Plan 2030 SAMU

Plan 2030 de SAMU: una multinacional de la salud y la acción social

SAMU ha cerrado un ciclo de vida, un ciclo de 40 años que arrancó en un piso en el barrio sevillano de Los Remedios y con una ambulancia Volkswagen que el doctor Carlos Álvarez Leiva adquirió en Alemania a principios de los años 80. Hoy, SAMU cuenta con una plantilla que supera los 2.500 trabajadores, más de 90 recursos del ámbito sanitario y social y una presencia consolidada no sólo en España, sino también en Marruecos y Estados Unidos. La organización mira ahora hacia el futuro e inicia un nuevo ciclo, una nueva etapa que ha arrancado con un relevo generacional en el equipo de dirección y el desarrollo de un plan estratégico, una hoja de ruta que mira hacia el 2030. “En SAMU tenemos un lema. Nos enfrentaremos a todos los temporales que haga falta. Las olas serán muy altas, pero el rumbo tiene que estar claro. Este Plan 2030 es el rumbo a seguir”, señala Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU.

“El objetivo de nuestro Plan 2030 es convertir a SAMU en una multinacional de la salud, los servicios sociales y las emergencias, siendo fiel a su herencia fundacional: compromiso y calidad, superior capacidad de organización y fortaleza logística. Este ambicioso plan se asienta sobre pilares realistas y un concienzudo análisis de nuestro entorno, teniendo presentes variables sociales, económicas, demográficas e institucionales, basándonos en la solidez y con el objetivo de adaptarse a las circunstancias de un entorno complejo, cambiante y difícilmente predecible”, explica José Antonio Trujillo, adjunto a la dirección de SAMU. “La marca SAMU, el equipo profesional multidisciplinar y su carácter innovador, así como la diversificación de servicios, llevarán a nuestra organización, junto a la excelencia demostrada, al salto cuantitativo que nos proponemos dentro y fuera de nuestras fronteras”.

Internacionalización

Tal como destaca González de Escalada, este Plan 2030 se basa en tres grandes pilares: “Potenciar los proyectos fuera de España; entrar en una dinámica de constante modernización tecnológica, humana y de procesos; y apostar por la formación tanto en nuestros valores como el talento que existe dentro de la propia organización. Estas son las tres matrices de trabajo”.

Con respecto al primer eje, la internacionalización, SAMU mira hacia otros países, principalmente, europeos y americanos. Desde 2017, la compañía trabaja en Marruecos y, poco después, comenzó su andadura en Estados Unidos, una aventura que ha ganado impulso durante 2021 con la acogida de menores inmigrantes. Además, el pasado año comenzó a trabajar en Iberoamérica.

“La marca SAMU es muy potente fuera de nuestras fronteras. No solo la marca, sino también el modo de trabajar y enfocar la acción social, sanitaria y en el ámbito de las emergencias”, explica Trujillo. “Esta vocación de internacionalización no surge solo porque se haya producido un cambio en la dirección de SAMU. En cierto modo, es un paso lógico, un paso natural que debe dar la organización dado su crecimiento”.

En esta internacionalización también hay que mencionar las misiones humanitarias. En los últimos tiempos, SAMU ha estado presente en Rumanía, Moldavia, Polonia, Costa Rica y Honduras. “SAMU lleva 30 años realizando misiones humanitarias, pero ahora, por primera vez, lo hace bajo el paraguas de las Naciones Unidas y con financiación”, apunta José Antonio Trujillo. Por otro lado, SAMU pronto contará con dos nuevas sucursales en Perú y Ecuador, y, actualmente, tiene en marcha varios proyectos formativos en El Salvador.

Dentro de nuestras fronteras, también continúa la diversificación de proyectos. Recientemente, se ha abierto un nuevo recurso de atención integral 24 horas dirigido a menores extranjeros en Mallorca, el primero que SAMU pone en marcha en las Islas Baleares. Y trabaja para la apertura de un centro dirigido a personas sin hogar en Ibiza, que, según adelanta Trujillo, estará funcionando dentro de un mes, aproximadamente.

Modernización

Con respecto al segundo pilar del Plan 2030, la modernización (financiera, transformación digital, procesos), Trujillo es claro: “Una organización que en el año 2022 no esté enfocada a sistemas, herramientas y métodos apoyados en la tecnología, no tiene todas las claves del éxito garantizadas. Por eso, nuestra apuesta en el Plan 2030 es ir poniéndonos a la vanguardia de la tecnología, tanto internamente como de cara a nuestros procesos y servicios fuera. Tenemos que dar la imagen de una empresa moderna y líder en el sector”.

Excelencia, tecnología, sostenibilidad, transparencia, investigación e innovación acompañarán el trabajo de SAMU en los próximos años. En este sentido, el departamento de Desarrollo de SAMU juega un papel importante. “El equipo de Desarrollo es una auténtica máquina de hacer proyectos y que explora constantemente tanto las oportunidades de nuestro ámbito como aquellas que supongan innovación o resulten transformadoras”, apunta Trujillo.

Actualmente, SAMU trabaja en proyectos europeos a través de partenariados y socios tecnológicos de primer nivel que le están dando apoyo en temas relacionados con las comunicaciones y herramientas tecnológicas.

Uno de los proyectos estrella de SAMU en este campo es la implantación de SAMS (SAMU Advanced Management System), un sistema de gestión integral desarrollado por la propia entidad que permite un registro sistematizado y exhaustivo de todas sus unidades de trabajo, además de una gestión preventiva y la posibilidad de generar conocimiento a través de procesos de investigación a partir de los datos registrados.

Otro de los proyectos en marcha es VRIME (Instrumento de Valoración del Riesgo en Menores y Jóvenes Migrantes Residentes en Andalucía), en colaboración con la Universidad Loyola, cuyo objetivo es el diseño de una herramienta de recogida de datos (Toolkit VRIME) que permita conocer los perfiles de riesgo de menores extranjeros no acompañados que se encuentran en entidades de acogida como Fundación SAMU y EMET-Arcoiris, así como identificar factores de protección o resiliencia en estos menores.

A estos dos proyectos se suman la firma próximamente de la Cátedra SAMU de Investigación Social con la Universidad Pablo de Olavide y SAMU Dis−Fit, la primera batería de valoración de condición física de personas con discapacidad intelectual en España, una iniciativa llevada a cabo gracias a la colaboración entre Fundación SAMU y el departamento de Motricidad Humana y Rendimiento Deportivo de la Universidad de Sevilla. Esta herramienta pretende orientar a profesionales de atención a la discapacidad sobre los parámetros físicos de personas con diversidad cognitiva, a través de tablas que por primera vez son el resultado de la actividad física de estas personas, y no una adaptación de tablas físicas de personas normalizadas.

“También hay que destacar la constitución del Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC), del que dependerá la nueva Academia SAMU, que forma parte de la tercera pata del Plan 2030 y que versa sobre la gestión del talento. Este instituto está recién constituido y tenemos la esperanza de que sea un agente andaluz de conocimiento. Todas las grandes corporaciones tienen sus propios órganos de investigación científica y nosotros no podíamos ser una excepción”, señala Carlos González de Escalada.

Gestión del talento

Como ya se ha mencionado, la tercera y última pata del Plan 2030 es la gestión del talento. “En una organización como SAMU con 2.500 personas hay mucho talento, algunos visibles y conocidos y otros ocultos. En este sentido, desde el ámbito de Recursos Humanos, trabajamos para descubrir y fomentar que ese talento esté al servicio de la organización y que, además, no sea un talento estático, sino que es nuestra responsabilidad ir desarrollando y preparando a estas personas que son las que van a tirar del carro en 2030”, afirma José Antonio Trujillo. “Formar a estas personas desde el propio SAMU es una estrategia clave, es invertir en las personas que dirigirán esta casa dentro de 10 ó 15 años. Para ello, nos hemos dotado de un presupuesto muy ambicioso y de unos programas formativos muy potentes. La Academia SAMU es una de las iniciativas más exitosas y de mayor reconocimiento en toda la organización este año”.

“Actualmente ofrecemos un título de posgrado de Experto en Desarrollo directivo y también impartimos infinidad de cursos de formación en liderazgo, tecnología, formación financiera, nuevas tecnologías…”, añade Carlos González de Escalada. “Cuando estudias el recorrido de las grandes organizaciones, el mayor peligro que tienes es que se diluya tu esencia y esto nos preocupa mucho, sobre todo a la familia fundadora. No nos gustaría que la esencia fundacional, muy volcada en la prestación de servicios, en la logística, en la excelencia, en mimar todo lo que hacemos, se vaya perdiendo conforme vayamos creciendo. Y la única manera que tenemos de trasmitir esos valores es con programas específicos dirigidos al equipo directivo, formado por unas 120 personas”.

En este punto entra en juego Talento SAMU, una campaña para buscar el talento oculto que existe dentro de la organización, entre los trabajadores, con el objetivo de desarrollarlo y promocionarlo. Este proyecto tiene como objetivo que los propios empleados de SAMU puedan postularse en nuevos proyectos y optar a los puestos que se desarrollen dentro de la organización.

Alineados con los objetivos de la Agenda 2030

SAMU se proyecta como una organización líder a nivel nacional en la combinación de servicios de salud, de cobertura social y de acción ante emergencias. La combinación de las distintas áreas convierte a esta organización en un modelo inédito en España con enormes y demostradas posibilidades de replicar en el resto del mundo.

Alineados con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la proyección de SAMU en los próximos años estará marcada por el triple objetivo de ser una entidad sostenible económicamente, de carácter altamente social y enfocada a la globalidad. Todos ellos se sustentarán en el notable incremento de la responsabilidad social de la empresa, la promoción del crecimiento económico sostenido e inclusivo y por el empleo pleno y productivo.

Coche Triple Zero SAMU

El proyecto Triple Zero de SAMU, premiado por la Universidad de Málaga

La Universidad de Málaga celebró del 28 al 30 de marzo Tecnosocial 2022, el primer Foro de Innovación y Nuevas Tecnologías en Servicios Sociales en Andalucía. Representantes de Escuela SAMU acudieron a esta cita en la que participaron profesores relacionados con el trabajo social, los servicios sociales, las ciencias sociales y la ingeniería social; profesionales del sistema público de servicios sociales, empresas, instituciones y entidades de atención a personas mayores, entre otros.
La Universidad reunió a cerca de 2.000 asistentes en torno a un programa de mesas redondas y ponencias a cargo de un centenar de profesionales e investigadores. Además, distintas empresas e instituciones, distribuidas en más de 20 expositores, mostraron los últimos avances tecnológicos en el sector.

Por parte de Escuela SAMU, su director, Thomas Couyotopoulo, fue el encargado de presentar una de las comunicaciones premiadas en este evento y seleccionadas para ser publicadas es un libro de la editorial Thomas Reuters Aranzadi Tecnología y sostenibilidad en Emergencias: Vehículo de Intervención Rápida (VIR). Esta comunicación (en la que han participado María Isabel Álvarez, Thomas Couyotopoulo, Juan González-Escalada y Alejandro Álvarez) versa sobre el proyecto de I+D−i de SAMU Triple Zero, el primer coche eléctrico alimentado por placas solares que SAMU ha incorporado a su dispositivo de emergencias.

Los objetivos específicos de SAMU eran crear un Vehículo de Intervención Rápida (VIR) de cero emisiones; reducir el impacto ecológico de Escuela SAMU, gracias a la instalación de placas fotovoltaicas en su aparcamiento; reducir el impacto ecológico de los vehículos de intervención en emergencias; y reforzar la imagen de marca responsable de SAMU.

Este vehículo, un Renault Twizy 80, se alimenta por placas solares durante el día y se abastece de electricidad proveniente de energías renovables el resto del tiempo. Con 80 kilómetros de autonomía y una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora, el equipo de I+D+i de SAMU eligió el modelo Renault Twizy 80 por sus reducidas dimensiones, que confieren a este vehículo una maniobrabilidad excelente, permitiendo mejorar la atención sanitaria en lugares o situaciones de difícil acceso para una ambulancia.

Luis Ramírez, de Clinsur.

Los proveedores de SAMU: calidad, dedicación, esfuerzo y cercanía

A lo largo de cuarenta años de historia, SAMU ha colaborado estrechamente con multitud de proveedores y prestadores de servicios: desde los distribuidores de material sanitario a copisterías, pasando por fontaneros, electricistas o abogados. Todos son necesarios para que funcione una gran maquinaria, e integran una cadena de valor que tiene su eslabón final en el paciente, el niño o la persona con discapacidad atendida por SAMU.

En este reportaje te presentamos a tres personas que durante muchos años han trabajado codo con codo con la empresa. Estas son sus historias con SAMU.

Luis Ramírez: material sanitario de calidad en cualquier circunstancia

Aunque no recuerda la fecha exacta, Ramírez calcula que llevará unos veinte años suministrando material sanitario a SAMU. Este es un trabajo que obliga a estar al día, sobre todo con clientes exigentes. “Todos los días salen productos nuevos y SAMU está a la vanguardia de la tecnología sanitaria”, explica Ramírez, al frente de Clinsur. “Siempre ha exigido buen servicio y el mejor producto, y no han escatimado. Hay otros que te piden low cost, pero esa no es su línea”.

El reto de un proveedor es doble: proporcionar siempre un material de calidad y conseguir acceso a todo lo que pueda pedir el cliente. La venta es solo la última parada. Para ello, Clinsur trabaja con unas 15.000 referencias y 400 proveedores. “Raro es el producto que se dobla, que no tenemos en el catálogo o los importadores no tienen o desconocen”.

Y si algo falta, Ramírez no para hasta encontrarlo: “Si se comercializa no paro y lo tengo que encontrar. Diferente es que no lo pueda suministrar, porque no lleguen. Soy un poco cabezota para eso. Y la verdad es que es una satisfacción poder decirle al cliente: ‘Lo he encontrado, tenemos la documentación, y tú lo compras o no’”. Sobre todo, con clientes como SAMU, de quien dice que es la “niña bonita” entre su clientela: “El trato hacia nosotros ha sido exquisito. Han depositado mucha confianza en nosotros, y yo nunca he querido defraudarles”.

En los últimos tiempos, la pandemia ha puesto a prueba la capacidad de los proveedores de aportar todo el material necesario en un periodo de escasez por el consumo masivo. Semanas antes de declararse el estado de alarma, allá por febrero de 2020, Clinsur activó un protocolo de seguridad de compra, que incluía la adquisición de grandes volúmenes. “Yo estaba asustado, pero no quería dejar a nadie sin guantes, viales, gorros o soluciones. Llegaron partidas gigantescas”, detalla. Tuvo que evitar a quienes le pedían quedarse con todo el lote: “Había muchos centros que hicieron acopio, no SAMU”.

Meses después, Ramírez se declara satisfecho, aunque admite un par de semanas donde faltaban, como en toda Europa, mascarillas y soluciones hidroalcohólicas. No tomó atajos. Tiró de todos los contactos posibles, pero siempre exigió los certificados y homologaciones necesarios. “Podías encontrar productos, pero a lo mejor la normativa no la pasaban. Si un producto no está homologado, aquí no entra”, zanja. “Sabíamos lo que podía faltar. Cuando SAMU llamaba teníamos los productos. La misión suya ha sido salvar vidas y la mía ha sido apoyarles”.

Antonio Molinillo y Enrique García: los papeles de SAMU

Es imposible calcular cuántos papeles de SAMU habrán salido de los locales de Copyur. Durante casi veinte años, esta copistería sevillana ha dado servicio a la empresa y ha sido testigo privilegiado de su expansión. De hecho, ahora es vecina en la sede central de La Cartuja, pero la relación viene de antiguo. “Yo conocí SAMU cuando trabajaban siete u ocho personas: Paco Jarillo, Emi, Carmen Ventura… Y ahora, ¡fíjate cuántos son!”, exclama Antonio Molinillo, que se precia de haber alcanzado durante estos años una relación muy cercana con el fundador de SAMU, Carlos Álvarez Leiva.

Además de proporcionarle talonarios, tarjetas de visitas, encuadernaciones de proyectos especiales o cientos de miles de copias en todos estos años, Copyur satisface a SAMU todas sus necesidades de material de oficina, en ocasiones muy especial. El doctor Álvarez Leiva es un gran aficionado a las “piezas de escritura” como las plumas, cuenta Molinillo: “Aparte de lo que ha usado, siempre ha regalado mucho”.

Dos décadas después, la relación profesional se mantiene. Aunque hoy dispone de su propia maquinaria de impresión, SAMU sigue necesitando cantidades ingentes de material de oficina para sus delegaciones de toda España, y ahí está Copyur para hacerlo llegar cada día. “Cualquier cosa que nos pidan de última hora, nos vamos a quedar trabajando lo que haga falta”, asegura Enrique García, que gestiona la sede de La Cartuja. García aporta un dato sobre la cercanía de SAMU y Copyur: “Muchas veces, cuando nos pide que hagamos algo a última hora, Don Carlos te dice que te paga la comida”. Es el agradecimiento al esfuerzo de quienes manejan los papeles de SAMU.

Antonio Molinillo, de Copysur

Antonio Molinillo, de Copysur

Juan Antonio Hernández: velar por los trabajadores de SAMU

Juan Antonio Hernández gestionó el alta de SAMU ante la Seguridad Social. Aún conserva la copia. Eran los tiempos en que la empresa tenía su sede en un piso del barrio sevillano de Los Remedios y contaba con una ambulancia. “Yo llegué a ellos como se llegan a estas cosas: alguien que les gestionaba los asuntos fiscales me preguntó si quería gestionar los temas laborales”. Más de 30 años después, Hernández calcula que el pasado verano trabajaron con SAMU unas 2.000 personas, con todo lo que ello implica.

Es difícil imaginar la de contratos que habrán pasado por sus manos. Es un trabajo ingente y, aunque su gestoría ha trabajado con grandes empresas, Hernández cree que ninguna le ha dado tanto trabajo como SAMU, hasta el punto de que también ha tenido que ampliar plantilla para atender sus asuntos: “A todos nos ha obligado a dar lo máximo de nosotros mismos. Es el cliente más importante del despacho”.
En este tiempo, Juan Antonio Hernández ha sido testigo directo del crecimiento de la empresa y su plantilla. Ha pasado de gestionar un puñado de contratos a manejar miles de relaciones laborales, que además son de los perfiles más diversos.

El rasgo que define su trabajo es la inmediatez: “Si hay un evento o hay que desplazar trabajadores al extranjero… Se plantean situaciones que hay que atenderlas enseguida”. Por eso, la desconexión con este empleo es casi imposible: “La gente tiene la costumbre de cobrar a fin de mes, y siempre hay plazos”. Ahora su hijo está al frente del negocio. Su mujer, María Ángeles Grau, es también pieza clave.

Hernández tiene una escultura de bronce en el despacho: representa a un individuo, equipado con casco y maletín, listo para socorrer una emergencia. Se lo entregó SAMU a su mujer, en agradecimiento a la dedicación de la gestoría durante tantos años. Nada hay más importante en una organización que las personas que la forman: es el reconocimiento a toda una vida velando por SAMU y sus trabajadores.

Juan Antonio Hernández.

Juan Antonio Hernández.

Construcción del nuevo aulario de Escuela SAMU

Nuevo aulario de Escuela SAMU: Esqueleto de metal, alma de innovación

Escuela SAMU contará para el próximo curso con un nuevo aulario de 765 metros cuadrados en Gelves (Sevilla). Con esta edificación modular y provisional se pretende cubrir las necesidades docentes de la Escuela, que para este curso ofertará dos nuevas titulaciones (el Máster en Dirección de Centros de Servicios Socio-Sanitarios y el ciclo de Formación Profesional de Grado Medio en Técnico de Emergencias y Protección Civil), mientras se espera la concesión de licencia de obra para el edificio definitivo, que cuenta con una acreditación de proyecto Passive House.

“La construcción del edificio definitivo lleva en espera más de cinco años debido a la falta de desarrollo urbanístico de la zona en la que se encuentra situada la parcela en el que se levantaría el edificio. Ante esta situación y la necesidad de la Escuela de contar con más espacio para sus programas formativos, desde la dirección de SAMU se ha buscado una solución provisional pero novedosa”, explica el doctor ingeniero de edificación Juan Antonio Tocino, supervisor técnico del proyecto. “Podríamos haber buscado una solución más fácil, como las casetas de obras, pero a nadie le gusta que sus hijos estudien en este tipo de instalaciones provisionales. Nosotros hemos optado por una solución de mucha más calidad y confort”.

El nuevo aulario está siendo construido a partir de un sistema Steel Framing, cuya principal característica es una estructura constituida por perfiles de acero galvanizado de bajo espesor. Se trata de la primera edificación modular y provisional (no fija) de estas características en la provincia de Sevilla.

El esqueleto estructural de acero está formado por diversos elementos individuales unidos entre sí, que así funcionan en un conjunto para resistir las cargas que solicita la estructura y le dan su forma. Entre sus características destaca el rápido montaje, la reducción en los costes, la buena calidad de aislamiento térmico y, sobre todo, la versatilidad que presentan estas disposiciones. Estas piezas son utilizadas para la composición de paneles estructurales y no estructurales (tabiques), vigas secundarias, vigas de piso, techos y demás componentes. “Estamos utilizando este sistema de construcción en toda la estructura y en el envolvente del edificio, es decir, fachada, suelo y techo también. Es muy ligero. Y en el centro de esta perfilería ligera van metido los aislamientos”, explica Tocino.

Nuevo aulario de Escuela SAMU

Nuevo aulario de Escuela SAMU

En su fabricación se utilizan, además, medidas de ahorro energético y de sostenibilidad ambiental para así minimizar al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero. Las fachadas disponen de un sistema de aislamiento por el exterior denominado SATE (uno de los mejores sistemas de aislamiento que se pueden aplicar hoy en día a las edificaciones) que le confieren un gran aislamiento térmico. También dispone de aislamiento térmico y acústico en el interior de la estructura Steel Framing, creando, por tanto, un doble sistema de aislamiento. Lo mismo ocurre en la cubierta, que dispone igualmente de un doble aislamiento. Además, las ventanas cuentan con un sistema de corrección solar con lamas orientables.

La electricidad e iluminación también están diseñadas con criterios de eficiencia energética. Un sistema de paneles fotovoltaicos en la cubierta cubrirá las necesidades eléctricas del nuevo aulario y del resto de la Escuela (autoconsumo). “A pesar de tratarse de una edificación provisional, los usuarios contarán con las mismas calidades y confort que un edificio convencional de calificación energética A, dotado de espacios saludables”, destaca.

El sistema de construcción Steel Framing lleva varios años utilizándose en Estados Unidos y Canadá, pero es relativamente nuevo en España, donde sólo existen cuatro fábricas que se dediquen a este tipo de construcción. En Sevilla hay muy pocos ejemplos de este tipo de edificaciones. La mayoría son viviendas. Por esta razón, SAMU ha formado a su propio personal en Steel Framing a través de la Escuela de Oficios de SAMU (EOF).

“Al ser un edificio modular y provisional, es decir, que se puede desmontar y trasladar a otro lugar cuando cumpla su función, se podía haber construido en una fábrica y después haberlo trasladarlo, pero la dirección de SAMU decidió construirlo in situ en la propia Escuela, situada en Gelves, y el propio presidente de la Fundación SAMU, el doctor Carlos Álvarez Leiva, está haciendo un seguimiento diario de los trabajos que aquí se realizan”, explica el supervisor técnico del proyecto. “Todas las personas que participan en su construcción han sido formadas por SAMU. La obra en sí está siendo un vivero de montadores de Steel Framing y su montaje está sirviendo de aprendizaje a los alumnos de la EOF. De hecho, todos los alumnos de la primera promoción de Steel Framing están trabajando en la construcción del nuevo aulario”.

El edificio constará de ocho espacios 60 metros cuadrados cada uno: un laboratorio y siete aulas, tres de las cuales pueden unirse y transformarse en espacios más grandes. También hay dos bloques de aseos y dos más de duchas, una recepción y un amplio pasillo (distribuidor) de 124 metros cuadrados en el que se ubicaran taquillas individuales para los alumnos y una fuente ornamental con iluminación propia. Además, todo el edificio estará rodeado de una abundante vegetación. “El presupuesto inicial era de unos 276.000 euros, pero se han hecho algunas mejoras recientemente que han subido un poco este precio, especialmente en carpintería”, explica el doctor ingeniero de edificación Juan Antonio Tocino.

Por otro lado, se está gestionando la obtención de un sello ambiental para este edificio que lo haría ser la única edificación modular con este tipo de reconocimiento ambiental. Igualmente se han tenido en cuenta los criterios de accesibilidad universal con unos criterios más amplios que los estrictamente legales.

Tocino admite que el proyecto lleva un par de meses de retraso según lo previsto debido a algunos problemas técnicos y al hecho de que los constructores están “aprendiendo a la vez que levantan el edificio”, pero, si todo sigue como hasta ahora, los alumnos de la Escuela podrán disfrutar del nuevo aulario a partir de noviembre.

El proyecto original: un edificio con la acreditación Passive House

El edificio que se está construyendo actualmente, de carácter provisional, sustituye a un proyecto anterior que se encuentra paralizado ante la falta de desarrollo urbanístico de la zona en la que pretende ubicarse. Este edificio fue diseñado en 2015 por los arquitectos Valme Moreno Vega y Juan Manuel Castaño Salvador, ganadores de un concurso de ideas promovido por SAMU. Trabajaron sobre un proyecto básico primitivo de Manuel Bermudo Valero, y contó con la colaboración de un amplio equipo técnico multidisplinar y varias asesorías externas. El proyecto cuenta con la acreditación Passive House.

Una casa pasiva o casa solar pasiva es un tipo de construcción en el que se utilizan los recursos de la arquitectura bioclimática combinados con una eficiencia energética muy superior a la construcción tradicional: aislamiento térmico, un riguroso control de filtraciones y una máxima calidad del aire interior, además de aprovechar la energía del sol para una mejor climatización. Se trata de una construcción con un consumo energético muy bajo y que ofrece durante todo el año una temperatura ambiente confortable sin la necesidad de usar calefacción convencional o refrigeración.

“El proyecto de SAMU, inscrito en el Passive House Institute, causó entonces un gran interés, pues, aunque en el mundo existen ya decenas de miles de edificios con esa acreditación, en España no llegan a treinta, y la gran mayoría son viviendas unifamiliares. El edificio docente SAMU hubiera sido el primer edificio dentro de su tipología en España”, señala Tocino. “El Passive House Institute también se interesó mucho por este proyecto porque muchos de los edificios acreditados bajo este sello se encuentran en zonas con un clima frío, como Alemania, donde son necesarias hasta tres capas de vidrio en las ventanas, pero son pocos los que se ubican en un clima cálido como el nuestro”.

La construcción planteada por SAMU se ha proyectado de forma irregular, desarrollándose el programa del edificio en dos plantas con una superficie construida superior a los 3.000 metros cuadrados destinados a uso docente, más un sótano de 1.828 metros cuadrados para una futura base de vehículos de emergencias.

La fachada ha sido resuelta mediante sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE) sobre bloque de hormigón. La cubierta dispone de un aislamiento térmico de 15 centímetros de espesor sobre la que se diseña una azotea ajardinada. La carpintería de fachada se ha dispuesto de baja conductividad térmica y, como en el resto de la envolvente, se ha puesto prestado gran interés en la hermeticidad, que es clave para conseguir la eficiencia energética, con especial cuidado en la resolución de los puentes térmicos. Y la calidad del aire interior se realiza mediante ventilación mecánica con recuperador de calor. Además, el edificio contará con otro elemento singular de la arquitectura bioclimática como es una chimenea solar, en cuyo diseño se ha contado con el asesoramiento del grupo de Termotecnia del departamento de Ingeniería Energética de la Universidad de Sevilla, que favorecerá la ventilación nocturna, colaborando para disipar el calor acumulado en el edificio durante el día. También se ha diseñado una lámina de agua circulante en el suelo del porche.

“Actualmente, son muy escasos en España los edificios con chimenea solar y con un funcionamiento que necesita mejorar. El nuevo edificio de la Escuela SAMU, cuando se construya, será un hito dentro de los edificios de pública concurrencia en España, ya que proyectó un sistema de chimenea solar muy estudiado que utilizará la radiación del sol para mover el aire, suministrando aire fresco al edificio”, admite Juan Antonio Tocino. Pero este ambicioso proyecto tendrá que esperar.

SAMS SAMU

SAMS: Una aplicación de gestión total para la entidad

Dentro del proceso de digitalización de la empresa, SAMU ha desarrollado un Sistema de Gestión Integral propio que ha bautizado como SAMS. Ésta funciona como aplicación web dinámica y permite a la entidad gestionar todas sus unidades de trabajo.

En los últimos 10 años, SAMU ha diversificado sus líneas de negocio, produciéndose un crecimiento que ha obligado a la entidad a innovar en sus gestiones y en el registro de éstas para conseguir la excelencia por la que siempre ha apostado la organización. La digitalización de las gestiones de SAMU no sólo permite un registro sistematizado y exhaustivo de todas las intervenciones de la organización, sino, además, la gestión preventiva y la posibilidad de generar conocimiento a través de procesos de investigación a partir de los datos registrados.

SAMS es una aplicación web que posibilita a SAMU la gestión integral de diversos tipos de unidades de negocio, así como el ofrecimiento de dicha aplicación en régimen de SAAS, (software como servicio). Según explica Almudena Chávez, directora del área de Innovación y del proyecto SAMS, en 2016, los centros del área de Discapacidad de SAMU comenzaron a trabajar con un software que cumplía sus necesidades básicas y que les permitía dar el salto de lo analógico a lo digital, pero que hoy resulta insuficiente. “Este software se aplicó en otras áreas como salud mental, pero jamás pudo aplicarse en los centros de menores, ya que no cubría sus necesidades. Por esta razón era tan importante desarrollar un traje a medida”.

Entre las principales características de SAMS destaca la compatibilidad con todos los sistemas y dispositivos, la participación de la propia entidad en el proceso de desarrollo, la accesibilidad y la facilidad de uso, el cumplimiento de los estándares de lenguajes de programación y el soporte de la aplicación en un sistema de gestión de backoffice que permita su actualización por parte de los usuarios de manera autónoma y remota.
“El sistema se divide en dos grandes bloques. El primero, al que podríamos comparar con una intranet, es de acceso general y su objetivo es compartir contenido entre todos los miembros de SAMU como, por ejemplo, memorias anuales, protocolos, el código ético. También incluye un tablón de noticias y un apartado de avisos para informaciones importantes”, señala Almudena Chávez. El segundo bloque hace referencia a la gestión de los centros propiamente dicho. “Una de las peculiaridades de este sistema es que está dividido por módulos de categorías profesionales, de tal manera que cuando un profesional entra en la ficha de un usuario sólo accede a información útil para su trabajo”, aclara la directora del proyecto.

Tras dos años de trabajo, el objetivo es que SAMS empiece a implantarse en los varios centros de SAMU el 1 de julio. Para ello, durante junio, se llevarán a cabo webinars dirigidas tanto a los directores de los centros como a los trabajadores para que se familiaricen con la aplicación.

Torre Sevilla

Comunicaciones garantizadas desde el techo de Andalucía

SAMU y el conjunto inmobiliario Torre Sevilla han suscrito un convenio de colaboración que permitirá a SAMU ubicar en el rascacielos un repetidor de telecomunicaciones basada en tecnología VHF para garantizar el mantenimiento de la comunicación en toda el área metropolitana ante situaciones de catástrofe que impliquen la interrupción o el colapso del resto de tecnologías basadas en telefonía.

Este repetidor, que será instalado por SAMU en un espacio cedido por Torre Sevilla en la cubierta del rascacielos, nace con la pretensión de asegurar una respuesta ágil ante la circunstancia de una emergencia generalizada y la caída de los soportes de telecomunicaciones en el área metropolitana, de cara a poder coordinar equipos de respuesta frente a una situación de emergencias.

Juan González de Escalada, director del Área de Emergencias de SAMU, explica que “el VHF es una tecnología efectiva que en este caso se concibe para preservar uno de los aspectos esenciales en la gestión de emergencias, que es la coordinación. Ante el supuesto de que todas las telecomunicaciones sucumban, es una manera de garantizar el mantenimiento de los servicios de comunicación para poder coordinar la asistencia sanitaria ante grandes episodios de emergencia”.

La instalación del repetidor en la corona de Torre Sevilla, el rascacielos más alto de Andalucía, permitirá que el aparato disponga de máxima cobertura al minimizar las barreras físicas que interfieren en su funcionamiento, convirtiéndose así en una pieza clave para garantizar la atención de emergencias en toda la provincia. “Nos complace enormemente poner Torre Sevilla al servicio de la ciudadanía para mejorar la atención en emergencias, dotando a la provincia de un plus de seguridad en caso de fallar el resto de sistemas”, señala José Manuel Martínez Escobar, coordinador técnico en Torre Sevilla.

Esta actuación se inscribe en la estrategia del conjunto arquitectónico de fomentar las sinergias en los ámbitos local y autonómico, apoyándose en la colaboración con otras entidades. “Estamos muy comprometidos con nuestro entorno y, con nuestras actuaciones, buscamos impactar positivamente en la sociedad, ya sea desde el punto de vista medioambiental, de acción social o de seguridad. En este caso, además, lo hacemos de la mano de SAMU, un referente en la asistencia médica de emergencias”, concluye Martínez.

María Luisa Rodríguez. Jefa de logística del área de Infancia y Familia de SAMU

María Luisa Rodríguez, jefa de logística del área de Infancia y Familia de SAMU: “Yo soy María Luisa, el ‘comodín’ de SAMU”

María Luisa Rodríguez Águeda (Tarifa, 1974), jefa de logística del área de Infancia y Familia de SAMU, es un ejemplo de afán de superación en su profesión. Posee vocación, profesionalidad, tesón y, sobre todo, compañerismo y capacidad de trabajo en equipo, características decisivas para superar cualquier situación profesional, como ha demostrado desde su llegada a SAMU.

—¿Cuándo comenzó su andadura en SAMU?
—Comencé a trabajar en SAMU en la primera Unidad de Acogida Temporal de Emergencia (UATE) que la organización abrió junto al centro de menores Nuestra Señora del Cobre en Algeciras (Cádiz) en 2007. Allí estuve encargada de la lencería, pero también ayudaba a la cocinera del recurso en la elaboración de los menús. Finalmente, acabé en el puesto de cocinera, turnándome con mi otra compañera. En 2008, SAMU comenzó a gestionar un centro residencial básico y nos trasladamos a Pelayo. Aquí me consolidé profesionalmente hablando. Cocinaba para los menores, además de realizar los pedidos de alimentación y todo lo relacionado con la lencería y limpieza.

—¿Cómo era su relación con los menores?
—Mi relación y trato con los menores era cada vez mayor, lo que hizo que aflorara en mí una vocación hasta entonces oculta a la hora de trabajar en el Sistema de Protección de Menores. Siempre tenía ‘ayudantes en la cocina’. Muchos menores siempre estaban dispuestos a colaborar. Llegó un punto en que ellos solos leían el menú y sabían qué alimentos y qué cantidades tenían que coger para ayudarme a elaborar las diferentes comidas sin necesidad de que yo les dijera nada.

—¿Cómo conoció Fundación SAMU?
—Un vecino que trabajaba en el Centro de Menores del Cobre me habló de la apertura del nuevo recurso que iba a gestionar SAMU y él mismo dejó mi currículum. A los pocos días me llamaron para una entrevista, la cual me realizó el doctor Carlos Álvarez Leiva. Recuerdo con cariño que, al preguntarle cuáles serían mis funciones, don Carlos me dijo que sería “el comodín”, así que el día que me presenté a mis compañeros dije textualmente: “Yo soy Mª Luisa y soy el comodín”. Recuerdo aún como se reía don Carlos.

—¿Qué recuerdos tiene de esos primeros años en SAMU?
—Fueron mis mejores años profesionales. Tengo maravillosos recuerdos de los menores y los compañeros. Ver a un menor llegar al centro y marcharse años después era un motivo de orgullo. La diferencia entre el niño que llegaba y el medio hombre que se marchaba era abismal, y tú sabías que habías formado parte de esa evolución. En cuanto a los compañeros, por ejemplo, trabajar con Nicolás Torres, que por aquel entonces era educador, era muy divertido. Nunca sabías por dónde iba a salir. Sus revisiones de las habitaciones de los menores sin previo aviso eran lo mejor. No quiero decir con esto que lo que hago ahora no me guste. En absoluto. Ahora SAMU me ha dado la oportunidad de crecer profesional y personalmente, y me encanta. Es cierto que el trato directo con los menores ahora es menor, pero sigo disfrutando de ellos cada vez que abrimos un centro. Ellos llegan en patera a España, sin nada, y todos los compañeros nos involucramos en su atención.

—¿En qué otros recursos de SAMU ha trabajado?
—En 2012 nos trasladamos de Pelayo a un nuevo centro en San Roque, pero en 2014, la Junta de Andalucía no renovó la concesión del centro a SAMU, lo que supuso un paréntesis en mi carrera profesional. En 2017, Nicolás Torres, director del área de Infancia y Familia de SAMU, confió nuevamente en mí y me dio una oportunidad. Para ser sinceros, dudé de si aceptar o no. Fue mi hija la que me alentó a hacerlo. “Mamá, súbete al tren, que el tren solo pasa una vez”, me dijo. Y así lo hice. Cuatro días después estaba haciendo macarrones para 40 menores. Esta vez mi cometido fue otro. Fui auxiliar educativo en el nuevo recurso que SAMU abrió en Jimena de la Frontera. Siempre digo que me alegro de haberme subido de nuevo al tren, pero la verdad es que nunca imaginé que el tren iba a ir tan lleno. Con la crisis migratoria de finales de 2017 y principios de 2018, SAMU experimentó una expansión sin precedentes. El ritmo de apertura de recursos dirigidos a menores era frenético y, para poder cubrir las necesidades de los nuevos menores que llegaban a nuestras costas, me dieron la responsabilidad de llevar la logística de estos nuevos centros en cuanto a la relación y control del cátering, pedidos de alimentación, higiene y limpieza, control y pedido de ropa, y todas aquellas otras necesidades que pudieran surgir. Actualmente, también realizo estas funciones en los centros abiertos recientemente en Canarias.

—Supongo que también habrá vivido momentos duros.
—Creo que eso es inevitable. Muchos de los menores que llegaban a la primera UATE y al primer residencial de SAMU lo hacían en condiciones de desnutrición, con piojos, calvas en la cabeza… Su situación era bastante precaria. Recuerdo también el día de la llegada del barco Open Arms y la mirada de esos niños que estaban a bordo, una mirada que impactaba. En los últimos meses, la llegada de chicos a Canarias también ha sido desmesurada.

—Tengo entendido que tiene un mote cariñoso, ‘La bruja’. ¿Cómo surgió este apelativo?
—Cierto, me llaman ‘Bruja’ o ‘Bruji’. No sabría decirle bien cómo surgió. En la primera UATE, un día regañé a un menor por estar en pijama aún a una hora en la que no se podía según las normas del centro. Años más tarde, ese chico, ya adulto, pasó a formar parte de la plantilla de SAMU y una noche en la que estábamos los dos de guardia me recordó aquella regañina y me confesó que en aquel momento le parecí una bruja. No sé si nació ahí, pero lo cierto es que hasta don Carlos Álvarez Leiva alguna vez se ha referido a mí de esta forma y en tono cariñoso. Hasta mi propia hija me llama así.

—¿Qué le ha ofrecido SAMU en estos años?
—Evolución y mucha satisfacción. Gracias a la oportunidad que me ha dado SAMU, soy como soy hoy en día. Me siento muy orgullosa del crecimiento que ha tenido SAMU, y ver crecer cada uno de los recursos en los que he intervenido es muy satisfactorio, pues sé que yo he formado parte de ese crecimiento. Eso sí: toda esta evolución profesional se la debo a mis compañeros, que día a día me han ido enseñando y ofreciendo su ayuda. Son Laura, Karen, Antonio Rodríguez y Palma. Y especialmente se lo tengo que agradecer a Nico y Juan que han confiado en mí hasta llegar aquí.

Dr. Carlos Álvarez Leiva

Claves para gestionar una crisis anunciada, por el Dr. Carlos Álvarez Leiva

Entre el 6 y el 11 de enero, la borrasca Filomena azotó España dejando históricas nevadas en el centro peninsular, principalmente, y fuertes lluvias en la Costa del Sol. Días antes, varios expertos y medios comenzaron a hablar de una de las nevadas más potentes de las últimas décadas, y el día 5, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) emitió avisos rojos por nieve en varias provincias del interior peninsular y avisos naranjas por fuertes lluvias en Andalucía. Según la Aemet, Filomena fue la mayor tormenta de nieve en España desde 1971. La borrasca provocó siete muertes. El doctor Carlos Álvarez Leiva, presidente de Fundación SAMU, hace balance de lo ocurrido y de la gestión de la crisis.

Uno. Gestión de la inteligencia

Gracias a las nuevas tecnologías solemos tener con antelación conocimiento de las predicciones meteorológicas y sus consecuencias (riesgos derivados). Es lo que ocurrió con la borrasca Filomena. Varios días antes, los expertos alertaron de lo que podía ocurrir. Gestionar esta información implica un trabajo organizativo, basado en la inteligencia, una agenda de los recursos ordinarios y extraordinarios y un operativo asistencial dirigido a resolver prioridades críticas.

La inteligencia en la gestión de una crisis consiste en el uso de las evidencias ciertas que disponemos para disminuir los daños derivados de la improvisación, lo que se ha venido en llamar “Gestión de la Incertidumbre”.

Dos. Evidencias

¿Cuáles eran las evidencias ciertas de las que disponíamos? En primer lugar, la crisis estaba descrita.

En segundo lugar, la crisis se inserta sobre un repunte de otra crisis anterior, la pandemia del coronavirus.

En tercer lugar, disponemos de un arsenal de recursos humanos y de infraestructura muy potentes. Y, por último, las comunicaciones inalámbricas funcionan.

Tres. ¿Qué puede ocurrir?

Teniendo en cuenta las predicciones meteorológicas y las evidencias ciertas, cuáles son los posibles escenarios que pueden sucederse: colapso en los movimientos urbanos e interurbanos; personal atrapado por la nieve; bloqueo de los accesos hospitalarios para personal y pacientes; colapso asistencial; agotamiento del personal sanitario; agotamiento de reservas estratégicas: energía, combustibles. Y más cosas, pero debemos centrarnos en las posibles consecuencias más críticas sin miedo a ellas.

Cuatro. Gestión de la Incertidumbre

El proceso consiste en una organización basada en la autoridad, la jerarquía, el mando y el control. Cualquier fragilidad en este esquema se traducirá como un ‘efecto mariposa’ en daños sobre los ciudadanos. La gestión debe dirigir todos los esfuerzos a unos pocos objetivos que aseguren la supervivencia de la comunidad.

Existe un modelo universal experimentado, el llamado Incident Command System, que aglutina sobre un mando único el conjunto de elementos de la intervención con un mismo lenguaje, compartiendo doctrina, comunicación, planteamiento, logística y control de las operaciones.

En el caso que nos ocupa, el caos estaba asegurado por el enredo de las administraciones que participaban en la gestión: Gobierno central, autonómico, municipal, Protección Civil del Estado, Protección Civil de las comunidades…, con competencias cruzadas y, lo que es peor, con las competencias basadas en recursos que son de otras administraciones. Es decir, tengo la competencia pero no puedo ejercerla.

La descentralización del mando debilita la gestión de crisis. Esa es una realidad técnica con independencia de la corrección política. El Estado dispone de instrumentos organizativos para estas situaciones que están “capadas” y que se presupuestaron para ello. La Dirección General de Protección Civil, sobre el papel, dispone de la estructura jurídica, jerárquica y funcional, pero su capacidad operativa está poco o nada desarrollada porque los recursos son de otras administraciones superpuestas.

La gestión del Estado se limita a ceder recursos (previa solicitud, análisis y aprobación), como es la Unidad Militar de Emergencias y, eventualmente, otras unidades específicas (ingenieros, transportes, asistencia sanitaria). Cuando estos recursos llegan a las comunidades autónomas, pasan a ser gestionados habitualmente por técnicos poco familiarizados con sus procedimientos, lenguajes y organización, perdiendo capacidades.

Cinco. Lecciones aprendidas de la crisis de la borrasca Filomena

Entre las cosas que hemos hecho bien durante esta crisis destaca el comportamiento de la ciudadanía, la respuesta de los profesionales sanitarios y el despliegue al límite de los recursos propios de cada Administración en su área de competencia.

Por otro lado, entre los puntos que debemos mejorar destaca, en primer lugar, el lenguaje de crisis. Es preciso saber que el concepto de estado de alerta quiere decir enumerar los recursos y ponerlos en uso. Esto es algo más que una comunicación rutinaria en los informativos. Alerta es poner a punto las armas para el combate. Y alarma (a las armas) es intervención. Si estos términos son confusos, se pierde tiempo de reacción.

Además, la centralización de la gestión es indispensable por muy políticamente incorrecto que pueda parecer, máxime cuando están presentes dos crisis al mismo tiempo. El Estado es el responsable final de preservar la salud de los ciudadanos y uno de los pilares sobre los que se asienta toda comunidad estructurada.

Seis. Qué habría hecho yo

En primer lugar, habría convocado, mantenido y gestionado un gabinete de crisis único al más alto nivel desde el mismo momento en el que se tuvo conocimiento de lo que podía ocurrir, no desde que ocurrió. El tiempo en gestión de crisis son vidas.

En segundo lugar habría identificado los puntos críticos y dirigido a ellos todos los esfuerzos hasta que dejasen de ser críticos, y luego pasar al siguiente elemento crítico.

Habría garantizado los accesos hospitalarios a pacientes y personal, utilizando, si es necesario, recursos extraordinarios del Ejército.

Los siguientes puntos son garantizar con tiempo los recursos energéticos de servicios estratégicos; gestionar los medios para que el personal de recursos críticos pudiera pernoctar en sus centros de trabajo; organizar brigadas de rescate en carretera con recursos y personal del Ejército, como la UME; confinar a la población de las zonas más afectadas por dos razones, el Covid-19 y la gran nevada; entrenar para su uso brigadas de atención social; asegurar que todas las ambulancias llevan cadenas y que el personal sepa usarlas; asegurar refugios adaptados; y hacer más formación y menos información.

El nuevo coche Triple Zero: Rápido (y limpio) como el viento

Cero emisiones en desplazamientos, cero emisiones en energía diurna y cero emisiones en energía nocturna. Así es el primer coche eléctrico alimentado por placas solares que SAMU ha incorporado a su dispositivo de emergencias, un proyecto I+D+i bautizado como Triple Zero y en cuyo desarrollo han participado los departamentos de Sostenibilidad e Innovación de SAMU, Escuela SAMU y SAMU Emergencias, con el apoyo de Renault. La primera unidad, cuyas fotografías ilustran este reportaje, ya está plenamente integrada en las rutinas de la entidad.

“Nuestro objetivo era crear un vehículo de intervención rápida que pudiera llegar de manera inmediata a un punto y tuviera los recursos necesarios para mantener con vida a una persona mientras llega la asistencia, al mismo tiempo que somos respetuosos con el medio ambiente y ayudamos a preservar nuestro planeta”, explica Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU. “Cumple una necesidad inmediata de la acción de nuestros equipos, pero también pensamos en el mañana y en nuestro compromiso con la sociedad”.

Los objetivos específicos de SAMU eran crear un Vehículo de Intervención Rápida (VIR) de cero emisiones; reducir el impacto ecológico de la Escuela SAMU, en cuyas instalaciones se encuentra su aparcamiento; reducir el impacto ecológico de los vehículos de intervención en emergencias; y reforzar la imagen de marca responsable de SAMU y del resto de las entidades colaboradoras en el proyecto, entre las que se encuentra Renault Syrsa y la entidad de banca sostenible Triodos Bank.

Este vehículo, un Renault Twizy 80, se alimenta por placas solares durante el día y se abastece de electricidad proveniente de energías renovables el resto del tiempo. Con 80 kilómetros de autonomía y una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora, el equipo de I+D+i de SAMU ha elegido el modelo Renault Twizy 80 por sus reducidas dimensiones, que confieren a este vehículo una maniobrabilidad excelente, permitiendo su acceso a zonas complejas.

“Sus dimensiones permiten también su utilización en eventos deportivos sin generar ningún obstáculo para los deportistas”, explica González de Escalada. Asimismo, sus dos plazas útiles le permiten transportar a un médico y a un enfermero o a un técnico en emergencias sanitarias (TES) y a un enfermero, en función del tipo de cobertura que esté realizando la entidad.

Este vehículo fue probado por primera vez en los dispositivos de emergencias desplegados por SAMU con motivo de la última Carrera Nocturna del Guadalquivir, celebrada en Sevilla en septiembre. También ha intervenido en otros importantes eventos en los que participa SAMU como la Maratón de Sevilla y lo hará en las diferentes carreras populares organizadas por el Instituto Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Sevilla, cuando las administraciones retomen su calendario de competiciones deportivas tras la crisis sanitaria.

“Hay que luchar por limpiar el aire y por preservar el medio ambiente”, señala el director general de SAMU, Carlos González de Escalada. “El Proyecto Triple Zero es una declaración de intenciones. Es un vehículo que salva vidas de forma sostenible”.

SAMU pone en marcha un laboratorio con impresora 3D para producir objetos de uso sanitario

SAMU, a través de su departamento de Ingeniería, ha puesto en marcha con motivo de la crisis del Covid-19 un laboratorio de fabricación digital (FabLab). Es un espacio de producción no industrial de objetos físicos mediante una impresora 3D controlada por ordenador y en el que se fabrican mascarillas de adultos e infantiles, salvaorejas, pantallas faciales protectoras, válvulas para adaptar máscaras de buceo como respiradores y tráqueas artificiales para que alumnos y profesionales puedan practicar traqueotomías en Escuela SAMU, entre otros objetos.

“Durante la pandemia, todos nosotros, y en particular por su especial responsabilidad la dirección de SAMU, sentíamos la necesidad moral de luchar con todos los medios y las fuerzas a nuestro alcance contra la escasez de medios de protección individual que existía. Por ese motivo, propuse este proyecto que llevábamos acariciando algún tiempo”, explica Juan Antonio Tocino, responsable del departamento de Ingeniería de SAMU. “El proyecto arrancó el viernes 21 de marzo con la llegada a SAMU de una impresora 3D, y ese mismo fin de semana ya empezamos a imprimir piezas para luchar contra el Covid-19”.

El FabLab ha producidos desde que comenzó su actividad unas 300 unidades de diferentes objetos. “Es una cantidad importante para un modesto espacio de creación que acaba de nacer con vocación de crecer, completar la maquinaria que nos falta, y con el deseo de acreditarnos oficialmente”, manifiesta Tocino, que trabaja en este proyecto junto a Jorge Ávila.

En Sevilla, al igual que en otros puntos del país, existe un importante movimiento de personas y organismos que han empezado a imprimir objetos en 3D para luchar contra el coronavirus a nivel individual, a veces, en sus propias casas. En Sevilla, uno de los FabLab con mayor producción es el de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, en el que participan unos 150 voluntarios, y que han fabricado unos 20.000 piezas de equipos de protección individual, según datos de la Universidad.

“Durante la pandemia ha existido un gran espíritu de colaboración a nivel internacional y se ha puesto a disposición de la comunidad 3D todo tipo de modelos para su impresión. En el caso del respirador hospitalario, existía un modelo publicado de adaptador para acoplarlo a la máscara de buceo de la marca Decathlon, pero, sin embargo, no existía (y tuvimos que crear uno en SAMU) para el respirador pulmonar portátil, que hemos puesto a disposición de la comunidad 3D”, anota Juan Antonio Tocino. “Existe mucha colaboración entre todos las personas y organismos que estamos imprimiendo en 3D, tanto para resolver dudas como para compartir elementos y resultados de impresión”.

SAMU ha estado en contacto con varios grupos de impresión 3D de carácter médico y técnico, entre el que destaca el único grupo radiológico en 3D que existe (rsna.webwx.com), avalado por la Sociedad Americana de Radiología. Además, el equipo de Juan Antonio Tocino también ha contado para este proyecto con la colaboración de la doctora Ana Moreno Ballesteros, del Servicio de Radiodiagnóstico y Medicina Nuclear del Hospital Virgen Macarena de Sevilla; y la de Javier García Sola, del área de Arquitectura de la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos de España.