores de la Junta de Andalucía y de un día para otro tuvieron que abandonar nuestra casa y marchase a un centro de acogida. Fue un golpe muy duro. Nosotros sólo queríamos ayudarlas, sobre todo si algún día debían regresar a su país de origen. En ningún momento pensamos que nos las quitarían, que ya no vivirían con nosotros. Fue todo tan rápido, que no pude explicarles bien qué estaba pasando y cuál era la situación, por lo que ellas se sintieron abandonadas, y nosotros, desde entonces, no paramos de luchar para poder verlas de nuevo”.

Fue así como la familia de Carmona pasó de ser una familia de acogida a colaboradora. “La Junta de Andalucía trasladó a las niñas a un centro de menores gestionado por Fundación SAMU, pero eso lo supimos después. Al no tener ningún vínculo familiar con ellas, no podíamos contactar con las niñas, no éramos nadie”, cuenta la mujer. “Estuvimos nueve meses luchando para poder, al menos, hablar con ellas por teléfono hasta que la Asociación Paz y Bien nos habló de la figura de las familias colaboradoras y que todo el mundo podía hacerlo”.

El espacio más idóneo para que se desarrolle la vida de las niñas, niños y adolescentes es en el seno de una familia, por ese motivo, desde los Servicios de Protección de Menores se da prioridad a las medidas que suponen la integración familiar de los menores, frente a la convivencia en un centro de protección.

Estas medidas de integración familiar pueden ir desde el retorno del menor a su núcleo familiar de origen, a proporcionarles algún recurso alternativo como puede ser el acogimiento con otros miembros de su familia o con una familia ajena, o incluso la guarda con fines de adopción.
No obstante, hay muchos menores que por diversos motivos viven en centros de protección, ya sea de forma temporal o más estable en el tiempo, que también pueden beneficiarse de la convivencia con una persona o familia participante en el programa de familias colaboradoras con los centros de protección.

Estas familias o personas colaboradoras se comprometen a compartir periodos de tiempo determinados (generalmente no lectivos como fines de semana, festivos, vacaciones) con una niña, niño o adolescente que reside en un centro de protección de menores. Dicha convivencia puede ser en el domicilio familiar o en el lugar donde transcurran las vacaciones de la familia.

En el caso de las dos niñas ucranianas de esta historia, ambas pasan los fines de semana y las vacaciones escolares con Nuria Carmona y su familia. “Ellas nos dicen que son muy felices aquí y que no quieren volver a su país, sólo desean saber que su madre y su abuela, que aún viven en Ucrania están bien y hablan con ellas por teléfono con frecuencia”.

“Fundación SAMU realiza una maravillosa labor de acogida y apoyo psicológico, de educación en valores, el establecimiento de rutinas y le enseñan mucha autonomía, algo muy importante teniendo en cuenta que a los 18 años deben abandonar el centro. Pero estos menores, muchos de los cuales han sido alejados de su ambiente familiar para protegerlos de situaciones de negligencia, abandono o violencia por parte de sus padres o cuidadores, necesitan establecer vínculos emocionales sanos, ampliar su red de apoyo social y un sitio en el que de verdad le puedan ofrecer un ambiente familiar, de hogar”, añade Carmona.

“Todo el mundo puede ser familia colaboradora. Hay muchos niños que lo necesitan porque aunque estén bien atendidos en un centro de acogida, hay que tener en cuenta que están con educadores, no en un ambiente familiar. Y es muy sencillo pasar un fin de semana con uno de estos niños, al igual que a veces llevas a tu casa a un amigo de tu hijo a pasar el día”.

Nuria Carmona también destaca los beneficios que tiene ser familia colaboradora para sus propios hijos: “A mi hijo, que va a cumplir 13 años, le ha cambiado mucho la mentalidad y se ha dado cuenta de la suerte que tiene. Es una forma de educar a nuestros hijos en valores. Para nosotros está siendo una gran experiencia”.

Según datos de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, actualmente, hay casi 6,5 millones de refugiados de Ucrania que han buscado protección en todo el mundo, mientras que alrededor de 3,7 millones de personas siguen desplazadas forzosamente dentro del país.

España es uno de los países receptores, y desde que el 9 de marzo de 2022 se activara el mecanismo de protección extraordinario que otorga de manera inmediata permiso de residencia y de trabajo a los desplazados por la invasión rusa, nuestro país ha concedido protección temporal a más de 200.000 ciudadanos ucranianos. Según datos del Ministerio del Interior, el 31,3% de estas personas tienen menos de 18 años.

Dos chicos observan el mar en la playa de El Chorrillo, en Ceuta.

Todas las miradas vuelven a Ceuta

Ceuta se enfrenta a una nueva emergencia humanitaria debido al aumento de la llegada de menores migrantes no acompañados procedentes de Marruecos. La ciudad autónoma comenzó a recibir a principios de agosto un goteo constante de entradas de menores migrantes, que se ha ido intensificado hasta el punto de que el 15 de agosto el Ejecutivo local lanzó una llamada de auxilio a Gobierno y comunidades autónomas para que se articulen mecanismos que permitan trasladar a estos adolescentes a otros puntos de la Península.

El frente de Marruecos es Ceuta. Con casi 20 kilómetros cuadrados de extensión y 83.000 habitantes, la frontera sur de Europa ha registrado un incremento de un 175% de entradas por vía terrestre (que incluyen los que llegan a nado) con respecto al año pasado, y suman ya más de 1.600 personas en lo que va de año, según datos del Ministerio del Interior. En las primeras dos semanas de agosto llegaron 251 migrantes, un 15% del total de 2024 hasta la fecha.

Fundación SAMU puso en marcha en febrero la Operación Ceuta 2024 con el objetivo de reactivar infraestructuras de acogida y reforzar el dispositivo de atención a menores existentes en la ciudad autónoma. Este verano, especialmente en agosto, la actividad se ha intensificado ante el incremento de la llegada de menores extranjeros no acompañados.

«Ceuta, con su singular enclave geográfico entre África y Europa, se encuentra en el epicentro de un flujo migratorio constante que refleja las tensiones y esperanzas de quienes buscan una vida mejor al otro lado del Mediterráneo. La proximidad a Marruecos y las circunstancias socioculturales de la región han fomentado un mestizaje progresivo y un tránsito transfronterizo estable, que, sin embargo, enfrenta desafíos complejos debido a las presiones demográficas y socioeconómicas», comenta Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU.

«Es evidente que las dinámicas demográficas juegan un papel crucial en la migración. Ningún poder puede detener los flujos migratorios cuando estos responden a desigualdades profundas y desequilibrios vitales. En Ceuta, llevamos años gestionando la llegada de menores no acompañados, que llegan en oleadas marcadas por las coyunturas de una frontera problemática y una proximidad geográfica».

Actualmente, Fundación SAMU tiene activos en Ceuta tres centros dirigidos a menores: dos de acogida inmediata y un centro de inserción sociolaboral. Se trata del centro Nueva Esperanza, el centro Aljarafe y el ISL Triana. En total, los tres recursos suman 156 plazas.

Estos centros garantizan una acogida digna y una atención integral en condiciones de seguridad. Se garantiza, de esta manera, una atención específica de los menores según el tiempo de permanencia en el país de acogida y el diseño de un itinerario de inclusión social que permita una transición a la vida independiente en condiciones de igualdad.

Todos los centros trabajan en coordinación y colaboración con otras instituciones y organizaciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, para asegurar una atención integral y efectiva.

Álvarez Leiva advierte que este verano la ciudad autónoma se ha enfrentado a una «avalancha de intensidad media, con la llegada de hasta 100 menores por semana», lo que ha sobrepasado la capacidad de acogida local que sostiene la estructura de la ciudad y un reducido grupo de instituciones, entre ellas Fundación SAMU.

«Gestionar un centro de menores es una tarea apasionante, y solo puede concebirse de esta manera si se entiende la trascendentalidad del resultado esperado. Se trata de transformar una materia prima en elementos cruciales que son altamente demandados en una sociedad envejecida y con crecientes niveles de dependencia en todos los servicios. Estamos ayudando a construir el futuro de nuestra sociedad a través de estos menores», continúa el fundador de SAMU. «Esta visión no es romántica, es una realidad pragmática. Mi objetivo es transmitir esta realidad a mi entorno, donde hemos atendido a más de 3.000 menores. Hemos pasado de un modelo que veía al menor como destructor a uno que lo considera menor trascendental, aquel que la sociedad, tanto en España como en Europa, necesita de manera urgente para garantizar nuestra sostenibilidad. Es una oportunidad mutua».

Álvarez Leiva hace hincapié en el valioso papel de los menores más veteranos de los centros a la hora de acoger, orientar y acompañar a los jóvenes recién llegados. «Cuando decimos que los menores forman parte de la organización, lo hacemos en términos sencillos. En SAMU, la estructura se expresa a través de líderes que ejecutan funciones específicas. Estos líderes, o jefes deben ser visibles y activos para ser efectivos. Identificamos talentos y los reforzamos, formando equipos básicos como los jefes de habitación, quienes controlan el orden, la limpieza y evitan actividades de riesgo. Luego están los jefes de día, que supervisan a los jefes de habitación. Estos roles son sencillos, rotativos y se identifican con un chaleco de color. También formamos equipos para funciones de mantenimiento, jardinería y carpintería, alineando y desarrollando las competencias individuales. Todo ello reforzado por nuestros profesionales previamente comprometidos en una tarea de todos: ejemplo, disciplina y trabajo. En SAMU, la organización, la disciplina y el trabajo son parte de nuestro ADN».

Para la acogida de los menores recién llegados, Fundación SAMU cuenta con «hermanos mayores», los antiguos acogidos que, tras haber pasado por sus propias dificultades, están especialmente capacitados para absorber la ansiedad de los nuevos y guiarlos en su adaptación a la nueva vida. Según Álvarez Leiva, «todo esto hace que el proceso sea más humano y cercano, pues no debemos olvidar que detrás de cada menor hay un trauma familiar, un desarraigo y una incertidumbre vital que a veces se traduce en conductas desadaptadas».

Carlos Álvarez Leiva, presidente de honor y fundador de SAMU

Carlos Álvarez Leiva: «A las personas migrantes se les debe garantizar seguridad, abrigo, alimentación y salud»

Carlos Álvarez Leiva, presidente de honor y fundador de SAMU, reflexiona sobre la importancia de que la sociedad tenga claro qué es una crisis y cómo debe gestionarse para entender lo que sucede en Ceuta.

«Lo que vivimos en Ceuta no es un suceso, es una crisis. Son dos conceptos diferentes ¿Y qué es una crisis? Una crisis es un concepto dinámico, cambiante, en el que hay tensiones, órdenes, contraórdenes, ausencias, malos modos, comunicados y artículos de prensa interesados, oportunistas que ganan dinero, desenfados y enfados de la Administración con las entidades que ejecutan, pérdida de confianza de unos con otros. Todo eso es una crisis. Una crisis no es un momento político que va pasando. Es un magma, y quien no sepa navegar en una alta mar enardecida no es un gestor de crisis», puntualiza.

El fundador de SAMU considera que es clave tener claro este concepto para entender el contexto de Ceuta. «Si no tenemos claro qué es una crisis, podemos perdernos de la realidad. ¿Y cuál es la realidad? Pues que decenas de personas llegan cada día a Ceuta jugándose la vida y con una mochila llena de incertidumbres y de miedo y sin saber qué les va a pasar. Estas personas tienen que ser atendidas, pero no pueden ser acogidas en hoteles de cuatro estrellas, pues estamos en medio de una crisis. Por supuesto que deben ser atendidas con dignidad pero no podemos pedir ningún milagro. Y esto no sólo pasa en España, sino también en Estados Unidos, Italia, Inglaterra y en cualquier parte del mundo».

Para Carlos Álvarez Leiva, a las personas que llegan de manera irregular a las costas españolas se les debe garantizar «seguridad, abrigo, alimentación y salubridad», y «a partir de ahí, haremos un gran esfuerzo para reforzar logísticamente su atención».

A pesar de todas las dificultades y el gran esfuerzo que este trabajo conlleva, Álvarez Leiva tiene las ideas claras: «Ceuta es y será un reto apasionante en el que podamos influir para hacer un mundo mejor».

Maouda cuida ahora de los demás en DISL SAMU Huelva

Maouda cuida ahora de los demás en DISL SAMU Huelva

En todos los rincones del recurso DISL SAMU Huelva el ambiente es de celebración y el motivo es Maouda. Desde que llegó a España en julio de 2023, Maouda, un menor extranjero no acompañado, se ha enfrentado a desafíos que pondrían a prueba a cualquier persona. Sin embargo, su historia es un testimonio vivo de la fortaleza humana, del trabajo, la constancia y del poder del apoyo y el acompañamiento comunitario.

Desde el primer día, Maouda demostró ser un luchador. Provenía de un entorno difícil y se enfrentaba cada día a la soledad de estar en un país extranjero. A pesar de ello, nunca perdió la esperanza ni la determinación. Sus primeros días en el DISL SAMU Huelva fueron una mezcla de emociones: la incertidumbre de un futuro desconocido y la esperanza de encontrar un lugar seguro donde poder construir una nueva vida. Gracias al equipo de profesionales del centro, así como a sus compañeros, Maouda encontró un hogar y un sistema de apoyo que le ayudó a adaptarse, integrarse y prosperar.

Maouda llegó al centro onubense de Fundación SAMU a mediados de septiembre de 2023 y, apenas un mes después, fue matriculado en el CDP Virgen de Belén con un objetivo claro: aprender. Ni el equipo de profesionales de SAMU que lo acompañamos cada día, ni sus profesores, ni tan siquiera él mismo, podíamos imaginarnos lo que estaríamos celebrando tan solo nueve meses después. El 20 de junio, nos llenó de orgullo saber que nuestro Maouda no solo había alcanzado su meta, sino que la había superado con creces al graduarse, recibiendo el respeto y la admiración de todos los que le rodean.

Cada mañana, Maouda se levantaba temprano y se preparaba para enfrentarse a un día lleno de retos académicos. A pesar de las barreras idiomáticas y las diferencias culturales, su espíritu indomable nunca se tambaleó. Pasaba horas estudiando y asistiendo a clases, siempre con una sonrisa y una actitud positiva. Sus compañeros y el equipo docente no tardaron en notar su dedicación y esfuerzo. En poco tiempo, Maouda se convirtió en una fuente de inspiración para todos, demostrando que, con determinación y apoyo, cualquier obstáculo puede superarse.

El proceso de integración no fue sencillo. Los primeros meses fueron especialmente duros, pero Maouda trabajaba incansablemente para mejorar su español y adaptarse al nuevo sistema educativo. Sus profesores y profesoras, impresionados por su ética de trabajo, sus ganas de avanzar y su deseo de aprender, le brindaron el apoyo necesario para que no se sintiera solo en su propósito. A medida que pasaban los meses, Maouda comenzó a destacar en sus estudios, mostrando un progreso notable en todas las materias.

El equipo de profesionales de Fundación SAMU también jugó un papel crucial en el éxito del menor. Su compromiso y dedicación fueron fundamentales para crear un entorno en el que él pudiera prosperar. Cada miembro del equipo se aseguró de que Maouda tuviera acceso a todos los recursos necesarios para su desarrollo personal y académico. Por ello, todo el equipo se siente profundamente orgulloso de haber sido parte de su viaje. Todo el equipo ha sido testigo de su transformación, pasando de ser un joven tímido y reservado a un estudiante ejemplar, seguro de sí mismo y lleno de potencial.

También, el apoyo emocional brindado por los profesionales es vital para Maouda. En momentos de duda o dificultad, siempre encuentra un oído atento y un consejo sabio que le ayudan a mantener su enfoque y motivación. Este respaldo constante le permite construir una base sólida de confianza en sí mismo y en sus capacidades, algo que se ha reflejado en su rendimiento académico y en su actitud positiva hacia los desafíos diarios.
Los compañeros de Maouda también tienen mucho que decir sobre su carácter y determinación. Han visto de cerca su lucha y han sido testigos de su resiliencia. A lo largo del año escolar, Maouda se ganó su respeto y admiración, no solo por sus logros académicos, sino también por su amabilidad y disposición para ayudar a los demás. En muchas ocasiones, compartió su propia experiencia y motivó a otros a no rendirse, mostrando que, con trabajo y perseverancia, los sueños se pueden alcanzar.

El camino de Maouda no termina aquí. Su graduación fue solo el comienzo de un nuevo capítulo lleno de posibilidades. Con su diploma en la mano, Maouda tiene grandes planes para el futuro. Sueña con continuar sus estudios y, algún día, ayudar a otras personas en situaciones vulnerables. Su deseo es devolver a la comunidad lo que ha recibido, convirtiéndose en un faro de esperanza y una fuente de inspiración para todos los que le rodean.
Este curso académico Maouda estará más cerca de conseguir ese anhelado sueño, pues continuará su formación en el grado medio de Formación Profesional de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería en uno de los institutos de educación secundaria más reconocidos de la capital onubense.

Hoy, Maouda se despierta y a lo lejos puede vislumbrar su uniforme blanco perfectamente planchado y colgado en su armario. El menor ya realiza prácticas formativas en la Unidad de Estancia Diurna para Mayores Juventud y Experiencia de Huelva, que pertenece a la Asociación Todoresidencias Edad Avanzada. Aquí desempeña tareas orientadas al acompañamiento y dedicación a personas mayores que se encuentran en situación de dependencia y/o soledad.

Y, una vez más, en esta nueva etapa, Maouda muestra su afán por seguir creciendo personal y profesionalmente. Desde el primer día, ha demostrado su trabajo constante y dedicación, ganándose el aprecio y la admiración de todos, tanto en el entorno institucional como comunitario. Maouda no solo se encarga de las tareas asignadas con precisión y cuidado, sino que también va más allá de lo esperado. Su empatía y paciencia han permitido que los residentes sientan compañía y consuelo en momentos difíciles. Los profesionales del centro destacan su capacidad para conectar con los mayores, siempre atento a sus necesidades y dispuesto a ofrecer una mano amiga. Su actitud proactiva y su deseo de aprender son evidentes, y busca constantemente mejorar y adquirir nuevas habilidades. Por ello, solo buenas palabras y muestras de afecto nos llegan sobre él.

Su capacidad para adaptarse, su ética de trabajo y su inquebrantable dedicación lo convierten en un ejemplo para todos. Sin duda, Maouda continuará dejando una huella positiva en la vida de muchos, demostrando que, con esfuerzo y corazón, se pueden superar todas las adversidades que se presentan en la vida.

En nombre de todo el equipo del DISL SAMU Huelva, queremos expresar nuestro más profundo respeto y admiración por Maouda. Su historia es un recordatorio poderoso de lo que se puede lograr con esfuerzo, dedicación y apoyo. Estamos seguros de que su futuro está lleno de éxitos y nos llena de emoción ver todo lo que va a lograr.

Maouda, eres un verdadero ejemplo de valentía y determinación. Gracias por enseñarnos que, con el corazón, el trabajo, la constancia y la valentía, no hay sueño demasiado grande ni desafío insuperable. Felicidades por tu graduación, por tu nueva etapa y por todos los éxitos que están por venir.

 

MARTA MORA MORO
/ Educadora DISL Huelva

Skate for Children de ISL SAMU Dúrcal

Skate: autoexpresión, resiliencia y relaciones significativas en ISL SAMU Dúrcal

En un mundo donde el deporte trasciende fronteras y culturas, el skateboarding emerge como una herramienta poderosa para la inclusión y el empoderamiento de los jóvenes. En este contexto, el programa Skate for Children ha dejado una huella significativa en los jóvenes del centro ISL SAMU Dúrcal (Granada) y les ha ofrecido una experiencia transformadora.

El skateboarding no es solo una actividad física, es una forma de vida que fomenta la creatividad, la resiliencia y el trabajo en equipo. Para los menores del ISL SAMU Dúrcal, este programa no solo les ha brindado la oportunidad de aprender a montar en un skate, sino que también les ha dado un espacio seguro para expresarse libremente y construir relaciones significativas con compañeros.

Durante los cinco meses que ha durado este proyecto, estos jóvenes han encontrado en el skateboarding una vía para superar barreras tanto físicas como mentales. A través de caídas y victorias en el parque de skate, han aprendido lecciones valiosas sobre perseverancia y autoconfianza. Cada truco dominado no solo representaba un logro en el skate, sino también un paso adelante en su camino hacia la integración y el bienestar emocional.
El programa Skate for Children se ha centrado en el desarrollo de habilidades técnicas y en enfatizar valores fundamentales como el respeto mutuo, la cooperación y la aceptación de la diversidad. En un mundo donde las diferencias a menudo dividen, el skateboarding ha actuado como un puente que ha unido, independientemente de su origen o historia.

Además del impacto individual, este programa también ha tenido un efecto positivo en la comunidad. Las sesiones de skate han supuesto momentos de diversión y aprendizaje, además de oportunidades para fomentar la comprensión y la solidaridad entre los residentes locales y nuestros menores. A través del skateboarding, se han derribado prejuicios y se han construido lazos de amistad que han trascendido más allá de las diferencias culturales y lingüísticas.

En resumen, Skate for Children ha demostrado el poder transformador del deporte como vehículo de inclusión social. Ha permitido a nuestros menores descubrir su propio potencial y encontrar un sentido de pertenencia en una comunidad que los acogió con los brazos abiertos. En un mundo dividido, el skateboarding se ha convertido en un símbolo de unidad, superando fronteras y construyendo un futuro más inclusivo para todos.

 

ALBERTO ESQUITINO GARRIDO
/ Educador de ISL Dúrcal

 

Disfrutamar (Fundación SAMU)

La Residencia San Sebastián disfruta del mar

Fundación SAMU ha puesto en marcha este verano una nueva edición del proyecto Disfrutamar, que promueve la mejora de la calidad de vida de las personas a través del deporte y la náutica. En esta ocasión, los primeros en disfrutar de la actividad fueron los usuarios con diversidad funcional de la Residencia San Sebastián (Cantillana, Sevilla).

El programa Disfrutamar fue inaugurado por Fundación SAMU el 23 de septiembre de 2017, gracias al apoyo de la Obra Social La Caixa. Esta iniciativa tiene como objetivo principal acercar el mar y las actividades náuticas a los residentes y usuarios de los diferentes servicios de la Fundación, principalmente personas con discapacidad intelectual, graves trastornos de conducta, daño cerebral sobrevenido, y menores migrantes o nacionales que se encuentran dentro del sistema de protección de la Junta de Andalucía.

Tras dos años de parón como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Fundación SAMU recuperó esta actividad en 2022. Esta iniciativa innovadora se ha desarrollado nuevamente durante los veranos de 2023 y 2024, recuperando así el ritmo previo a la pandemia.

Lo que comenzó como una prueba dirigida a personas con discapacidad intelectual es hoy un proyecto consolidado. Gracias a este programa, los usuarios y residentes de prácticamente todos los recursos de SAMU ubicados en Andalucía de las áreas de Dependencia e Inclusión Social e Infancia y Familia han participado en alguna de las salidas marítimas efectuadas a través de Disfrutamar. El programa aprovecha las ventajas de la náutica para propiciar el desarrollo de vínculos personales e interpersonales y de habilidades de comunicación entre instructor, monitor de referencia y los mismos usuarios, siempre en un ambiente de dispersión y relajación.