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Un trail para apoyar a los bomberos de ProemAid

LA noche del 14 de enero de 2016, Manuel Blanco, sargento de Bomberos de la Diputación de Sevilla, José Enrique Rodríguez y Julio Latorre, del parque del Ayuntamiento hispalense, decidieron acompañar a dos miembros de la ONG danesa Team Humanity en el rescate de una embarcación con refugiados que se encontraba en la deriva en el mar Egeo. Los daneses disponían de una lancha pero no de personal de rescate y pidieron ayuda a los sevillanos, que llevaban y unos 15 días en la isla griega de Lesbos desempeñando tareas de rescate en el mar como voluntarios de ProemAid. Dos años después, los sevillanos siguen preguntándose qué salió mal aquella madrugada y por qué fueron detenidos por la Guardia Costera y acusados por el Gobierno griego de tráfico ilegal de personas. El juicio arrancará el 7 de mayo. Los bomberos se enfrentan a 10 años de cárcel.

La ONG Poem-id, a la que pertenece estos tres profesionales, han llevado a cabo una serie de acciones para defender la labor humanitaria que los bomberos de ProemAid desarrollan en el Mediterráneo y criticar la “criminalización” de la ayuda a los refugiados bajo el lema Condenados a salvar vidas y con la colaboración de actores y otros famosos.

SAMU se une a las numerosas muestras de apoyo con la celebración el 6 de mayo en Gelves de un trail solidario de 7 kilómetros en un circuito cerrado. La actividad se desarrollara en concreto en el Centro Deportivo Simon Verde Sport. Las inscripciones, con un coste de 10 euros, se realizan a través de www.featletismoandaluz.net. El dinero recaudado se destinará a cubrir los gastos del juicio, que se celebrará el día siguiente en Grecia.

ProemAid llevaba cerca de dos meses trabajando con los refugiados en Lesbos cuando tres de sus voluntarios fueron detenidos. Estos aseguran que nada más llegar a la isla se pusieron en contacto con los bomberos locales y con la Guardia Costera para ponerse a su disposición. Además, en la Embajada española también conocían su actividad. “No entendemos por qué nos detuvieron, ya que después del incidente seguimos trabajando. La nuestra fue la tercera misión y después se desarrollaron 30 más. Si estuviésemos haciendo algo ilegal no nos hubieran dejado continuar y, sin embargo, ahí seguimos, y luego fuimos a otros puntos del Mediterráneo”, manifiesta el bombero Manuel Blanco. “Si esto es una maniobra política o algo similar, no queremos ser el foco”.

Alumnos del curso de Rescate en entornos cambiantes, durante sus prácticas en la Escuela de Gelves.

Sanitarios que se convierten en rescatistas

La Escuela de Emegercias SAMU ha dado un paso más este año en su calendario de formación con la incorporación de un proyecto experimental que tiene como objetivo formar a profesionales sanitarios, de forma específica, en técnicas de rescate. Es el curso de Rescate en Entornos Cambiantes, que, además de adiestrar a estos especialistas todoterreno, tiene un carácter abierto y multidisciplinar: ha reunido cada martes en las instalaciones de Gelves, en Sevilla, a alumnos y exalumnos del centro, técnicos, personal de la plantilla de SAMU y también a personal externo relacionado con el mundo de las emergencias.

La iniciativa del director de la escuela, Juan Escalada, arrancó en enero bajo el liderazgo del bombero e instructor especializado en rescate Eduardo Sánchez. Una quincena de alumnos de diversos perfiles ha formado parte del equipo de trabajo, que se ha reunido durante la mañana de los martes en el campo de entrenamiento de Gelves. “Nuestro objetivo era que estos alumnos sepan desenvolverse en escenarios que te puedes encontrar en tu día a día, en la vida real, y que sean capaces de rescatar a personas de situaciones verdaderamente complejas”, relata Sánchez.

La formación comenzó “de cero”, con teoría. De forma progresiva, los alumnos han ido adquiriendo conocimientos y dominando técnicas. En primer lugar, trabajaron en autonomía vertical con el objetivo de que cada persona sea capaz de subir y bajar con cuerdas con seguridad y ser autosuficiente en una operación que requiera el uso de estos elementos.

Después, Sánchez y su equipo han desarrollado las más diversas operaciones de rescate en espacios abiertos y en espacios confinados: “desde un señor que está pintando una fachada y necesita asistencia sanitaria, a casos de politraumatismo que requerían inmovilización y evacuación en camilla, rescates en vertical en coche suspendido o, por ejemplo, rescates en espacios confinados como pozos o arquetas que requieren equipos de respiración y detectores de gases y explosividad”.

Los ejercicios han sido exigentes desde el punto de vista físico y también han requerido una gran concentración y autonomía por parte de todos los participantes a la hora de afrontar los rescates. A primera de cada jornada, el profesor plantea diferentes escenarios en el aula para que sean los propios participantes quienes vayan desarrollando sus planes de acción. Según explica Eduardo Sánchez, cada vez han ido demostrando más liderazgo y autonomía, aportando soluciones adecuadas para cada situación. Así, en los ejercicios de las últimas semanas, la intervención del instructor ha sido cada vez más puntual, pasando del liderazgo total en los ejercicios a una labor más centrada en la supervisión del trabajo de los alumnos y alumnas.

Aunque este tipo de formación ya se ha impartido en Escuela SAMU con anterioridad, es la primera vez que se hace de forma tan específica y sostenida en el tiempo, con prácticas de cuatro o cinco horas cada semana desde enero hasta junio, manteniendo a los alumnos activos y afianzando las técnicas con la práctica regular y con ejercicios imprevistos.

“La formación que hemos impartido es una formación de bomberos, no es habitual en el personal sanitario, pero aquí hemos ido más allá. El curso encaja muy bien con la filosofía de SAMU, que no enseña a sus alumnos de emergencias sólo a poner un vendaje, sino que les adiestra para estar en una catástrofe y saber actuar, a estar preparado para intervenir en cualquier escenario y a hacerlo de forma autónoma. En un rescate en altura o en un espacio confinado, estos alumnos ya tienen capacidad para ser autónomos, no dependerán de que los bomberos les tengan que trasladar de un sitio a otro como sujetos pasivos, y es un lujo poder trabajar con sanitarios así”, relata Sánchez.

El instructor valora la experiencia y avanza que la idea es que el programa de Rescate en Entornos Cambiantes continúe su desarrollo después del verano: “Después de todos estos meses de trabajo, como bombero puedo decir que yo me iría a intervenir en un rescate con este equipo con total garantía”, subraya.