Misión SAMU Valencia 2024

Lecciones aprendidas a propósito de la DANA de Valencia

Por Carlos Álvarez Leiva, presidente fundador de SAMU

Durante las últimas cuatro décadas, he tenido la oportunidad de contribuir en la gestión de numerosas catástrofes tanto en España como en más de veinte escenarios internacionales. Mi experiencia abarca desde las inundaciones en León y el País Vasco hace varias décadas hasta eventos recientes que han desafiado nuestra capacidad de respuesta. Esta diversidad de experiencias ha enriquecido mi entendimiento sobre las dinámicas de las crisis y la importancia de una gestión efectiva. Mi participación no solo refleja un compromiso con la mejora continua en este campo, sino también la necesidad de compartir conocimientos y aprender de cada situación para fortalecer nuestra preparación.

Además de mi participación directa en la gestión de catástrofes, en SAMU Sevilla hemos tenido el privilegio de formar a miles de profesionales en emergencias a lo largo de los años. Esta labor docente ha sido una parte fundamental de mi carrera, permitiéndome transmitir los conocimientos adquiridos en el terreno a las nuevas generaciones de especialistas. Esta experiencia educativa ha enriquecido mi perspectiva y ha reforzado mi enfoque hacia la mejora continua en la preparación y respuesta.

El suceso

La DANA en Valencia, un evento meteorológico extremo, dejó un saldo trágico de 223 fallecidos y provocó devastación en la región. Las infraestructuras críticas sufrieron daños significativos, y más de 10.000 viviendas quedaron afectadas, dejando a miles de personas sin acceso a servicios esenciales como electricidad y agua potable. La respuesta de la comunidad autónoma, aunque rápida, fue insuficiente frente a la magnitud del desastre, mostrando retrasos en la movilización de recursos estatales que evidenciaron las limitaciones de competencias existentes.

La situación se agravó por la falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno, lo que retrocedió aún más las operaciones de rescate y ayuda. Este suceso resalta la crítica necesidad de revisar y fortalecer los protocolos de actuación y de integrar de manera más efectiva las capacidades técnicas en la gestión de emergencias, especialmente en áreas propensas a sufrir este tipo de fenómenos naturales. El fango político fue tan agresivo como el natural.

Las responsabilidades

Los líderes políticos y administrativos llevan la carga esencial de prevenir y mitigar los efectos adversos en situaciones de emergencia. Este suceso ha puesto de manifiesto una deficiencia crítica en la preparación y gestión de crisis en nuestra estructura gubernamental. Es imperativo que se revisen y fortalezcan los marcos de competencia entre los distintos niveles de gobierno para asegurar una respuesta rápida y eficaz.

La falta de habilidades técnicas especializadas y la preparación inadecuada para eventos de gran escala han derivado en una actuación tardía que incrementó la vulnerabilidad de la población afectada. La implementación de un sistema integrado de gestión de emergencias con protocolos claros y efectivos es ahora más crucial que nunca. Debe existir un compromiso firme por parte de todos los niveles de gobierno para invertir en capacitación, recursos y coordinación, garantizando así la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.

Además de los retos inmediatos durante y después de una catástrofe, es crucial abordar el denominado tsunami postcatástrofe. Esta fase se caracteriza por una inundación de ayudas desorganizadas y la invasión de voluntarios, lo que genera una enorme distorsión logística y organizativa. Es esencial implementar un marco de gestión que regule y optimice tanto la llegada de ayudas como la integración de voluntarios, asegurando que estas contribuciones sean efectivas y respondan a las necesidades reales sobre el terreno.

La crisis evidenció un desfase entre las competencias políticas de la comunidad autónoma y los recursos materiales y humanos que correspondían al Estado. Esto generó demoras significativas en la respuesta operativa.

Se puede argumentar que para afrontar crisis complejas como la DANA se requiere un liderazgo integral que combine competencias políticas y técnicas. Un líder integral debe ser capaz de comprender la naturaleza de la crisis, tomar decisiones estratégicas, conocer los recursos disponibles y coordinar a los distintos actores involucrados. Falló un plan de comunicación claro y conciso para informar a la población, así como el conocimiento sobre los protocolos de activación del Ejército, lo que retrasó la llegada de ayudas complementarias (medios aéreos, maquinaria pesada, pontoneros…).

La brecha de competencias

Se puede afirmar que existe una brecha de competencias cuando los responsables de tomar decisiones no cuentan con los conocimientos, las habilidades necesarias y los medios suficientes para abordar los desafíos específicos de la situación. La existencia de competencias políticas no se tradujo necesariamente en la capacidad técnica suficiente para anticipar y responder a los desafíos que la crisis planteó. Esto evidenció una desconexión que impactó directamente en la eficacia de la respuesta y en la protección de la población afectada.

La tardía activación del Ejército como único instrumento con capacidades de intervención adecuadas es un punto central en el análisis de gestión de la crisis. El Ejército Español tiene un marco constitucional y legal que regula su actuación, especialmente dentro del territorio nacional. Aquí se destacan las principales limitaciones y condiciones basadas en la Constitución Española de 1978 y la legislación relevante como la Ley Orgánica 5/2005 de Defensa Nacional.

La intervención del Ejército en emergencias se canaliza a través de la Unidad Militar de Emergencias (UME), creada específicamente para actuar en catástrofes y emergencias declaradas por las autoridades civiles.

Para abordar eficazmente futuras crisis y cerrar la brecha de competencias revelada por la DANA es fundamental implementar una serie de soluciones estructuradas. Primero, la creación de programas de formación especializada en gestión de crisis dirigidos a políticos fortalecerá su capacidad para enfrentar emergencias complejas. Además, es crucial incorporar expertos técnicos en los equipos de toma de decisiones para asegurar una base sólida de conocimiento especializado, y establecer un protocolo nacional que permita activar recursos del Estado de manera automática cuando las capacidades autonómicas sean insuficientes.

La experiencia en logística y gestión de recursos y el dominio de la comunicación de crisis son indispensables para informar y tranquilizar a la población de manera efectiva.

Por último, y muy importante, es esencial evitar ataques personales y generalizaciones que puedan desviar el foco de la gestión eficiente de la crisis.

Reflexiones finales

La crisis provocada por la DANA en Valencia ha subrayado la importancia crítica de una preparación adecuada para emergencias y una respuesta coordinada. La experiencia ha demostrado que la eficacia en la gestión de crisis no solo depende de la disponibilidad de recursos, sino también de una coordinación efectiva entre todos los niveles de gobierno.

Es esencial que los protocolos de actuación sean claros y que todos los involucrados (desde técnicos hasta líderes políticos) comprendan sus roles. La integración de capacidades técnicas y la colaboración interinstitucional deben mejorarse para afrontar eficientemente futuros eventos de esta magnitud.

Además, es crucial desarrollar liderazgos bien formados en gestión de crisis que combinen conocimientos técnicos con habilidades de decisión rápida bajo presión. Solo así podremos garantizar la seguridad y el bienestar de la población ante desastres naturales imprevistos.

Estas lecciones deben servirnos para revisar y fortalecer nuestros sistemas de emergencia, asegurando que estamos mejor preparados para responder de manera rápida y organizada en cualquier situación de crisis.

Simulacro de IMV en Escuela SAMU

El caos bajo control: Incidente con Múltiples Víctimas en Escuela SAMU

La mañana del viernes 20 de diciembre, el sonido de una explosión rompió la calma en las instalaciones de Escuela SAMU, en Gelves (Sevilla). No se trataba de una emergencia real, sino del inicio de un simulacro integral de Incidentes de Múltiples Víctimas (IMV), el primero de este curso 2024-2025. El ejercicio, diseñado para poner a prueba la preparación de los futuros profesionales de emergencias, sumergió a los participantes en un escenario de caos cuidadosamente orquestado.

El objetivo era claro: replicar, con el mayor realismo posible, una situación en la que los recursos sanitarios y humanos resultasen insuficientes para atender a todas las víctimas. Durante cinco horas, 142 alumnos de diferentes disciplinas se enfrentaron a retos logísticos, asistenciales y psicológicos que exigieron precisión y trabajo en equipo.

En este ejercicio participaron alumnos del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria (UECAH), los alumnos de Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES), Técnicos de Emergencia y Protección Civil, Técnico Superior de Coordinación de Emergencias y Protección Civil y los de Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) de Escuela SAMU. Además, se contó con la colaboración de personal voluntario externo, lo que enriqueció la experiencia y permitió una interacción dinámica entre diversos actores implicados en la gestión de emergencias.

Una coreografía de la emergencias

El simulacro comenzó semanas antes con una planificación minuciosa. Un equipo de cinco alumnos del Máster de Enfermería, junto a una instructora experimentada, diseñó cada detalle del ejercicio: desde los roles asignados a las víctimas hasta los recursos logísticos disponibles. El escenario elegido fue una simulación de explosión en un edificio, con más de 30 participantes caracterizados como heridos graves, quemados e incluso pacientes en paro cardiorrespiratorio.

La jornada arrancó con la distribución de roles. Mientras las supuestas víctimas eran caracterizadas con maquillaje de efectos especiales, los equipos de intervención recibían instrucciones en el área de material. Sobre las nueve y media de la mañana, el simulacro cobró vida: una llamada ficticia al Centro de Coordinación de Urgencias (CCU) marcó el inicio del despliegue.

Las primeras acciones se concentraron en el área de impacto, donde los equipos de rescate entraron con cascos y herramientas de protección. Simultáneamente, el equipo de triaje evaluó a las víctimas y las clasificó según la gravedad de sus lesiones, empleando tarjetas de colores para priorizar la atención.

Entre las zonas más activas destacó el área de atención psicológica. Aquí, los psicólogos en formación intervinieron para estabilizar emocionalmente a víctimas ficticias con crisis de pánico, brotes psicóticos y ansiedad extrema. La tensión era palpable incluso en los detalles simulados, como el humo generado con máquinas y los sonidos de explosiones controladas.

Uno de los aprendizajes clave del simulacro fue la importancia del liderazgo en situaciones de alta presión. Los participantes asumieron responsabilidades jerárquicas, coordinando equipos y tomando decisiones críticas en tiempo real. «No se trata solo de atender a los heridos, sino de gestionar recursos limitados de manera eficiente», explicó una de las instructoras.

El equipo de evaluación destacó el rendimiento de los participantes en el uso de sistemas de comunicación, como los walkie-talkies, y su capacidad para adaptarse a imprevistos, como un supuesto colapso estructural durante la evacuación.

El simulacro concluyó con un debriefing detallado, donde instructores y alumnos analizaron aciertos y áreas de mejora. Entre los aspectos positivos, se subrayó la coordinación entre equipos y la capacidad de improvisación frente a emergencias secundarias. Sin embargo, también se identificaron retos, como la necesidad de optimizar los tiempos de traslado entre zonas y mejorar la gestión de pacientes con heridas críticas.

Este tipo de ejercicios son esenciales para la formación de los futuros profesionales de la salud y las emergencias, no solo por las habilidades técnicas que desarrollan, sino por el temple que exigen. Como recordó uno de los organizadores: «En la vida real, no hay segunda oportunidad para salvar una vida. Estos simulacros nos preparan para afrontar lo impensable con eficacia y humanidad».

Voluntarios de SAMU en Valencia tras el paso de la DANA.

SAMU en Valencia: historias de barro, resiliencia y esperanza

El 29 de octubre, la Comunidad Valenciana fue azotada por una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que dejó una estela de destrucción y dolor sin precedentes en la historia reciente de nuestro país, y cuyos efectos seguirán vigentes durante un tiempo por determinar. Las lluvias torrenciales y los desbordamientos de ríos afectaron gravemente a municipios como Catarroja, Picanya, Paiporta y Utiel. Las infraestructuras colapsaron y las viviendas quedaron sumergidas bajo el agua. Hasta el 26 de noviembre, las autoridades habían confirmado 221 víctimas mortales en la provincia de Valencia.

«Aquello era una película de miedo. En la zona cero, la gente gritaba y todo estaba lleno de barro. Había destrucción mirases por donde mirases. Me impactó mucho aquel paisaje tan desolador», explica Manuel Orozco, uno de los voluntarios del primer equipo que Fundación SAMU desplazó hasta la Comunidad Valenciana para ayudar a los afectados por la peor DANA del siglo. «Antes de llegar había visto muchas noticias e imágenes en las redes sociales, pero aquello había que verlo para creerlo».

La psicóloga María Casado, otra de las voluntarias de Fundación SAMU, coincide con su compañero en que «la realidad superaba con creces todas las noticias» que les llegaba a través de las redes sociales o los medios de comunicación. «El paisaje era desolador. Parecía que estábamos en guerra y que se había detenido el tiempo», reconoce Casado, que participó en el segundo contingente que activó la organización. «A pesar de que yo llegué en el segundo equipo, diez días después de la DANA, parecía que la gran riada había ocurrido el día anterior».

La magnitud de la tragedia ha movilizado a miles de voluntarios que, desde el primer momento, se han volcado en las labores de rescate, limpieza y apoyo a los damnificados. La respuesta solidaria ha sido masiva, con ciudadanos de toda España desplazándose a las zonas afectadas para brindar su ayuda, entre ellos profesionales de Fundación SAMU.

La misión

Un equipo de once voluntarios especializados en emergencias sanitarias y protección civil de SAMU partió el 31 de octubre de Gelves (Sevilla) con dirección al municipio de Utiel para ayudar a las comunidades afectadas.

SAMU activó un gabinete de crisis el martes 29 de octubre por la noche, cuando empezaron a llegar las alertas del desastre desatado esa misma tarde por las fuertes lluvias. En la mañana del miércoles día 30, la organización empezó a coordinar los preparativos para una posible misión de emergencia y a movilizar a sus profesionales y a los alumnos de Escuela SAMU. Y por la noche, la dirección de SAMU tomó la decisión de enviar un dispositivo a Utiel para atender el llamamiento de auxilio realizado por su Ayuntamiento. Utiel, con 11.000 habitantes, fue uno de los municipios más afectados por las riadas e inundaciones. Las lluvias asociadas a la DANA provocaron el desbordamiento del río Magro. Las imágenes de puentes destruidos, carreteras levantadas, barrios devastados y rescates al límite han dado la vuelta al mundo.

Este primer equipo que se desplazó al levante español estaba formado por once personas, bajo el mando de Sergio Vitrián, experto en protección civil. Viajaban profesionales con diversos perfiles: enfermería, técnico en emergencias sanitarias, bomberos y especialistas en emergencias sanitarias y protección civil. El convoy contaba con dos vehículos todoterreno, un puesto de mando 4×4 y una UVI Móvil, además de material de intervención logística.

El gabinete de crisis de SAMU estaba en contacto con las autoridades tanto de Andalucía como de Valencia, así como con otras organizaciones de emergencias, en una situación en el que todos los recursos se vieron desbordados para determinar las zonas prioritarias de actuación y para identificar los espacios y las tareas en los que se requería asistencia.

Cuando el equipo de SAMU llegó a la zona se encontró con numerosos recursos y efectivos, pero faltaba coordinación. Por esta razón, en un primer momento, SAMU llevó a cabo funciones de coordinación de emergencias y, posteriormente, se desarrollaron labores de asistencia sanitaria casa por casa y de logística y rescate. «Era necesario coordinar todos los recursos. Había muchas manos, pero faltaba coordinación. Yo fui el responsable de organizar los diferentes profesionales que acudían de manera voluntaria, como enfermeros, bomberos, electricistas, fontaneros o cerrajeros. Estos últimos eran muy importantes, pues había numerosas casas cerradas y sus propietarios no tenían forma de entrar en ellas», comenta Manuel Orozco, responsable de logística del primer contingente de SAMU y alumno de ciclo de FP de Técnico de Emergencias Sanitarias de Escuela SAMU.

«En la vida trabajamos y nos esforzamos para tener una casa y un coche, y aquellas personas lo habían perdido todo en cuestión de minutos. Vieron desaparecer su casa y su coche delante de sus ojos sin poder hacer nada, porque, si intentaban evitarlo, podían perder su vida», continúa Orozco.

Este profesional recuerda ya en Sevilla cómo los vecinos de Utiel trataba a los voluntarios de SAMU como héroes sólo por el hecho de ayudarles. «Es algo que no se puede explicar. Nosotros hacíamos nuestro trabajo, pero para los vecinos de Utiel era mucho más. Les llamaba la atención que un grupo de personas vinieran desde Sevilla, siete horas en coche, a ayudarles», apunta Orozco, que también participó este verano en el dispositivo de emergencias de Ceuta que SAMU activó ante la llegada masiva de personas migrantes.

Tras una semana en Utiel, Fundación SAMU envió un segundo equipo de 14 voluntarios formado por cuatro psicólogos, dos enfermeros, ocho técnicos de emergencias sanitarias y expertos en protección civil al municipio de Catarroja como respuesta a la demanda de apoyo formulada por las autoridades locales y regionales que estaban al frente de la gestión de la emergencia.

Este equipo multidisciplinar dio el relevo al primer contingente enviado por SAMU al municipio de Utiel, que regresó a la base el 2 de noviembre.

El nuevo dispositivo tenía como objetivos proporcionar primeros auxilios a la población; proporcionar equipo de protección individual (EPIs) y atender a aquellas personas afectadas por la propagación de enfermedades transmisibles; colaborar en la gestión, almacenamiento y transporte de los centros de recepción de alimentos en el municipio de Catarroja; y proporcionar apoyo psicológico fijo y móvil ante la posible alta demanda por parte de la población afectada por la DANA. La misión se prolongó durante 10 días.

«En cuanto llegamos nos pusimos al servicio de las autoridades locales para dar apoyo psicológico. Por un lado, realizábamos el seguimiento de casos que ya estaban identificados por los servicios sociales, y, por otro, detectábamos casos nuevos», explica la psicóloga María Casado.

«Los afectados por la DANA necesitaban hablar, alguien que les escuchara. Cuando hay una catástrofe de estas características, si no hay pérdidas humanas en nuestro entorno más cercano, sólo pérdidas materiales, decimos que estamos bien, pero no es verdad», continúa Casado. «Nos hemos encontrado con personas muy resilientes, especialmente las personas mayores, muchas de las cuales vivían en plantas bajas y se habían refugiado en las casas de sus vecinos o llevaban hasta diez días sin poder salir de sus viviendas. Muchas personas mayores, que ya habían vivido una riada anterior en los años 50, nos dijeron que la de 2024 había sido mucho peor».

Manuel Orozco, por su parte, reconoce que no han sido consciente de lo que han visto y vivido en Valencia hasta que no han regresado a Sevilla. «Allí estás en una burbuja. Allí estás, literalmente, metido en el fango y sin parar de trabajar de ocho a ocho y, sin embargo, cuando terminas parece que sólo ha pasado una hora. Ya en Sevilla, nos dimos cuenta de que somos unos privilegiados. Hemos tenido mucha suerte porque ésta ha sido la mayor catástrofe que ha sufrido España».

Orozco también destaca la importancia del trabajo en equipo y del compañerismo. Reconoce que no conocía a ninguno de sus compañeros hasta que salieron hacia Utiel, pero que rápidamente conectaron. «En una misión humanitaria, los compañeros son tu familia, lo más importante». Los compañeros son la piedra en la que apoyarse y recargar fuerzas para seguir ayudando a los demás.

Voluntarios de SAMU en Valencia tras el paso de la DANA

La gestión del caos

Por Carlos Álvarez Leiva, presidente fundador de SAMU

20La gestión de una crisis requiere anticipación y un enfoque integral basado en el conocido como triángulo mágico: capacidad organizativa, asistencial y logística. La clave para absorber el caos radica en un despliegue coordinado de recursos, una prestación de socorro eficaz y una estructura de mando sólida. Una logística adaptada y una cadena de mando clara son esenciales para restablecer el orden y responder de manera efectiva a las necesidades urgentes de la crisis.

El caos es una alteración súbita, temporal y explosiva de la armonía de los sistemas que afecta gravemente a la vida, las estructuras y el medio ambiente. Tiene una duración limitada que depende de la resiliencia del sistema afectado. El caos es opuesto al orden, al control y al equilibrio, y genera pánico, angustia, inseguridad, degradación y, en situaciones extremas, muerte y desolación.

Gestionar el caos implica reconducir la situación mediante una serie de esfuerzos organizativos concretos, medibles y realizables, con una secuencia precisa y probada que incluye: búsqueda, salvamento, rescate, socorro médico, seguridad, abrigo y atención psicosocial.

El tempo caótico

En toda catástrofe, ya sea pequeña o de gran escala, se presenta un tempo caótico súbito en el cual la capacidad de reacción se ve anulada temporalmente. Este estado de shock es pasajero y su duración es inversamente proporcional al grado de planificación previa. Se caracteriza por disfunciones graves en la autoridad, confusión, inseguridad, incertidumbre, órdenes contradictorias y una desproporción dramática entre las necesidades y los recursos disponibles.

La persistencia del tempo caótico está influenciada por diversos factores, entre los que destacan: el nivel de cultura en gestión de crisis, el grado de daño en las infraestructuras de comunicación y la politización de la gestión de recursos.

La respuesta y sus fases

La anticipación es el principio logístico fundamental. Analizar la situación mientras se espera la recopilación de todos los datos solo conducirá a prolongar el caos y aumentar el sufrimiento de las víctimas. La respuesta a las catástrofes nunca es completamente suficiente ni perfectamente coordinada, debido a la diversidad de tiempos y capacidades de respuesta, que varían según el tipo de catástrofe, su extensión y la vulnerabilidad de la zona afectada.

Inmediatamente después de la primera intervención de proximidad ocurre el tsunami humanitario: la llegada espontánea y desorganizada de ayudas no solicitadas que, aunque bien intencionadas, aumentan la desorganización y retrasan la rehabilitación.

Conforme los medios de comunicación reducen la cobertura de la noticia, los apoyos foráneos tienden a desaparecer, incrementando la soledad de los afectados. En este punto, comienzan a aparecer los esfuerzos gubernamentales, generalmente de forma más organizada, pero a menudo tardíos.

Principios para la gestión del caos

Para gestionar el caos de manera efectiva en situaciones de crisis es fundamental anticiparse y realizar una evaluación detallada. El principio de respuesta previa a la demanda es el único criterio de éxito para asegurar una gestión eficiente. La acción debe dejar a un lado la influencia política y dar prioridad a un enfoque técnico, asegurando que las decisiones y acciones estén basadas en criterios profesionales y operativos.

La gestión debe enfocarse en establecer un mando único que aglutine y coordine todas las capacidades disponibles. Este liderazgo es esencial para fijar metas claras, sencillas y alcanzables, diferenciando lo fundamental de lo importante para priorizar los esfuerzos de manera efectiva. La intervención debe seguir una secuencia estratificada de operaciones que incluya búsqueda, rescate, salvamento, seguridad, socorro y refugio, permitiendo una respuesta organizada y escalonada.

Es vital fortalecer la autonomía de los intervinientes bajo una dirección única para garantizar que las acciones en terreno sean ágiles y eficaces. Las decisiones deben tomarse rápidamente y sin temor a equivocarse, ya que la prontitud es clave para reducir el impacto del caos. Además, establecer un canal de comunicación eficaz entre los intervinientes lo más pronto posible permite coordinar las operaciones de manera eficiente y evita malentendidos.

La organización de espacios para la recepción ordenada de la ayuda es fundamental, facilitando el flujo de recursos y reduciendo la confusión. Por último, la capacidad de adaptarse a los cambios y ajustar las estrategias conforme se desarrolla la emergencia es indispensable. La formación de equipos y su distribución por sectores optimiza la gestión y garantiza que cada área de la crisis esté debidamente atendida. La concentración, clasificación y evacuación de los heridos son procesos claves que deben ser ejecutados con rapidez y precisión.

Factor humano

El profesional que desempeñe la gestión del caos debe poseer una sólida formación en gestión de crisis, además de características y habilidades que le permitan responder de manera efectiva en situaciones de alta presión y complejidad. La resiliencia es fundamental, ya que asegura la capacidad de recuperarse rápidamente de las adversidades y mantiene la estabilidad emocional y operativa. Asimismo, es vital contar con una mentalidad flexible que permita adaptarse a circunstancias cambiantes y ajustar las estrategias conforme evolucionan.

La capacidad de establecer metas inmediatas es otro componente esencial. En un entorno de crisis, priorizar objetivos claros y alcanzables es clave para avanzar de manera efectiva. La claridad de pensamiento es indispensable para tomar decisiones rápidas y acertadas, mientras que una estructura mental jerarquizada facilita el procesamiento de información y la identificación de prioridades.

La eficiencia en el uso de los recursos disponibles es crucial, ya que las limitaciones en suministros y tiempo son comunes en estas circunstancias. Finalmente, la habilidad para liderar en momentos críticos no solo motiva y organiza al equipo, sino que también proporciona dirección y confianza, elementos esenciales para gestionar el caos con éxito.

Firma de SAMU y Sevilla FC

SAMU firma con el Sevilla FC

El Sevilla FC ha firmado un convenio con SAMU para garantizar la asistencia médico-sanitaria durante los partidos de fútbol y eventos que se celebren en su estadio, el Ramón Sánchez-Pizjuán, situado en la capital sevillana. Este acuerdo, que también se extiende a las instalaciones del Estadio Jesús Navas y la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, refuerza el compromiso del club con la seguridad y el bienestar de sus aficionados, jugadores y personal.

El objeto principal del convenio es la prestación de servicios de asistencia a enfermos críticos, urgencias y emergencias, así como el traslado a centros hospitalarios en caso de ser necesario. Esta colaboración será efectiva en todos los encuentros de los primeros equipos masculino y femenino, así como del primer filial y escalafones inferiores, y cubrirá también entrenamientos de equipos visitantes en competiciones nacionales e internacionales.
La duración inicial del contrato es de un año, con la posibilidad de prorrogarse tácitamente. Este enfoque flexible permite al Sevilla FC adaptarse a futuras necesidades y garantizar una cobertura constante de calidad.

La experiencia de SAMU, que cuenta con más de 40 años en el ámbito de las emergencias sanitarias, es un valor añadido para esta colaboración. Su capacidad para planificar y ejecutar operativos en eventos de gran magnitud se ha demostrado en sus intervenciones previas con el Sevilla FC, así como en otros grandes eventos deportivos, como la Maratón de Sevilla. SAMU se encargará de proporcionar un equipo de profesionales altamente cualificados, compuesto por médicos y técnicos especializados en emergencias, asegurando así una atención rápida y eficaz ante cualquier eventualidad sanitaria.

Este acuerdo sigue la estela de una colaboración similar que SAMU firmó en septiembre con el Real Betis Balompié. En ese caso, el dispositivo sanitario se desplegará en el estadio Benito Villamarín, atendiendo no solo a los jugadores y personal técnico, sino también a los miles de espectadores que asisten a los partidos. En ambos casos, los dispositivos estarán compuestos por un equipo multidisciplinario, incluyendo médicos, enfermeros y técnicos de emergencias, respaldados por ambulancias medicalizadas con Soporte Vital Avanzado.

La atención abarcará desde situaciones críticas hasta la asistencia a patologías más comunes, garantizando que todas las emergencias sean atendidas de manera oportuna. Además, SAMU se compromete a ofrecer formación en Soporte Vital Avanzado al personal médico del club, fortaleciendo así las capacidades de respuesta ante emergencias.

Con este nuevo acuerdo, el Sevilla FC y SAMU no solo aseguran un entorno seguro para sus eventos, sino que también reafirman su compromiso con el bienestar de la ciudadanía y el deporte andaluz. Este esfuerzo conjunto subraya la importancia de la preparación y la atención médica en el ámbito deportivo, un aspecto fundamental en el desarrollo de cualquier evento que congregue a grandes multitudes.

Respuesta urgente de SAMU al paso del huracán Milton en Florida

Respuesta urgente de SAMU al paso del huracán Milton en Florida

El estado de Florida, en Estados Unidos, sigue convertido en el patio de recreo de los más temibles huracanes del mundo. Tras el paso de Helene en septiembre, que dejó a su paso 227 personas muertas y dos millones de personas sin electricidad, el huracán Milton se convirtió a principios de octubre en una nueva amenaza letal para una población que ya estaba extenuada. Mientras los partes meteorológicos alertaban del nuevo desastre en ciernes, Fundación SAMU envió un equipo de cinco voluntarios, liderados por Juan González de Escalada, para sumarse a un contingente de profesionales de SAMU First Response y Project HOPE cuya misión era la de auxiliar a las comunidades afectadas por el desastre.

El 10 de octubre, el equipo formado por profesionales de las tres organizaciones ya estaba operativo en Estados Unidos y un día después ya habían alcanzado las zonas de impacto. Tres días antes, las autoridades de Florida habían declarado el estado de emergencia y habían ordenado la evacuación de miles de residentes de núcleos urbanos de la costa, con imágenes de carreteras atestadas de vehículos que daban la vuelta al mundo. “Nos preparamos para afrontar lo peor”, apuntaba Juan González de Escalada.

El equipo enviado desde España estaba formado por cuatro voluntarios, además del propio González de Escalada, entre Técnicos en Emergencias Sanitarias y técnicos en Emergencias y Protección Civil. Algunos de ellos, alumnos de Escuela SAMU, se enfrentaban a su primera misión. Estos voluntarios se unieron a tres profesionales estadounidenses de SAMU First Response, y tres más de Project HOPE, organización con la que SAMU colabora de forma habitual en misiones internacionales. Dos proyectos recientes son las misiones de Marruecos y de Turquía en 2023, ambas tras terribles terremotos.

El grupo desplazado hasta Florida estaba equipado con un puesto de mando avanzado, una zodiac, un Quad (ATV), dos vehículos 4×4 de alto tonelaje y una furgoneta equipada con material logístico y de ayuda humanitaria (además de material de comunicaciones, motosierras y equipamiento de corte para la poda y tala de árboles caídos por el huracán). Milton dejó el suelo de Florida lleno de árboles caídos y accesos inhabilitados, por lo que el equipo de SAMU se dedicó a labores de limpieza con motosierras y herramientas de poda para despejar las vías de zonas residenciales.

La misión recordó, en muchos aspectos, a intervenciones anteriores de SAMU tras crisis derivadas de desastres metereológicos, como en el temporal Filomena en Madrid o la ciclogénesis en Sevilla, donde también emplearon equipos de corte y poda para liberar zonas afectadas.
“Nuestra misión no es solo brindar apoyo logístico y operativo, sino también asegurarnos de que nuestras acciones fortalezcan el trabajo de quienes ya están sobre el terreno”, explica González de Escalada.

La unión con Project HOPE y la extensión estadounidense de SAMU, SAMU First Response, facilitó una respuesta eficaz y coordinada, y, sobre todo, un rapidísimo despliegue del equipo. SAMU First Response ya está inscrita en el National Voluntary Organizations Active in Disaster (VOAD) y trabaja en constante coordinación con la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) en Estados Unidos.

La experiencia de SAMU en misiones internacionales garantiza que sus equipos están siempre preparados para operar de manera autónoma, sin convertirse en una carga adicional para las comunidades afectadas. Para esta misión, los voluntarios llevaron consigo 400 litros de combustible, comida, literas y hasta un generador de energía, conscientes de que la capacidad de abastecimiento sería limitada en los primeros días.

La misión finalizó el 17 de octubre, después de una semana de trabajo y más de 4.000 kilómetros recorridos. Según las autoridades de Florida, el paso del ciclón dejó al menos 16 muertos y unos 2,4 millones de hogares y negocios sin electricidad. Unas 80.000 personas tuvieron que pasar la noche en refugios. Sin embargo, también señalaron que los peores escenarios que se preveían por el paso del huracán no se cumplieron.

«Había muchísimo trabajo por hacer, y volver a la normalidad va a requerir meses. Lo primero fue restablecer los suministros de electricidad y combustible. Era espectacular ver a los camiones cisterna saltándose semáforos y cruces escoltados por la policía. Después el trabajo se centró en espacios públicos como parques y playas. Las casas particulares serán las que más tarden en recuperarse. Quizás algunas nunca lo hagan. Pero es de destacar el espíritu de resiliencia del pueblo americano y sus capacidades en cuanto a trabajar en sus casas y su comunidad. El conocido «Do It Yourself». Vimos infinidad de ancianos retirando ramas caídas de sus casas y jardines», relata Juan González de Escalada.

Las intervenciones de SAMU, respaldadas por una experiencia internacional que abarca misiones en Turquía, Ucrania, Marruecos, Chile y Haití, entre otros países, son testimonio del compromiso de la fundación con la ayuda humanitaria. Cada misión deja una marca en la comunidad y en los propios voluntarios, que regresan a casa con la satisfacción de haber contribuido a aliviar el sufrimiento en momentos críticos.

Para los jóvenes de Escuela SAMU, esta misión ha sido una lección vivencial que va mucho más allá de los conocimientos adquiridos en el aula. Cada desafío enfrentado, cada obstáculo superado, contribuyó a formar en ellos la resiliencia y el compromiso que caracteriza a un auténtico profesional en emergencias.

SAMU es el nuevo ‘fichaje’ del Real Betis para esta temporada

SAMU, con más de 40 años de experiencia en el ámbito de las emergencias sanitarias, ha firmado un acuerdo con el Real Betis Balompié para encargarse del dispositivo de emergencias sanitarias del club en los partidos que dispute en su estadio, el Benito Villamarín, durante toda la temporada 2024/2025. Este convenio fue rubricado por el director general corporativo del Real Betis. Federico Martínez, y el director general de SAMU, José Antonio Trujillo.

El dispositivo sanitario se desplegará en el estadio Benito Villamarín, o en las instalaciones que el club designe en partidos como local, en los partidos de La Liga, la Copa del Rey, amistosos o competiciones europeas, garantizando la cobertura ante cualquier eventualidad sanitaria que pueda surgir durante estos encuentros. Estos dispositivos sanitarios estarán formados por cuatro médicos especializados en emergencias y catástrofes, seis enfermeros y 19 Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES), además de cuatro ambulancias medicalizadas con Soporte Vital Avanzado.

SAMU atenderá las emergencias sanitarias de los jugadores y personal técnico, y a las decenas de miles de espectadores en las instalaciones del estadio de un club que cuenta con más de 50.000 abonados.

Las coberturas que asumirá la entidad contemplan la atención al paciente crítico y de riesgo; la asistencia de urgencias y emergencias médicas; la asistencia patológica banal sanitaria; el traslado medicalizado y no medicalizado de los pacientes atendidos a centros hospitalarios de referencia y la coordinación, gestión de recursos y alerta hospitalaria desde el centro coordinador de emergencias de Sevilla.

Este acuerdo con el Real Betis Balompié se suma a la experiencia de SAMU en dispositivos sanitarios en grandes eventos deportivos, como su trabajo con el Sevilla FC en las temporadas 16/17, 17/18 y 19/20, en la Maratón de Sevilla o en la Titán Desert, demostrando su capacidad para planificar y ejecutar operativos que aseguran la seguridad y bienestar de todas las personas implicadas en la celebración de grandes eventos.

SAMU aportará un equipo de profesionales de alta cualificación y con experiencia en emergencias sanitarias. Estarán respaldados por un despliegue logístico y asistencial de primer nivel que se activará 120 minutos antes de cada partido y se desactivará 30 minutos después de la finalización del mismo.

La entidad se compromete además a ofrecer un curso de formación en Soporte Vital Avanzado para el personal propio de los servicios médicos del Real Betis.

Con esta nueva colaboración, SAMU sigue consolidándose como un referente en la cobertura de emergencias en eventos de gran magnitud, y reafirma su compromiso con el deporte andaluz y el bienestar de la ciudadanía.

El equipo de SAMU First Response desarrolla su mayor simulacro de respuesta inmediata

El equipo de SAMU First Response llevó a cabo el 22 de julio su mayor simulacro de respuesta inmediata hasta la fecha: el equipo de gestión de desastres organizó y completó un despliegue de emergencia tras un capítulo de graves inundaciones en el que debía atender y reubicar a más de 400 personas afectadas.

La singularidad de este ejercicio, además de su propia dimensión, es que el equipo tuvo que reaccionar sin aviso ni preparación previa, solo alerta en la jornada anterior, activación y despliegue. «Me ha impresionado vuestra energía y dedicación en este primer ejercicio de despliegue inmediato. La jornada ha ido a más y habéis brillado a gran altura», subrayó Carlos González de Escalada, presidente-director general de SAMU, que evaluó este ejercicio sobre el terreno.

El simulacro se realizó durante toda la jornada en el parque Prince William Forrest, ubicado en la periferia de Woodbridge, unos 15 kilómetros al sureste de Washington D.C. El despliegue de más de una veintena de efectivos se enfrentó a una situación en la que debía asumir la atención a entre 400 y 500 personas afectadas por fuertes inundaciones, que necesitaban ser reubicadas. Su evacuación y reubicación debía producirse en varios refugios diferenciados para hombres no acompañados, mujeres no acompañadas, familias y menores no acompañados. La misión contemplaba la asistencia inmediata, la habilitación de albergues y la logística para atender a los afectados. Los figurantes recrearon situaciones de todo tipo, incluyendo ataques de pánico al ser recibidos por el equipo de SAMU First Response.

Con este ejercicio, el equipo de Estados Unidos sigue desarrollando y perfeccionando sus capacidades de atención inmediata en casos de catástrofes. Como entidad con amplia experiencia en cooperación internacional, ayuda humanitaria y emergencias sanitarias, SAMU First Response también quiere posicionarse como entidad disponible en casos de catástrofes en los ámbitos nacional e internacional.

El objetivo principal del ejercicio desarrollado en el parque de Woodbrige era demostrar las capacidades logísticas y asistenciales como equipo de emergencia. Además, se plantearon como objetivos secundarios asegurar una dotación de estructuras adecuada al tipo de demanda operativa que se pretende cubrir; garantizar un suministro eléctrico para cubrir todas las necesidades energéticas durante el despliegue; establecer un mecanismo de flujos de trabajo que mantenga la operatividad de las actividades y demandas de la situación; identificar las necesidades de la población a atender, trazar las rutas de trabajo para responder a estas necesidades y garantizar la acogida hasta su relevo; y asegurar una zona de vida y de avituallamiento para el personal interviniente, entre otros. Todos los objetivos se cumplieron de forma satisfactoria.

SAMU First Response: dos años al servicio de los más vulnerables en Estados Unidos

SAMU First Response continúa su compromiso incansable con la asistencia y el apoyo a personas solicitantes de asilo y migrantes que llegan a Estados Unidos y, tras dos años de duro trabajo, la organización se plantea ahora nuevos horizontes para brindarle su ayuda a poblaciones vulnerables en el campo de los servicios sociales y las emergencias, como por ejemplo, los desastres naturales.

El 21 de junio se cumplieron dos años del inicio de la operación de recepción y acogida de migrantes desarrollada por SAMU First Response (SFR) en el Centro Respiro de Montgomery Country, en el estado de Maryland, y en las calles de Washington D.C., lo que ha permitido una evolución y un crecimiento exponencial de la organización hasta llegar a lo que es hoy.

Estados Unidos sufre una crisis migratoria constante en su frontera con México desde la primavera de 2022. El 6 de abril de ese mismo año, el Gobernador de Texas anunció el envío masivo de personas migrantes en autobuses hasta la Estación Central de Washington D.C. (Union Station). Dos meses después ya habían llegado a este punto más de 2.000 personas procedentes, principalmente, de Colombia, Venezuela, Cuba y Nicaragua.

A estas personas se les permitió entrar en EEUU mientras sus casos eran procesados por el Servicio de Aduanas e Inmigración de Estados Unidos. Generalmente, carecían de acceso a los sistemas de transporte y comunicación y, por tanto, necesitaban ayuda y recursos para llegar con seguridad a sus destinos y comenzar una nueva vida.

Durante este proceso, las organizaciones locales de asistencia de Washington D.C. se vieron colapsadas por la gran afluencia de personas. Además, a medida que pasaba el tiempo, la frecuencia y el número de autobuses aumentaban, lo que ponía de manifiesto la necesidad de una respuesta coordinada a gran escala.

Fue en este contexto cuando nació la operativa dirigida por SFR con el objetivo de dar atención primaria a los migrantes y solicitantes de asilo que llegaban a Washington D.C. en autobús.

El origen

SAMU First Response es la evolución de SAMU Foundation, que abrió su primera oficina en Washington D.C. en 2018 con el fin de captar fondos para sus misiones humanitarias internacionales. Tres años después, la entidad logró hacerse un espacio en EEUU a través de SAMU First Response, que empezó su labor centrándose en los menores.

En abril de 2022, ante la importante crisis migratoria que sufría EEUU, las tres personas que formaban entonces el equipo de SFR empezaron a trabajar de manera voluntaria en la acogida de familias que cruzaban las fronteras de manera irregular en apoyo a otras asociaciones como Carecen y Caridades Católicas.

Gracias a financiación externa, SAMU First Response abrió el 21 de junio de 2022 el Centro Respiro en Montgomery Country, en el estado de Maryland, en el que los migrantes podían permanecer hasta 30 días. La apertura de este recurso fue el inicio de la operación de acogida de migrantes y el punto de partida del crecimiento exponencial que ha experimentado la organización.

Recepción y acogida de migrantes en Washington D.C.

La llegada masiva de migrantes hizo que se ampliara el equipo de SFR y que éste desarrollara también su misión de recepción y acogida en la estación principal de autobuses de Washington D.C. y en las propias calles de la ciudad, ya que los autobuses llegaban a diferentes puntos de la ciudad.

El primer autobús al que dio la bienvenida SFR en Union Station llegó desde Texas con 28 personas. Y en el primer mes, la organización proporcionó servicios directos a un total de 1.325 personas, comidas calientes a 1.612 y alojamiento nocturno a 380. También se ofrecieron talleres y sesiones de información a 103 migrantes.

“Los autobuses llegaban entre las cinco de la mañana y las once de la noche, y cada semana el horario variaba. Al principio, el equipo de SAMU First Response estaba formado por cinco personas, dedicadas a coordinar la operación, junto con la asistencia de cuatro voluntarios de España que ayudaron como apoyo adicional. En los meses siguientes, la organización pudo contratar personas adicionales dedicadas y apasionadas y el equipo creció hasta alcanzar unas 20 personas que integraron los equipos de admisión, logística y soporte de servicio. En ese momento, la operación tenía un centro de relevo que se llenaba muy rápidamente cada pocos días y un equipo de admisión móvil que se reunía y daba la bienvenida a los autobuses dondequiera que llegaran dentro de los límites de la ciudad”, explican desde la organización estadounidense.

“Durante este tiempo, trabajamos muy de cerca con la comunidad y otras organizaciones que compartían pasiones similares a las nuestras para ayudar a las familias y personas individuales migrantes que llegaban al área de Washington D.C. Hubo una gran dependencia de las donaciones comunitarias de ropa, kits de higiene y alimentos de restaurantes locales para ayudarnos a apoyar nuestra misión de ayudar a la comunidad de inmigrantes. Con el tiempo, el equipo de admisión pudo mudarse a ubicaciones más seguras dentro de las iglesias de la ciudad, lo que creó un espacio más seguro para todos y un flujo más constante de recursos que pudimos brindar a quienes llegaban en autobuses desde Arizona y Texas”, continúan.

En mayo de 2023, el programa de Recepción y Centros de Respiro para Migrantes de SAMU First Response experimentó una transformación. La organización trasladó su operación de recepción desde la principal estación de autobuses en Washington D.C. (Union Station) y, posteriormente, en varias iglesias de la ciudad, a un nuevo centro de recepción y acogida ubicado en el noreste de Washington D.C. Este nuevo centro de recepción, que también ha servido como espacio de respiro, duplicó la capacidad de la organización para brindar una recepción segura y digna a las personas que llegaban a Washington D.C.

Este nuevo centro ha resultado un apoyo y complemento a los esfuerzos que desde junio de 2022 se viene realizando en el otro centro que SAMU tiene en Montgomery Country (Maryland).

En este nuevo recurso de Washington D.C., las familias migrantes pueden permanecer un mayor tiempo (hasta seis meses), a la vez que reciben una amplia gama de servicios que incluye la gestión de casos y el apoyo de otras organizaciones como Carecen y Caridades Católicas. Aquí, no sólo se atienden a las personas que llegan en autobús desde Texas o Arizonas, sino que las familias y las personas que llegan a Washington D.C. por sus propios medios pueden entrar directamente y pedir ayuda.

“Este nuevo espacio ha cambiado la trayectoria de la misión y a lo que SAMU puede aspirar en su misión de salvar vidas. Ahora podemos ofrecer servicios inmediatos con acceso a instalaciones para almacenar agua fría o café caliente, cocina para preparar comidas, opciones de ropa y un lugar seguro para cambiarse, y un área de juegos para que los niños vuelvan a tener imaginación”, apuntan desde EEUU. “La organización ha pasado de atender a los migrantes que llegaban al país en las calles y en las mesas de Union Station a poder brindarles un espacio seguro y cálido mientras se les da la bienvenida a la ciudad junto con todos los recursos que están al alcance de la mano”.

A todo eso se añade la creación en enero de 2024 de un nuevo proyecto de apoyo y asistencia humanitaria a migrantes y solicitantes de asilo en el estado de Maryland, una iniciativa que en los últimos meses se ha extendido al resto de Estados Unidos y hasta ahora ha completado varias misiones. Este equipo de despliegue está listo en cualquier momento para ayudar cuando ocurre un desastre o cuando se solicita apoyo de otras organizaciones en Maryland.

Apoyo y asistencia humanitaria a migrantes y solicitantes de asilo

Dentro de este proyecto de apoyo y asistencia a migrantes y solicitantes de asilo, SFR, en colaboración con otras organizaciones, ha participado en varios eventos de apoyo en clínicas legales, actividades comunitarias y de extensión, actividades en iglesias o programas de familias saludables, reparto de kits de higiene, ropa, teléfonos móviles o alimentos, entre otros.

En tres meses, de abril a junio, SAMU ha colaborado con unas 14 asociaciones y ha implementado con éxito una decena de eventos diseñados para satisfacer las diversas necesidades de la comunidad. En total, estas actividades y eventos de divulgación han beneficiado a 2.482 personas en Maryland (al margen del programa de recepción y respiro en el condado de Montgomery). Sólo a través de las clínicas legales se han ofrecido servicios críticos, asistencia y orientación a 886 migrantes con bajos ingresos; se han distribuidos 200 kits de higiene y 156 teléfonos móviles; y se han repartido más de mil prendas para bebés y más de 2.300 comidas.
Baltimore, Wheaton, Silver Spring, Rockville, New Carrollton, Laurel, Shady Grove, Chevy Chase, Burtonsville, Gaithersburg y Annapolis han sido los lugares en los que se han desarrollado hasta el momento estas actividades en las que se brindó asistencia legal, apoyo de salud y servicios esenciales a miles de personas migrantes.

“Este proyecto ha fortalecido la resiliencia y la autosuficiencia de la comunidad migrante, y se les ha preparado para acceder a recursos vitales y mejorar su estabilidad y bienestar”, apuntan desde SFR.

De manera paralela, SAMU ha desarrollado también otros proyectos como Relief and Support (Mitigación y Apoyo), que consiste en atender situaciones de emergencia y/o catástrofes naturales a través del registro de víctimas y manejo de donaciones y voluntarios tanto a nivel nacional como internacional; y Smile, que ha llevado a la organización a expandir su trabajo a otros lugares como Puerto Rico.

Más de 15.000 beneficiarios en dos años

SAMU First Response es hoy una organización muy diferente a la que era hace dos años, pero tiene los mismos valores, pasión y dedicación para ayudar a cerca de 15.000 personas de la comunidad migrante. Actualmente, cuenta con un equipo de más de 90 personas que trabajan incansablemente en múltiples equipos en toda la organización para apoyar la misión.

En concreto, en estos dos años 14.922 personas, entre ellas 3.227 familias, se han beneficiado de los servicios y programas de SAMU First Response. En este tiempo, la organización ha dado la bienvenida a 287 autobuses, la gran mayoría procedentes de Texas y Arizona; y ha repartido más de 200.000 comidas.

El 47,5% de estos migrantes y solicitantes de asilo proceden de Venezuela. Le sigue Colombia (11,5%), Perú (9,5%) y Ecuador (9%). Otras personas llegan desde Honduras, Nicaragua, Guatemala, México, Mauritania, Senegal o Cuba.

“Día a día, la plantilla de SAMU First Response trabaja arduamente para encontrar constantemente formas nuevas e innovadoras de cambiar las vidas de aquellos a quienes sirven y ayudan. Amamos la comunidad a la que servimos y el hecho de que podemos marcar la diferencia en las vidas de tantas personas que se han cruzado en nuestro camino. En SAMU First Response estamos emocionados de celebrar dos años salvando vidas y esperamos continuar la misión en los años venideros”, señalan desde la propia organización.

SFR tiene su mirada puesta en el futuro y se enfrenta a desafíos significativos. El equipo de Estados Unidos confía en que, con una visión de crecimiento sostenible y una sólida red de colaboradores, la organización esté preparada para abordar los desafíos que el futuro presenta, manteniendo siempre su compromiso con las misiones y su objetivo fundamental de ayudar a quienes buscan una vida mejor en Estados Unidos.

 

SAMU en la XXXIX Maratón de Sevilla: el auxilio cuando el cuerpo supera sus límites

SAMU ha sido un año más un actor fundamental de la Maratón de Sevilla, que se celebró el 18 de febrero en la ciudad. Un total de 102 profesionales de la sanidad, las urgencias y las emergencias, entre médicos, enfermeros, Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES), Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (Tecae), técnicos de apoyo logístico, fisioterapeutas y personal en formación de Escuela SAMU, además de 33 vehículos (entre ellos, 12 UVI móviles y seis ambulancias SVB) formaron parte del dispositivo sanitario de SAMU en la XXXIX edición de la carrera, una de las más prestigiosas y multitudinarias del panorama nacional.

SAMU sólo ha estado ausente en una de las 39 ediciones celebradas, lo que demuestra la excelente calidad del dispositivo sanitario desplegado, así como la gran confianza depositada en la entidad por parte de los organizadores de la prueba, el Instituto Municipal de Deportes (IMD) y la empresa Motorpress Ibérica.

La Maratón de Sevilla ya es oficialmente una de las mejores carreras en ruta del mundo. Cuenta con el estatus IAAF Gold Label. Este sello se concede a las carreras en asfalto que cumplen determinados parámetros y requisitos acerca de su calidad organizativa, seguridad, nivel deportivo de la élite y marcas logradas, número de inscritos, promoción internacional, repercusión mediática y exposición de la prueba. Esto supone el broche al trabajo de los últimos años.

La Zurich Maratón de Sevilla 2024 tuvo la salida y meta en el Paseo de las Delicias. En esta ocasión, se repitió el recorrido del año anterior, en el que destaca la reducción del número de curvas, lo que favorece que los participantes mejoren sus tiempos. Los kilómetros finales discurrieron por el centro de la capital andaluza, con visita a todos los principales monumentos de la ciudad y el centro histórico. De este modo, se facilita el seguimiento por parte del público para que los participantes se encuentren más arropados y motivados en este reto que les lleva al límite. Todo esto obligó a SAMU a reestructurar en 2023 la logística de años anteriores para atender las necesidades organizativas de una prueba que cuenta con 12.000 dorsales reservados.

A SAMU le correspondió un año más la elaboración del Plan de Autoprotección (PAU) como parte del dispositivo de riesgo previsible para dar cobertura sanitaria de primera intervención a posibles urgencias, emergencias o incidentes de múltiples víctimas (IMV).

El equipo de profesionales de SAMU se citó a las seis y media de la mañana en la sede central de la organización, en la Isla de la Cartuja, dos horas antes del comienzo de la prueba. Allí, José Antonio Vázquez, director de operaciones de SAMU y mando del dispositivo sanitario de la XXXIX Zurich Maratón de Sevilla 2024, Maribel Álvarez, directora del Área Hospitalaria de SAMU, y Victoria Assaf, apoyo del mando del dispositivo de la maratón, dieron las últimas instrucciones a sus compañeros. Además, se revisó el material y se organizaron los diferentes equipos. Antes de que cada profesional ocupara su posición a lo largo de los 42 kilómetros de recorrido, todo el personal se concentró en una rampa fuera del edificio, junto a las ambulancias, para escuchar al doctor Carlos Álvarez Leiva, la voz de la experiencia.

Durante este briefing, el presidente de honor y fundador de SAMU recordó a cada uno de los asistentes la importante misión que tenían por delante y la gran responsabilidad que tenían como sanitarios. Después de estas palabras, cada equipo se marchó a sus puntos de referencia. Todos los profesionales estaban en sus puestos media hora antes del pistoletazo de salida.

El dispositivo estuvo bajo el mando de Carlos Álvarez Leiva, que actuó de director médico del servicio, y de José Antonio Vázquez, director de operaciones de SAMU. El objetivo del mismo era no sólo intervenir en la atención a deportistas, sino también en cualquier escenario de emergencias que pudiera producirse, como una avalancha o un atentado terrorista.
El dispositivo sanitario para dar cobertura a la maratón estuvo compuesto por un total de 102 profesionales de la sanidad y de las urgencias y emergencias repartidos en cinco categorías profesionales con distintas funciones organizativas, logísticas y asistenciales (médicos, enfermeros, técnicos y auxiliares de enfermería): director del dispositivo (1); médicos expertos en emergencias (17); enfermeros expertos en emergencias (26); TES (26); fisioterapeutas (2); auxiliares de enfermería (4); técnicos de apoyo logístico (15); técnicos CECOP (2); enfermeros expertos en emergencias motorizados (6); un médico especialista en cardiología; un médico especialista en traumatología y un médico especialista en cuidados intensivos.

Los recursos materiales estaban organizados en dos grandes grupos. Los primeros eran las infraestructuras fijas montadas y distribuidas en la carrera. Así, se habilitó un hospital de campaña en el Conservatorio de Danza Antonio Ruiz Soler de Sevilla para prestar asistencia sanitaria tanto a los corredores como al público del evento.

El segundo grupo incluía todos los recursos móviles repartidos a lo largo del circuito y distribuidos en 22 puntos. Éstos contaban con material de soporte vital, primeros auxilios y de desfibrilación temprana. Las UVIS móviles y puntos fijos, además, tenían un maletín polivalente y material para vía aérea.

La Zurich Maratón de Sevilla 2024 ha sido la edición de los récords en cuanto a la participación de atletas de élite (más de 250), la proyección internacional (se pudo seguir en directo en casi 400 canales de televisión de todo el mundo) y la participación extranjera, que alcanzó el 47% del total de los más de 12.000 inscritos.

“Estamos ante una edición que ya ha hecho historia muchísimo antes de celebrarse, la edición de los récords, por número de participantes, número de atletas de élite, récord también histórico de corredores internacionales, con más de 5.700 llegados de 100 países diferentes, y, por supuesto, el récord de mujeres participantes, más de 2.100, lo que supone un 17,5% de participación femenina en esta prueba que esperamos siga creciendo en las próximas ediciones”, aseguró durante la presentación de la prueba Minerva Salas, delegada de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Sevilla. Durante la prueba, además, se logró la mejor marca mundial del año y la sexta de todos los tiempos.

Desde SAMU explican que, en estos años, han identificado que existe una tendencia al alza en cuanto al número de intervenciones. En 2023 se realizaron 1.055 asistencias, casi el doble que el año anterior, en el que se realizaron 684. Igualmente, la gravedad de las asistencias también ha aumentado en los últimos años.

A falta del informe oficial, en esta edición se han registrado 698 asistencias sanitarias, la gran mayoría entre los kilómetros 25 y 40. Además, fueron necesarias ocho traslados a centros hospitalarios, dos de ellos fueron derivados al Hospital Virgen Macarena y los seis restantes al Hospital Virgen del Rocío, según explica Victoria Assaf, apoyo del mando del dispositivo sanitario del Zurich Maratón de Sevilla 2024.

Como en el resto de carreras de estas características, predominaron las hipotermias, la deshidratación, los síndromes gastrointestinales y los problemas musculoesqueléticos, todas ellas situaciones provocadas por el esfuerzo extremo al que se somete al organismo en una maratón, tanto en deportistas de alto nivel como en deportistas amateur.

Los más rápidos

La XXXIX edición del Zurich Maratón de Sevilla es una de las primeras maratones del año y una de las más planas de Europa. Este año, el protagonismo principal fue para el etíope Azmera Gebru, que con un registro de 2:03:27 logró el triunfo con récord incluido de la prueba en la que es de momento mejor marca mundial del año, situando de paso a la cita sevillana como la sexta mundial de todos los tiempos. El corredor africano respondió a las expectativas que le situaban entre los favoritos para rebajar en más de un minuto los hasta hoy vigentes 2:04:43, también superados en la meta por el segundo clasificado, el francés Morhad Amdouni (2:03:47), que de paso ha conseguido el récord de su país, acariciando el de Europa (2:03:36).

El espectacular mano a mano del africano y el galo desde el kilómetro 33, rompiendo el grupo cabecero antes de entrar en el Parque de María Luisa y la zona más icónica y monumental del maratón hispalense, se quebró de forma definitiva antes del paso por el 40. De esta forma, Geleta afrontó la recta final hasta el arco de meta saboreando las mieles del triunfo y su nuevo récord, que confirman el trazado sevillano como uno de los más rápidos del planeta y sitúan a la prueba como la sexta del ranking mundial de la historia.

En categoría femenina, la etíope Azmera Gebru se proclamaba vencedora absoluta con un tiempo de 2:22:13 en una carrera en la que las favoritas apenas inquietaron la plusmarca de la cita sevillana (2:18:51). Eso sí, se mantuvo la hegemonía africana: el podio de la categoría lo completaron las kenianas Josephine Chepkoech (2:22:38) y Magdalyne Masai (2:22:51).