Simulacro de IMV en Escuela SAMU

Escuela SAMU: un entrenamiento para lo inesperado

Escuela SAMU acogió el 10 de abril la tercera edición de sus Jornadas de Simulacro de Incidentes de Múltiples Víctimas (IMV). Cerca de sesenta profesionales del ámbito sanitario (entre médicos, enfermeros y técnicos en emergencias sanitarias) que desarrollan su trabajo en el ámbito prehospitalario, tanto dentro como fuera de SAMU, participaron en esta cita formativa orientada a reforzar sus habilidades frente a situaciones de catástrofe y atención masiva.

La jornada estuvo organizada por el X Máster en Emergencias Médicas de SAMU y la CEU San Pablo y se desarrolló íntegramente en las instalaciones de la escuela en Gelves (Sevilla). El objetivo principal era entrenar y prepararse para situaciones extremas poco frecuentes, aunque cada vez más probables debido al contexto actual (desastres naturales, amenazas bélicas…). Ser capaces de actuar con eficacia, calidad y humanidad en los momentos más críticos, cuando los recursos son escasos y cada decisión cuenta.

Al igual que ocurrió el pasado curso, esta jornada estaba programada dentro del Crisis Task Force de este año, que iba a celebrarse a principios de abril, pero las intensas lluvias caídas en marzo han obligado a su aplazamiento al inundarse el terreno en el que se iba a realizar este macroejercicio integral, una de las señas de identidad de la escuela.

¿Qué es un IMV?

Un incidente de múltiples víctimas (IMV) es cualquier situación que genera un número elevado de afectados, superando la capacidad habitual de respuesta de los servicios de emergencias. Esta desproporción entre necesidades y recursos provoca una alta morbilidad y mortalidad, y obliga a activar protocolos especiales de triaje, sectorización y organización sanitaria.
Fenómenos como catástrofes naturales, accidentes de gran envergadura o situaciones de violencia masiva hacen que este tipo de formación resulte cada vez más necesaria para los equipos que trabajan en atención prehospitalaria.

Desde Escuela SAMU explican que “este tipo de jornadas son cruciales para fortalecer la preparación de los sanitarios ante situaciones de emergencia”. “Este tipo de eventos proporciona oportunidades de capacitación en protocolos específicos, coordinación efectiva y toma de decisiones bajo presión, mejorando así la respuesta y atención inmediata ante eventos catastróficos”, señalan.

“Si revisamos eventos y antecedentes históricos desarrollados en los últimos 20 años en nuestro país, podemos destacar el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid, cuando una serie de explosiones en trenes de Cercanías causaron la muerte de 191 personas y dejaron más de 2.000 heridos. Este evento fue uno de los mayores ataques terroristas en Europa y generó una respuesta inmediata por parte de los servicios de emergencias y los profesionales de la salud para atender a las víctimas. También podemos destacar el accidente de tren en Santiago de Compostela ocurrido el 24 de julio de 2013, cuando un tren de pasajeros descarriló en una curva. El accidente causó la muerte de 79 personas y dejó a más de 140 heridos. Estos desastres destacan la importancia de la preparación y capacitación del personal médico para responder eficazmente ante situaciones de emergencia ofreciendo atención médica de calidad y coordinando esfuerzos con otros profesionales de la salud y servicios de emergencia para salvar vidas”, apuntan desde la dirección de Escuela SAMU.

Una jornada lo más real posible

Las actividades comenzaron a las ocho de la mañana con la llegada de los participantes y la recogida de acreditaciones. A las nueve tuvo lugar la bienvenida institucional, seguida de dos ponencias introductorias sobre la doctrina IMV y la exposición de un caso práctico. Después, se realizó un ejercicio de tablero que permitió aplicar de forma visual y estructurada los conceptos clave.

«Un ejercicio de tablero es una actividad formativa de simulación que se realiza sobre un plano o maqueta, en la que los participantes deben resolver una situación de emergencia ficticia sin necesidad de movilizar recursos reales ni ejecutar acciones físicas», explica uno de los instructores de Escuela SAMU. «Es un paso intermedio clave entre la teoría y la práctica real, que permite afianzar la lógica operativa y organizativa en situaciones de emergencia colectiva. Sirve para entrenar la toma de decisiones sin la presión del entorno real, fomentar la coordinación interprofesional, visualizar la escena desde una perspectiva global y detectar errores y puntos de mejora antes de pasar a ejercicios prácticos de campo».

A media mañana, los asistentes se dividieron en grupos para participar en varios talleres prácticos. El primero, común a todos, se centró en el protocolo XABCDE para la atención al paciente politraumatizado. A continuación, se desarrollaron tres talleres rotatorios de 40 minutos cada uno: sectorización y despliegue básico, con especial atención a la organización del espacio y el flujo de pacientes; triaje con el método Start, basado en la clasificación rápida de víctimas según la gravedad; e inmovilización y movilización, enfocado en técnicas de rescate y traslado seguro de pacientes.

Tras la pausa del almuerzo, llegó el momento culminante de la jornada: un simulacro de incidente realista con múltiples víctimas, desarrollado en una zona de edificios en ruinas cerca de Escuela SAMU. El ejercicio implicó la recreación completa de una emergencia de alta complejidad, con víctimas simuladas interpretadas por figurantes, equipos distribuidos por zonas de intervención, y un despliegue completo de mando, evacuación y asistencia sanitaria.

La actividad permitió poner en práctica todos los conocimientos adquiridos, evaluar los tiempos de respuesta, observar la coordinación entre profesionales y detectar oportunidades de mejora. El ejercicio concluyó con una fase de debriefing donde se comentaron los roles, la actuación y las sensaciones del equipo. A las ocho de la tarde, se entregaron los diplomas y se dio por clausurada la jornada.

Desde Escuela SAMU se valoró de forma muy positiva el desarrollo de estas terceras jornadas. «El fomento de la formación salva vidas. Estas jornadas refuerzan habilidades técnicas, pero también la confianza y la coordinación entre profesionales. Son un entrenamiento para lo inesperado, y una muestra de compromiso con la mejora continua», señalaron desde la organización.

Esta jornada volvió a demostrar que, ante una emergencia colectiva, lo más importante es la preparación previa. Porque cuando la emergencia llega, ya no hay tiempo para aprender. Solo para actuar.