Ellas abren el camino
Hay una fuerza invisible que no sale en las fotos. No levanta trofeos ni sube al podio, pero está ahí cada día. Se entrena en la soledad de la piscina, en el frío de la pista, en los kilómetros a remo, haga sol o truene. Esa fuerza invisible se llama constancia. Y es la que comparten Julia, Rebeca y Teresa, tres jóvenes deportistas andaluzas que compaginan sus estudios de Secundaria con la alta competición. Tres historias diferentes, unidas por un mismo impulso: el programa Jóvenes Campeonas de Fundación SAMU.
Creado para apoyar a jóvenes chicas que destacan en sus disciplinas, este programa, impulsado por el área de Igualdad, Género y Familia de SAMU, es más que un patrocinio. Es un respaldo emocional, una palanca económica y un altavoz para visibilizar el deporte femenino desde sus raíces. «En Jóvenes Campeonas, el deporte se convierte en una herramienta fundamental para ayudar a estas chicas a enfrentar desafíos y alcanzar sus metas, tanto dentro como fuera de la cancha», explican desde la dirección del programa. «El fomento del deporte femenino no solo beneficia a las participantes, sino que también enriquece a la sociedad en su conjunto, promoviendo la inclusión, la diversidad y el bienestar, pilares de Fundación SAMU».
Julia Lerín: voleibol y vocación de equipo
Julia Lerín Peña nació en Sevilla en 2007. Estudia segundo de Bachillerato en la modalidad de Tecnología en el Centro Educativo La Preu de Sevilla y quiere ser ingeniera industrial. Es meticulosa, responsable y, según dice, “disfrutona”, una palabra que define bien su forma de entender el deporte.
Desde los siete años juega al voleibol. “En mi casa el deporte siempre ha sido una obligación. Era lo normal”, recuerda. Hoy, es parte de uno de los equipos del Club Voleibol JVSevilla y de un nuevo proyecto liderado por el entrenador Joaquín Pérez. Para Julia, este año ha sido especial, pues ha cambiado de club y ha sentido por primera vez que su aportación marca la diferencia. “Me emociona poder contribuir de verdad a mi nuevo club”.
El programa Jóvenes Campeonas ha supuesto para ella un antes y un después. “Nos ha permitido seguir adelante con nuestro nuevo equipo. Sin ese apoyo, muchas cosas habrían sido más difíciles”. Valora especialmente el reconocimiento, la visibilidad, y ese impulso moral que refuerza el compromiso diario. “Me hace sentir más respaldada”.
Aunque compagina estudios con entrenamientos, no lo vive como un sacrificio. “El deporte está dentro de mi rutina. Me ayuda a organizarme, a aprovechar mejor el tiempo. Me ha enseñado compañerismo, respeto y compromiso”. Julia sueña con ver a su equipo llegar muy lejos en la pista y, fuera del voleibol, con superar este año la Selectividad y lograr la nota para la carrera universitaria que desea estudiar.
Cuando le preguntan si se ve en el futuro ayudando a otras chicas como ella, no duda: “Me gustaría transmitir la pasión por este deporte a los más pequeños. Y ojalá pueda facilitar el acceso al deporte a quienes no puedan permitírselo”.

Julia Lerín Peña
Rebeca Probert: brazadas de oro
Rebeca Probert Rey nació en Sevilla en 2011. Estudia segundo de la ESO en el Colegio San José SS.CC. (Padres Blancos) y nada desde que cumplió su primer año de vida. «Cuando cumplí mi primer año comencé en los cursillos de natación del club Círculo Mercantil e Industrial (CMI) de Sevilla, y ya con 5 años empecé en el equipo del CMI. Desde entonces he estado ahí día tras día». Rebeca recuerda cómo su madre la llevaba a ella y a sus hermanos a los cursillos de natación. Ellos lo dejaron pronto pero a ella la natación la enamoró. Hoy continúa entrenando en el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla y acumula un palmarés que impresiona: seis oros, tres platas, tres bronces en campeonatos de España y dos mejores marcas nacionales en mariposa.
«Para mí, los triunfos más importantes hasta ahora fueron los de la temporada pasada en el Campeonato de España de verano, donde conseguí tres oros y una plata. Además, en el último Campeonato de España en Ciudad Real (2025) logré dos mejores marcas nacionales de 13 años, en las pruebas de 50 y 100 mariposa. Eran mis objetivos a principios de temporada. Parecían imposibles, pero con mucho trabajo y dedicación los pude conseguir».
La joven comenta que en su familia paterna siempre ha habido buenos deportistas de alto rendimiento en el mundo del triatlón y el waterpolo. «Ellos y el apoyo de mis padres me ha motivado a hacer deporte desde pequeña».
Rebeca compagina las clases con entrenamientos diarios que incluyen dos sesiones de piscina, trabajo en seco, y estudio en la sala del club. «Entreno unos 30.000 metros a la semana. Hay días con doble sesión. Por eso, si quiero ir bien en los estudios, tengo que llevar todo muy organizado». Su asignatura favorita es Historia; la que más le cuesta, Matemáticas.
Su ritual antes de competir es sagrado: música en los cascos, charla con su entrenador y un gesto preciso al borde de la piscina. «Echo agua con la mano antes de subirme al pódium de salida. Me ayuda a concentrarme».
Rebeca tiene las ideas claras: «El deporte me ha enseñado disciplina, constancia y a organizarme. También a disfrutar del camino, aunque sea duro». Dice que no ha tenido lesiones importantes y lo atribuye al trabajo preventivo. Su motivación es simple y poderosa: saber que va por buen camino y que hay personas que creen en ella.
Sobre el apoyo de Fundación SAMU, es rotunda: «Me ha dado confianza. Sentir que alguien, más allá de mi familia, apuesta por mí, es muy importante. Este programa es una gran ayuda para las chicas que estamos empezando. Nos da visibilidad y nos recuerda que podemos llegar lejos».
Su sueño es competir algún día en unos Juegos Olímpicos.

Rebeca Probert Rey
Teresa González de Escalada: fuerza y fe
Teresa González de Escalada Gómez nació en Washington DC en 2008, pero vive en Sevilla desde pequeña. Estudia primero de Bachillerato de la modalidad de Ciencias de la Salud en el colegio Maristas San Fernando de Sevilla y aún duda entre las carreras de Medicina, Odontología o Biotecnología. Teresa entrena remo en el Real Club Círculo de Labradores, donde empezó casi por casualidad. «En los campamentos de verano practicábamos múltiples deportes acuáticos. El remo me enganchó porque exige ir perfectamente coordinado con los demás».
Hoy entrena entre 14 y 18 horas semanales. Alterna gimnasio, carrera y sesiones en el agua o el ergómetro, donde puede llegar a remar hasta 20 kilómetros por jornada. «Las series son lo más duro, pero también lo que más me motiva», asegura la joven, que disfruta especialmente de los campeonatos nacionales. «Aunque sean con fines deportivos, es como ir de viaje con amigos».
«El remo es un deporte bastante duro tanto física como mentalmente, sin embargo, precisamente ese sufrimiento y la adrenalina de competir en barcos que alcanzan velocidades bastante altas, el progreso diario y sobre todo el compañerismo hacen que todo el esfuerzo merezca la pena y siempre quieras esforzarte y seguir mejorando», explica González de Escalada.
Teresa reconoce que lo más complicado de su día a día es centrarse en estudiar cuando se siente realmente cansada. Aun así, intenta llevarlo todo al día. «El deporte me ha hecho mejor estudiante porque me ha enseñado a organizarme. Y todos los entrenadores le dan mucha importancia a los estudios, tanto que si no hay buenas notas, no hay campeonatos».
La joven habla del remo como un aprendizaje constante. «Me ha enseñado a levantarme tras las caídas, a trabajar en equipo, a confiar en mí misma y también a confiar en los demás”.
El mayor logro deportivo de Teresa González de Escada, hasta el momento, ha sido ganar el Campeonato de España por autonomías en la categoría cadete femenina de ocho con timonel, como parte de la selección andaluza de remo, en el 2023. «Aunque el momento que recuerdo con más emoción fue ganar el Campeonato de España de remo olímpico, en la misma categoría, tras una temporada que no fue nada fácil y en la que todas las componentes del equipo tuvimos que trabajar mucho para llegar a alcanzar ese primer puesto».

Teresa González de Escalada Gómez