Un día de emociones gracias a Pancho en el centro de día de Alfaro
Una mañana cualquiera en el Centro de Día para Mayores Cuidad de Alfaro (La Rioja), dedicado a la atención a personas mayores dependientes, puede transformarse por completo con la llegada de un invitado de cuatro patas. Pancho, un perro tranquilo y cariñoso, fue el protagonista de una sesión muy especial organizada por Silvia Malumbres, terapeuta ocupacional del centro. A través de la presencia del pequeño Pancho, los mayores participaron en una dinámica diferente, cargada de estímulos emocionales, físicos y cognitivos.
Esta intervención forma parte del ámbito de la terapia ocupacional, pero también se apoya en los fundamentos de la terapia asistida con animales, una disciplina que utiliza la relación con un animal como parte del tratamiento para mejorar la calidad de vida de las personas. En el caso de las personas mayores, los beneficios están ampliamente documentados: mejora el estado de ánimo, reduce la ansiedad, alivia el estrés, refuerza la autoestima y fomenta la participación social.
La visita de Pancho no fue solo un momento bonito o entrañable: fue una intervención planificada, pensada para activar distintas capacidades y generar un entorno afectivo que motivara a los usuarios del centro. Y funcionó. Hubo sonrisas, recuerdos, miradas cómplices y palabras que, en algunos casos, hacía tiempo que no salían.
La experiencia con terapias asistidas con animales no es nueva en Fundación SAMU. En SAMU Wellness, centro especializado en salud mental situado en Dos Hermanas (Sevilla), este enfoque lleva tiempo aplicándose con éxito. Allí, la perrita Musa acompaña a pacientes en procesos terapéuticos complejos, como parte del equipo multidisciplinar. Su labor ha demostrado ser especialmente eficaz en casos de depresión, ansiedad o retraimiento emocional, donde la presencia del animal actúa como puente hacia la expresión y la conexión.
En Alfaro, la jornada dejó una huella profunda. “Nuestros mayores han tenido una sesión muy especial de terapia ocupacional estimulados por un animal muy especial”, apuntan desde el centro. La implicación emocional que despiertan estos encuentros es difícil de igualar: hay usuarios que, al acariciar a Pancho o simplemente observarlo, expresan emociones que normalmente permanecen ocultas.
Fundación SAMU continúa apostando por modelos de atención innovadores y personalizados. La introducción de animales como apoyo en intervenciones terapéuticas es una muestra más de cómo pequeñas acciones pueden generar grandes cambios en la vida de las personas. Porque a veces, basta una mirada animal para encender la chispa de la conexión humana.