Residencia Santa Teresa: una parte del pueblo

SAMU sigue adelante en su estrategia de expansión en todos los territorios de España. Si en anteriores números de Revista SAMU hemos reseñado los proyectos en marcha en las Islas Canarias y en Asturias, hoy queremos detenernos en Castilla-La Mancha.

En el pequeño pueblo de Villafranca de los Caballeros (Toledo) está la residencia Santa Teresa, donde viven 34 personas con discapacidad intelectual entre leve y moderada, todas con una plaza subvencionada por la Consejería de Servicios Sociales. Es un lugar ideal para un centro como éste, según explica Sonia Oliver, su directora: “Es un pueblo pequeño [de unos 5.000 habitantes], con lo que la interacción es más fácil. No es un entorno complejo en el que tengan que acceder a transporte o centros comerciales. A veces, los residentes hasta toman café con las vecinas”.

La cercanía facilita la vida comunitaria, que es uno de los grandes objetivos del centro. “Todas las intervenciones tienen que basarse en la planificación centrada en la persona”, explica la directora, que resalta que la promoción de la autonomía personal está por encima de todo. Es un modelo de intervención basado en ocho ejes y que implica derechos, inclusión, dar voz a las personas y, en definitiva, dignificarlas y conferirles el poder de decidir sobre su vida. A partir de esas premisas se organizan los apoyos para que lo logren.

De esta forma, los usuarios de Santa Teresa van ganando en autonomía, aprendiendo a elegir. Y la autonomía, dice Oliver, es dignidad. “Cuanto más autónomos por más tiempo, más calidad de vida”.
Premio del Carnaval y un programa de radio.

Llevan en el pueblo desde 2015 y la integración es cada vez mejor. Por la mañana los residentes que pueden van a centros ocupacionales, mientras otros (en función de su edad o de sus características) la pasan en la residencia. Por la tarde llega el momento de las actividades en la comunidad, que son de lo más variado: desde clases de informática a cerámica, pasando por música, estimulación cognitiva o deporte inclusivo. Actividades que organiza el ayuntamiento y en las que participan los residentes de Santa Teresa. “Eso es la inclusión, no montar talleres aparte”.

Pero sin duda, lo que más disfrutan los usuarios son las actividades lúdicas. Los residentes de Santa Teresa han vendido sus propios llaveros, marcapáginas y pendientes en mercadillos medievales, han hecho representaciones teatrales en pasacalles y hasta han ganado un premio en el concurso de disfraces de carnaval. La mitad del premio, 100 euros, la donaron a la Protectora de Animales, donde algunos de ellos realizan voluntariado sacando a pasear los perros. Otro de sus grandes hitos es un programa de radio, que en los días de actividades restringidas en el exterior funcionó a pleno rendimiento.

La crisis sanitaria que vivimos también ha puesto en duda sus vacaciones de verano. El año pasado fueron a Asturias, y este año pensaban pasarlas en Fuengirola (Málaga).

La mayoría han comprendido la gravedad de la situación y se han volcado con el personal del centro, a quienes agradecieron su trabajo en un emocionante vídeo. “No hacemos más que nuestro trabajo, pero llevamos unos días de muchos nervios y tensión para intentar protegerlos”, explica la directora.
Esa sensación de protección es fundamental para ellos, y el cambio social y de hábitos provocado por el coronavirus ha sido drástico para sus vidas.

Ya desde un par de días antes de la declaración del estado de alarma decidieron que debían quedarse en el centro. Lo comentaron en una asamblea y, a partir de entonces, reorganizaron todas las actividades para realizarlas dentro de la residencia. Así que fueron días de mucho bingo, de cine, de yoga y pilates, de costura y hasta de preparar una procesión de Semana Santa para los días más señalados, Jueves y Viernes Santo. Siempre dentro del centro, claro.

“El alcalde de Villafranca de los Caballeros siempre dice la misma frase: el pueblo es mejor desde que estáis vosotros aquí”, cuenta Sonia Oliver a los usuarios de este centro, que ya vuelve a disfrutar de una vida más normalizada tras el fin del confinamiento y del estado de alarma.

Mamen Martín, Acción Social CaixaBank: «Colaboramos con entidades para transformar la sociedad”

Caixabank ha canalizado 9.000 euros de la Fundación La Caixa hacia Fundación SAMU, en plena crisis sanitaria, para que sean destinados a la adquisición de material sanitario. Hablamos de éstas y otras acciones de la entidad con Mamen Martín Salinas, responsable de Acción Social en Caixabank en Andalucía Occidental y Extremadura.

—Caixabank ha llevado a cabo una serie de acciones sociales para apoyar a empresas y entidades que luchan contra el virus. ¿Cuáles destacaría?
—Efectivamente. Para paliar parte de los efectos de la pandemia del coronavirus Covid-19, desde CaixaBank, a través de nuestra Acción Social y en colaboración con la Fundación “la Caixa”, hemos desarrollado diferentes acciones de apoyo a los colectivos más vulnerables. Estamos en contacto y estableciendo colaboraciones económicas con las corporaciones públicas para facilitar en lo posible la atención a estos colectivos. También desde nuestra red de oficinas estamos contactando y gestionando diferentes colaboraciones, a través de la Fundación “la Caixa”, con multitud de entidades sociales para detectar necesidades especiales del momento y tratar de ayudar en las acciones que están llevando a cabo en esta situación crítica. Por dar un ejemplo, hemos reforzado el proyecto Comedores con Alma, puesto en marcha hace seis años, y en el que participan 136 comedores de toda España que durante estos días han intensificado el reparto de alimentos de primera necesidad entre la población con menos recursos ya que están recibiendo un incremento considerable de usuarios. La aportación total a estos comedores ha alcanzado el millón de euros.

—Caixabank ha colaborado con Fundación SAMU a través de la donación de 9.000 euros, que se destinará a material sanitario. ¿Cómo surge esta acción?
—Queremos estar al lado de los que más lo necesitan y por ello hemos sumado fuerzas con Fundación SAMU para paliar los efectos del coronavirus y atender las necesidades de la población afectada. Esta donación ha permitido dotar de material sanitario a los cinco dispositivos de urgencias y emergencias contra el Covid-19 que la Fundación SAMU ha mantenido en Madrid, Andalucía y Castilla La-Mancha. Para nosotros supone una gran satisfacción haber contribuido a esta labor tan importante en un momento de emergencia sanitaria.

—¿Por qué Caixabank ha decidido incluir a Fundación SAMU entre los beneficiarios de sus acciones?
—Colaboramos con entidades sin ánimo de lucro para transformar la sociedad. Fundación SAMU lleva haciéndolo desde hace ya muchos años ofreciendo una atención integral y de calidad a personas en situación de vulnerabilidad a través de su red de centros socio-sanitarios.

—Caixabank y la Fundación La Caixa ya había colaborado anteriormente con Fundación SAMU. ¿Podría destacar algunas de estas acciones?
—Mantenemos una relación muy estrecha y son muchos los proyectos que compartimos. Especialmente me gustaría destacar las últimas colaboraciones con el programa de Voluntariado de CaixaBank. Recientemente hemos impulsado una iniciativa para compartir conocimientos básicos sobre uso seguro de internet y de la banca online con 100 jóvenes de los centros de Fundación SAMU, ubicados en las localidades sevillanas de Castillo de las Guardas, Fuentequintillo, Sevilla capital, Valencina y Alcalá de Guadaira. En total, siete voluntarios del programa, todos ellos con conocimientos técnicos sobre ciberseguridad y comprometidos con el desarrollo de jóvenes en riesgo de exclusión, han ofrecido sesiones de formación por videoconferencia, dada la situación de excepcionalidad generada por la epidemia de Covid-19.

—¿Hay vocación de futuro en la colaboración de ambas entidades? ¿Qué destacaría de la labor social y asistencial de SAMU?
—Por supuesto. La Fundación SAMU está liderando numerosos proyectos en el ámbito de la salud en Andalucía. Tiene todo nuestro reconocimiento la gran labor que realiza esta fundación en servicios de salud y emergencia social, atención a personas dependientes, inmigración e intervención en catástrofes internacionales. Especial relevancia tiene el trabajo que mantiene con la atención y acogida de menores extranjeros no acompañados. Ambas entidades compartimos objetivos y de ahí nuestra voluntad de seguir compartiendo proyectos juntos.

—Fundación La Caixa y Caixabank han impulsado la campaña “Ningún hogar sin alimentos” con motivo de la crisis, con resultados impresionantes tanto de captación como de apoyo social y de personalidades. ¿Cómo lo están viviendo desde dentro?
—Lo estamos viviendo como una ola solidaria. Es una campaña que está siendo todo un referente a nivel nacional por la gran colaboración que estamos recibiendo de toda la sociedad. Hay más de 300.000 familias que nos necesitan y ya hemos superado los dos millones de euros que irán destinado a ellas mediante los Bancos de Alimentos.

—¿Cómo está reaccionando el voluntariado andaluz a esta crisis?
—La situación de confinamiento ha obligado al voluntariado a reinventarse. Como muestra, desde la asociación de Voluntarios de “la Caixa” formada por empleados, familiares, clientes y amigos hemos desarrollado actividades de voluntariado online para estar cerca de las personas más vulnerables. La primera acción específica que se lanzó fue la de Cartas contra la soledad para hacer llegar ánimos a personas mayores que están en residencias. Ha sido una manera de mantener el contacto con ellos y ha sido un éxito.

Residencia San Sebastián: Diez años de retos diarios

La Residencia San Sebastián, que Fundación SAMU gestiona en el municipio de Cantillana (Sevilla), acaba de cumplir su décimo aniversario, consolidada como centro residencial de referencia en la atención a personas con discapacidad intelectual y trastornos conductuales de la provincia.

La crisis del coronavirus ha truncado los preparativos de una merecida celebración de la efeméride junto al resto de la comunidad SAMU, familiares, directivos y autoridades locales y provinciales. No obstante, los residentes, los verdaderos protagonistas de esta historia, sí pudieron disfrutar de un almuerzo y una pequeña fiesta en el jardín del centro junto a sus cuidadores.

Con capacidad para 60 residentes y atendido por 80 profesionales, por este centro han pasado 136 usuarios durante sus diez años de actividad. El objetivo del proyecto es ofrecer una atención integral y profesionalizada de las personas con trastornos conductuales. Se persigue la disminución hasta la eliminación (si es posible) de estos trastornos para que los usuarios puedan ser derivados a otros recursos de atención y vivir en contextos más normalizados.

Para ello, el centro lleva a cabo un tratamiento especializado y personalizado de cada usuario mediante un abordaje bio-psico-social. Este trabajo busca, entre otros objetivos, la mejora en la calidad de vida de los residentes, aumentar y mejorar las habilidades de autonomía personal y social, fomentar las relaciones sociales adecuadas en un entorno normalizado y ofrecer un espacio físico que garantiza la seguridad de sus residentes.

“Somos un centro de referencia en Andalucía. La Residencia San Sebastián es la que más personas asiste y menos casos de retornos tiene de toda la comunidad autónomas. El 35% de nuestros residentes han logrado el alta terapéutica y han sido trasladados a recursos en los que pueden disfrutar de una vida más inclusiva y normalizada”, explica María José Tinoco, directora de la Residencia San Sebastián desde 2016 hasta abril y, en la actualidad, responsable del área de Discapacidad de SAMU.

La actividad laboral y la intervención profesional con los usuarios ha presentado una progresión en la que se han ido incorporando ámbitos de trabajo como la calidad de procesos, la innovación, sostenibilidad y la igualdad con el objetivo de que las personas se incorporen a otros recursos sociales concienciados para una convivencia respetuosa con los demás y con el entorno.
A lo largo de todo el año, el centro promueve diversos programas de actividades socioeducativas y de ocio y tiempo libre que cubren la globalidad de los intereses y necesidades de las personas atendidas. Se incentiva mucho el deporte a través de la participación de la Residencia en la Liga Aprose de fútbol, un proyecto de rugby adaptado y la práctica de senderismo, entre otras actividades. En este centro nació la Compañía de Teatro Idilio Escénico, que ya ha representado su obra Sinergia en varios escenarios, así como el departamento de SAMU Idilio, que surge con el objetivo de dar visibilidad al área de discapacidad de SAMU, la Carrera Inclusiva de Otoño o el Programa 4 Estaciones.

“El mayor éxito de los profesionales es despedir a la persona usuaria con alta terapéutica. La dirección del centro siempre ha perseguido la humanización del trato al residente y la particularidad en la atención a cada uno ya que no todo se puede generalizar, sobre todo en lo que se refiere a emociones y sentimientos”, explica María José Tinoco, la tercera directora que ha tenido este centro tras María de los Ángeles Guijo y María Vargas, y que en abril fue sustituida por su mano derecha durante cuatro años: Rafael Rueda.

“Los principios fueron duros porque el perfil del colectivo era muy especial y cada día había que mejorar las intervenciones y procedimientos para ajustarlos a la diversidad de personas preservando su integridad física y emocional, así como la del equipo”, continúa Tinoco. “Éste es un trabajo que te absorbe mucho. Se crean vínculos muy fuertes con los residentes. Hay momentos en los que los residentes sufren crisis y agitaciones, e, incluso, pueden hacerte daño y te vas a casa con un dolor físico o en el corazón. Y al día siguiente vuelves como si nada hubiera pasado. El mérito que tienen los trabajadores de este centro es enorme”.

“Trabajar con personas con discapacidad intelectual es un reto diario porque todos los días son diferentes. Tenemos que ser muy creativos y muy pacientes para poder enseñar a nuestros usuarios a gestionar los problemas que se presentan en la vida diaria”, añade Rafael Rueda, director del centro desde abril. Rueda lleva nueve años trabajando en esta residencia, primero como fisioterapeuta y luego como jefe de Servicios Generales.

“Éste es un paso muy importante en mi trayectoria profesional. Sé que es un reto muy difícil pero lo afronto con mucha responsabilidad, ilusión y con muchas ganas de seguir haciendo bien mi trabajo”, explica Rafael Rueda. “Tengo dos objetivos principales. Por un lado, intentar lograr que la calidad de vida de los residentes sea la mejor, trabajando para que la atención hacia ellos sea óptima. Y por otro lado, también quiero hacer mucho hincapié en el equipo y conseguir que los compañeros de la residencia vengan a trabajar con ganas, que se sientan realizados con su trabajo, ya que eso recaerá en un mayor beneficio para los residentes”.

Rueda, que lleva más de nueve años dedicado a este centro, reconoce haber vivido numerosas anécdotas muy divertidas. “Como enriquecimiento profesional y actividad innovadora, destacaría aquella vez que organizamos una excursión con los chicos a Villaverde del Río y montamos a un gran número de residentes en piragua, entre ellos a una persona que tenía muy poco control en el tronco e iba en silla de ruedas. Montarlo en la piragua, con la gran inestabilidad que presenta el agua, fue todo un reto y una gran satisfacción personal poder dar un paseo con él montados en piragua”.

Durante estos 10 años, uno de los puntos fuertes de la progresión de la Residencia San Sebastián ha sido también la importante labor de formación de la plantilla, haciendo especial hincapié en herramientas que permitieran mejorar la intervención con personas del espectro autista, “un mundo fascinante que necesita de personal formado y motivado”, detalla María José Tinoco. “En esta década, hemos tenido también el apoyo de la Junta, puesto que gestionamos sus plazas y cuidamos a personas que están dentro del sistema público de dependencia. Han sido un apoyo en muchos momentos, ayudándonos a resolver situaciones unas más difíciles que otras”, añade la antigua directora.

La dirección de la Residencia San Sebastián tenía previsto celebrar este décimo aniversario “por todo lo alto” junto a familiares, autoridades locales y provinciales y el resto de la comunidad de SAMU, pero la pandemia del Covid-19 no lo ha hecho posible. ”Pero no importa. En este periodo de confinamiento, los chicos nos han dado una gran lección porque lo han hecho muy bien. Han sabido comprender la situación de emergencia y la mayoría ha ayudado muchísimo. Y junto a ellos, sus familias, que han sabido apoyarles para sobrellevar la distancia y la ausencia de abrazos”, comenta María José Tinoco. “Ellos son y serán siempre personas valientes y merecedoras de todo nuestro respeto y afecto”. Los verdaderos protagonistas.

Residencia de Tiempo Libre de La Línea: viaje de ida y vuelta

DESPUÉS de cerca de 50 días de trabajo al límite, SAMU ha puesto punto y final al dispositivo que la entidad abrió en La Línea de la Concepción (Cádiz) para atender a los 28 pacientes trasladados desde una residencia de mayores de Alcalá del Valle (Cádiz), debido a la detección de un brote de Covid-19 en dicho centro. Es el segundo dispositivo de SAMU que concluye con gran éxito tras el cierre del Hotel Alcora, también destinado a la asistencia de personas mayores.

Este recurso, localizado en la Residencia de Tiempo Libre de La Línea de la Concepción, fue habilitado el 25 de marzo íntegramente por SAMU, quien también se encargó del traslado de las personas mayores desde la residencia de origen hasta el centro de La Línea.

La operación, desarrollada por encargo de la Junta de Andalucía, se puso en marcha tras detectarse un brote de coronavirus en una residencia de Alcalá del Valle. Se vieron afectados decenas de ancianos y profesionales justo en los momentos más difíciles de la crisis sanitaria por la que atraviesa el país.

En un primer momento, SAMU envió a un equipo de seis profesionales a la residencia donde se detectó el brote (un médico, un enfermero, dos técnicos de emergencias sanitarias y dos técnicos en cuidados auxiliares de enfermería). Una vez realizada la evaluación de la situación, y después de manejar distintas opciones en coordinación con la Junta de Andalucía, se decidió trasladar a los ancianos a un hospital de campaña que SAMU levantó en la Residencia El Burgo, en La Línea de la Concepción. Además, se procedió a la desinfección de la residencia de mayores.

El traslado de los pacientes requirió un autobús, seis ambulancias colectivas y dos ambulancias de Soporte Vital Avanzado. Durante el trayecto, de dos horas de duración, los sanitarios estuvieron escoltados por la Policía Nacional. Al mismo tiempo, otro equipo de cinco profesionales levantaba el hospital de campaña en La Línea.

Un día después del traslado, numerosos agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hicieron sonar sus sirenas para homenajear a los ancianos en la puerta de acceso del recinto. Sirenas y aplausos que tuvieron una respuesta por parte de los trabajadores de SAMU que también se sumaron a este gesto de solidaridad y agradecimiento con sus aplausos desde el interior del recinto. Además, vecinos del municipio linense desplegaron una pancarta en la que se podía leer: “También sois nuestros abuelos”.

Desde la puesta en funcionamiento de este recurso, 24 profesionales de SAMU atendieron a 28 pacientes. Durante todo el periodo, las medidas de seguridad fueron extremas y los pacientes mantuvieron un buen estado de salud. Todos ellos han regresado a su residencia de origen y el dispositivo se ha dado por finalizado con la satisfacción de haber realizado un gran trabajo.

“Esto es una acción humanitaria pura y dura en la ciudad. Como dice el jefe, don Carlos Álvarez Leiva, es una crisis de libro”, manifiesta Andrés Rodríguez, responsable de la dirección del hospital de campaña levantado en La Línea. “Estoy muy sorprendido. He estado en muchas misiones humanitaria en países como Siria o Libia, pero nunca pensé ni imaginé que iba a vivir una situación como ésta en Europa”.

Entre los pacientes que han superado el Covid-19 en este dispositivo, y que venían contagiados de su residencia de origen, se encuentra la rondeña Ana del Valle, de 107 años. Esta señora es una superviviente nata, puesto que a lo largo de su vida ha superado dos grandes pandemias: la gripe española de 1918 cuando apenas tenía siete años y la del coronavirus.

“Ana dio negativo en Covid-19 por primera vez el 4 de abril, en su tercer test”, cuenta el enfermero Andrés Rodríguez, responsable de la dirección de este recurso. “Es una señora muy agradable y entrañable. Le gusta mucho ser agasajada, que estemos atentos a ella y que le demos regalitos. Si te sientas a su lado, te cuenta su vida”.

La habilitación de este dispositivo en La Línea de la Concepción ha generado una gran corriente de solidaridad entre buena parte de los vecinos del municipio, que han manifestado de forma reiterada su apoyo a la labor desarrollada por SAMU y su interés permanente por el estado de salud de los pacientes.

SAMU se une a la campaña ‘Volver a ser lo que fuimos’

SAMU se ha unido a la campaña ‘Volver a ser lo que fuimos’, impulsada por la Fundación Andalucía Tecnológica (Funddatec) y la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Sevilla con el objetivo de captar fondos con los que adquirir test de forma masiva para la detección del Covid-19, especialmente en el sector sanitario y de residencias de ancianos.

Esta campaña se lanzó en el programa de Canal Sur Tierra de Talento y está recibiendo el apoyo y la aportación económica de numerosos artistas y entidades.

El equipo de SAMU, además de formar parte de este grupo de entidades colaboradoras, se encarga de prestar el asesoramiento técnico sanitario a Funddatec para la compra masiva de estas pruebas, que serán entregadas a la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, informada y conforme con este proyecto de carácter solidario.

La aportación económica a la campaña está siendo recogida en una cuenta bancaria abierta a tal efecto en CaixaBank (ES24-2100-5741-4402-0020-6641), cuyo titular es la Fundación Andalucía Tecnológica. Las aportaciones serán consideradas como donaciones a efectos fiscales para los que decidan colaborar, de cara a su posterior desgravación fiscal.

En Tierra de Talento, la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Sevilla ha interpretado una versión del Himno de Andalucía cantada por los artistas que protagonizan semanalmente este programa televisivo (Manu Sánchez, José Mercé, Carlos Álvarez, India Martínez, María Villalón y Jesús Reina, entre otros). Desde sus respectivos confinamientos han conseguido elaborar un vídeo con ese propósito solidario.

Según Pedro Vázquez, director de la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Sevilla e impulsor de esta iniciativa, “el objetivo de la campaña no es sólo evitar futuras muertes y contagios gracias a la compra masiva de los test, sino colaborar también en revertir esta situación de aciago cultural, demostrando a todos que la cultura es un instrumento efectivo de salud y para la sociedad”.

Fuentes de SAMU han explicado que la organización, además de prestar asesoramiento sanitario para la adquisición de los test, está a disposición de la Junta de Andalucía para la posterior realización de las pruebas en aquellos colectivos que determine la Administración.

Los menores de Huesca cogen aguja e hilo

Los menores extranjeros no acompañados de Aragón se han puesto las pilas durante el confinamiento y se han embarcado en la tarea de confeccionar mascarillas caseras y escribir mensajes de ánimo para las personas mayores y realizar pasatiempos que hagan más llevadero el aislamiento.

Uno de los centros de protección de menores aragoneses implicados en este proyecto ha sido el recurso de SAMU Huesca, (Centro Residencia Fueros), de donde partió la idea gracias a la de la directora y la subdirectora de esta unidad. Tras conocer el proyecto, Fundación SAMU proporcionó a los chicos de este dispotivo tres máquinas de coser procedentes de la Escuela de Oficios de SAMU, en Gelves (Sevilla), además de vídeos formativos y tutoriales donde se explicaba el procedimiento de elaboración.

En un primer momento, los chicos de SAMU Huesca fabricaron mascarillas autoabastecimiento y, a continuación, comenzaron a coser más mascarillas para abastecer a aquellos centros de Aragón que lo necesitaran, a través de la Dirección Provincial del Instituto Aragonés de Servicios Sociales en Huesca.

“Cuando tuvimos 140 mascarillas, nos pusimos en contacto con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) para donárselas y que las repartiera por diferentes residencias”, explica Mara Andreu, directora del centro.

Estos jóvenes han tenido que aprender a coser ex profeso. “Al principio, el proceso de aprendizaje fue lento, no dejan de ser adolescentes. Pero poco a poco fueron cogiéndole el truco. Además, teníamos el apoyo de la subdirectora del centro, Tania Romojaro, que sabe coser, y de dos chicos que habían trabajado en confección”, relata Mara Andreu.

La respuesta de los chavales a esta actividad ha sido muy favorable. Lo hacen a gusto, con ganas, aunque al principio nos costó que entendiesen el sentido del confinamiento, sobre todo porque tienen una edad complicada en la que se hace difícil no salir a la calle, no relacionarse con amigos, o no ver a tu novio o novia. Pero el modelo cívico que están dando los ciudadanos oscenses quedándose en casa, sólo saliendo para lo básico, llevando mascarillas y respetando las distancias, les ha servido a estos jóvenes para comprender que esto no es un arbitrariedad,”, señala el subdirector provincial de Protección a la Infancia de Huesca, Javier Ferrer, en Europa Press.

En lo que respecta a la fabricación de mascarillas, los menores siguen todas las recomendaciones higiénico-sanitarias indicadas: llevan guantes, se cubren la nariz y la boca, se lavan frecuentemente las manos y desinfectan el lugar de trabajo. “Ahora nuestro reto es hacer mascarillas de dos tamaños, para que puedan usarlas los niños. Cuando tengamos 150 mascarillas, las donaremos a diferentes asociaciones”, relata la directora del centro.

“Estamos encantados con esta iniciativa porque es algo que sirve a los propios chicos para ocupar su tiempo y les hace sentirse útiles”. Según Javier Ferrer, también es útil para los adultos que están trabajando con ellos y ayudan a formar “ciudadanos cívicos” que forman parte, con su diversidad, de la sociedad del siglo XXI.

Carta desde el ISL Alcalá: Por qué entrenar el optimismo

Llegar a un país que desconoces, con costumbres, una cultura y un idioma casi imposible para ti, hace que te replantees tu presente y tu futuro. Además, no es fácil adaptarse a un contexto tan irregular y a un país que ofrece oportunidades pero que no sabes si puedes o no aprovechar. Ésta es la situación que viven muchos chicos que traen sus sueños hacia el otro lado del charco. A pesar de todo, al menos los jóvenes que viven en el centro ISL Alcalá, en la provincia de Sevilla, aseguran que este sacrificio vale la pena.

Empezar un proyecto de vida de manera autónoma e independiente tiene muchos factores de riesgo como son la frustración, la desesperación y la ansiedad. Nuestros chicos han vivido y sufrido estas emociones, pero también han podido trabajarlas junto a profesionales.

La palabra trabajo resumen todo ese proceso de esfuerzo, constancia, insistencia, ensayo-error, aprendizaje, superación y optimismo.

Así es como empezaron ellos, trabajando. Primero, trabajando un idioma ante el que, por mucho que lo intentes, es complicado no frustrarse. En este contexto, es muy difícil no derrumbarse. Pero, cuando crees que desfalleces, siempre encuentras un camino: la formación. Algunas personas creen que la suerte existe, pero estos chicos saben que la suerte también se trabaja, porque así lo han hecho desde que llegaron y es ahora cuando recogen los frutos: formación en la Escuela de SAMU.

Cumpliendo con sus obligaciones y responsabilidades dentro y fuera de la formación, los chicos trabajan para formarse como el mejor camino para llegar a integrarse en el entramado de su nueva sociedad. Lo hacen aun sabiendo la dificultad que tiene estar a la altura de la situación y demostrar que pueden conseguir un futuro parecido con el que soñaba en sus países de origen.

Es por ello que hoy pueden sentirse fuertes y más optimistas que nunca. Después de haber pasado por todos los estados posibles, nunca les ha faltado positividad y perseverancia, creer en ellos, creer en su entorno y creer en la oportunidad que les brinda la escuela SAMU con unas prácticas que les dé a conocer como futuros profesionales.

En ISL Alcalá estos chicos son considerados un ejemplo de superación y de cómo se puede entrenar el optimismo.

Autor: Manuel Martínez. Educador de ISL Alcalá (Sevilla).

Captación de voluntarios: Una barrera solidaria contra la incertidumbre

En una nueva acción para luchar contra la propagación del coronavirus Covid-19 en España, SAMU a través de su Fundación, hizo el domingo 22 de marzo un llamamiento público para reclutar voluntarios de diferentes categorías profesionales. En sólo dos días, más de 600 personas respondieron a la convocatoria, que se ha convertido en un enorme éxito.

De todos los candidatos presentados, SAMU ha seleccionado a 60 voluntarios, en función de criterios de idoneidad, pertenecientes a los siguientes perfiles: médicos, enfermeros, técnicos de emergencias sanitarias, auxiliares de clínica, farmacia, estudiantes de Medicina, especialistas en logística, psicólogos, educadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, conductores, personal de mantenimiento, costureras y monitores.

Fundación SAMU ha habilitado un centro de recepción de voluntarios en la Escuela SAMU de Gelves (Sevilla). En grupos reducidos de en torno a diez voluntarios al día y con las máximas medidas de protección para garantizar la seguridad, los voluntarios van pasando por las instalaciones de la Escuela para recibir formación en autoprotección con el objetivo de que puedan incorporarse cuanto antes a las diferentes labores asignadas dentro de la organización.

La formación que reciben estos voluntarios va desde el esencial lavado de manos hasta cómo ponerse y, lo que es más importante, cómo quitarse sin contaminarse un equipo de protección individual. Aquellos voluntarios con un perfil sanitario reciben una formación más específica a modo de recordatorio de sus propios conocimientos.

Una vez formados, estos voluntarios se están incorporando a un retén al que recurrirá SAMU en el caso de que sea necesario personal para las distintas misiones de la organización, como traslado de pacientes, funciones logísticas o apoyo psicológico, entre otras acciones.

“Nos estamos preparando para una situación que puede empeorar. Todos deseamos que, en los días venideros, la situación mejore, especialmente en Andalucía. Pero SAMU, como institución, está trabajando también en otras comunidades como Madrid, donde la crisis se complica por momentos. Tenemos un equipo de profesionales trabajando ya allí, pero a veces éstos necesitan apoyo”, señala Carlos González de Escalada, director general de SAMU. “Esta formación es fundamental para preservar la seguridad de los voluntarios”.

SAMU agradece a todos los voluntarios su respuesta y ha hecho un nuevo llamamiento para seguir reclutando los perfiles más demandados: profesionales sanitarios o estudiantes de Medicina, de Enfermería, cuidados auxiliares de enfermería, auxiliares de geriatría, cuidadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales y logistas-conductores.

“Todo voluntariado y ayuda es bienvenida en estos momentos de crisis en los que es necesaria la implicación total de la sociedad. El proceso de selección continúa abierto a través de seleccion@samu.es”, apuntan desde Escuela SAMU.

La orquesta como espacio de inclusión

Algunas de las bandas sonoras más conocidas de la historia del cine y la televisión lo fueron también de una singular llamada a la solidaridad en el concierto Otro mundo es posible, celebrado el 27 de febrero en el centro BOX de La Cartuja (Sevilla) con el objetivo de sensibilizar sobre la necesidad de impulsar la inclusión social de personas en situación de especial vulnerabilidad. Este concierto, con el director musical y pianista Pedro Vázquez al frente, contó con la colaboración de la Fundación Andalucía Tecnológica Funddatec y de Fundación SAMU. De hecho, varios menores extranjeros que residen en centros gestionados por Fundación SAMU en Sevilla formaron parte de la orquesta, en una jornada que se convirtió en una fiesta llena de nervios y emociones para todos ellos.

En el concierto Otro mundo es posible los miembros de las conocidas como Orquestas Inclusivas de Andalucía interpretaron un programa compuesto por diversas piezas musicales extraídas de las bandas sonoras más conocidas de la historia del cine y la televisión como Juego de Tronos, Cinema Paradiso o La vida es bella, entre otras.

Pedro Vázquez, presidente de la Federación Andaluza de Juventudes Musicales, miembro del Consejo de Dirección de Escuela Creativa de Andalucía y director de la Orquesta Metropolitana de Sevilla, explicó que en las Orquestas Inclusivas de Andalucía “no existen criterios previos de selección”.

“Todo aquel que lo desee puede participar tocando en orquestas de diferentes niveles. Es un sistema de orquestas en el que a medida que el intérprete va evolucionando en sus capacidades musicales, va tocando en una orquesta u otra, pero sin perder de vista el objetivo más importante de todos: que desde el primer día una persona pueda disfrutar de tocar música”.

Según Vázquez, así se persigue la normalización de “los problemas físicos, psicológicos, congénitos, sociales, espirituales o de cualquier condición de las personas”. Por este motivo, menores no acompañados de los centros de Sevilla también formaron parte de la orquesta. “Estos chicos tienen una experiencia de vida tan fuerte, tan grande, que tenemos que dar un paso adelante e ‘incluirnos’ en ellos y en sus vidas; que seamos nosotros los que nos mostremos proactivos para estar al nivel personal y humano que ellos demuestran”, señaló el director.

Alrededor de 500 espectadores llenaron el auditorio de la sala sevillana para disfrutar de un concierto que se convirtió en una verdadera fiesta, y en la que el público acabó sumándose al espectáculo ofrecido por Vázquez al frente de medio centenar de artistas de todas las edades y niveles. Los chicos de Fundación SAMU, afanados en la percursión, tuvieron incluso la oportunidad de tocar en solitario. Para ellos fue una experiencia única, tanto en los diferentes ensayos como en el día de un concierto que dejó huella en artistas y público.

Lourdes Vázquez SAMU

Lourdes Vázquez: «Vamos a cambiarle la vida a muchos jóvenes»

Licenciada en Pedagogía, Lourdes Vázquez (Fuente de Cantos, Badajoz, 1984) dirige desde su apertura en enero el proyecto de la Escuela de Oficios de SAMU. Durante su carrera profesional ha trabajado con menores en situación de riesgo social, personas con discapacidad intelectual y graves trastornos de conducta, y como orientadora de Formación Profesional.

—¿Cómo surgió el proyecto de la Escuela de Oficios SAMU? ¿Qué motivó su puesta en marcha?
—SAMU cuenta con numerosos centros de menores en acogida en todo el territorio nacional. La mayoría de estos jóvenes se encuentran en edad de preemancipación y no existen recursos suficientes para acoger a estos chicos cuando cumplen los 18 años. El proyecto de la Escuela de Oficios surgió de la necesidad de ayudar a este colectivo para su inclusión social y laboral, y de la preocupación y labor que realiza SAMU en darles las herramientas necesarias para que puedan llegar a ser personas adultas responsables y autónomas.

—¿No se trabaja este aspecto ya en los Centros de Inserción Sociolaboral de SAMU?
—Sí, pero con la Escuela de Oficios hemos querido dar un paso más en la formación de estos chicos, ampliando la oferta de los programas formativos, su duración teórica y práctica, y estamos trabajando para obtener la acreditación por parte de distintas entidades.

—¿Cuál es su labor como directora de este proyecto?
—Mi principal labor es de coordinación: tener en cuenta a todas las partes implicadas en el proyecto, diseñar los programas formativos que mejor se adapten al perfil de los alumnos, tener en cuenta la visión de los especialistas en cada sector, sentar las bases pedagógicas de la Escuela, apoyar y coordinar al equipo docente, y marcar los protocolos de actuación para que exista buena comunicación entre la escuela y los centros de inserción sociolaboral.

—¿Cuál es el principal objetivo de la Escuela de Oficios?
—El proyecto nace con la convicción de que es necesario desarrollar acciones que favorezcan la integración social y laboral de nuestros alumnos. El objetivo final es conseguir la contratación de los chicos en empresas colaboradoras.

—¿Cuál es el perfil de los alumnos?
—Son jóvenes de 16 y 18 años. Algunos tienen dificultades con el idioma, pero se están esforzando mucho, tienen muy claro lo que quieren y están muy motivados.

—¿Qué tipo de oficios se enseñan en esta escuela?
—En enero arrancamos con dos cursos: auxiliar de albañilería y atención sociosanitaria a personas dependientes. Ahora estamos trabajando en los próximos cursos: auxiliar de jardinería, mediador intercultural, auxiliar de cocina y soldadura.

—¿Cuál está siendo la actitud de los alumnos?
—Los alumnos están muy motivados. Los docentes me han transmitido que se muestran muy participativos, hacen preguntas, comparten sus experiencias, e incluso bromean en las clases, generando así muy buen ambiente. En algún momento, incluso les han pedido más material de estudio a los profesores. Se han adaptado muy bien a la escuela, son un grupo más en Escuela SAMU.

—¿Cómo transcurrieron los primeros días?
—Me quedo con la cara de los chicos el día de la inauguración. Se les notaba nerviosos e ilusionados, mirando lo que hacían otros alumnos en la escuela. Me encantaron las palabras de agradecimiento de uno de los chicos, en las que contaba su experiencia de vida y la oportunidad que suponía para él esta escuela.

—Tras dos meses, la primera promoción ya ha terminado su formación teórico-práctica. ¿Cuántos alumnos se han graduado?
—Se han graduado 10 alumnos en auxiliar de atención sociosanitaria a personas dependientes, y ocho en auxiliar de albañilería. Los alumnos están muy agradecidos, valoran mucho la formación, se sorprenden al conocer todo lo que hacen los profesionales en los centros y se han establecido unos vínculos muy bonitos entre profesores y alumnos.

—¿Dónde están desarrollando los alumnos sus prácticas profesionales?
—En centros de SAMU. Los alumnos de auxiliar de albañilería están colaborando en las obras de SAMU Wellness y las del centro ISL de Alcalá de Guadaíra. Por otro lado, los chicos de auxiliar en atención sociosanitaria están trabajando en la Unidad de Estancia Diurna de San Lucas y en la Residencia Santa Ana, ambos en Sevilla capital, y especializados en la atención de personas con discapacidad intelectual y/o trastorno de conducta. Los alumnos están muy implicados, muestran una actitud ejemplar, quieren colaborar en todas las tareas y aprender todo lo que pueden de los profesionales de SAMU. El feed-back de los tutores de prácticas está siendo muy positivo.

—¿Cómo está afectando el estado de alarma decretado por el Gobierno de España como consecuencia de la expansión del virus Covid-19 a la formación y las prácticas de estos chicos?
—Nuestros alumnos solo han podido disfrutar de dos semanas de prácticas. Al igual que en todos los centros educativos, hemos tenido que parar nuestra programación. Ahora mismo, los chicos siguen las programaciones de sus centros, no pueden salir. La escuela adaptará el calendario cuando todo esto acabe para que no pierdan esta oportunidad.

—¿Qué está significando este proyecto para usted?
—Es un proyecto que me enamoró desde el primer día. Es todo un reto que estoy viviendo con mucha ilusión. Si lo hacemos bien, vamos a cambiarle la vida a muchos jóvenes. Y a nivel profesional, me está ayudando a seguir creciendo y aprendiendo, tener experiencias nuevas, y a reilusionarme con el trabajo. Cuando sabes que con tu trabajo estás poniendo un granito de arena para ayudar a alguien, todo el esfuerzo merece la pena

—¿Cuáles son los retos futuros que se plantea la Escuela de Oficios?
—A corto plazo, nuestros retos son ampliar la oferta formativa y ofrecer los cursos a todo aquel que esté interesado en participar en nuestra formación. Y, a largo plazo, crear una amplia red de empresas colaboradoras para las prácticas y futuras contrataciones, y convertir nuestros cursos en certificados de profesionalidad.