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Reflexiones sobre la gestión de crisis sanitaria de la Covid-19

Las catástrofes existen. Las globales, se dan cada seis o siete años, pero existen también. En diciembre de 2019, en la ciudad china de Wuhan se detectó en humanos un nuevo virus causante de un síndrome respiratorio letal, SARS Covid-19. En junio de 2020, las cifras arrojan más de 7,1 millones de personas contagiadas en más de 185 países del mundo, de las cuales 400.000 han perdido la vida. La pandemia ha reunido todas las características de una catástrofe humanitaria por lo insólito de su expansión, la agresividad de sus manifestaciones, el caos organizativo, el caos psicológico y, sobre todo, por la desproporción trágica entre necesidades y medios. Hay un único culpable: el coronavirus Covid-19.

España vivió su particular punto crítico en marzo y abril con un número de 240.000 afectados y 27.127 fallecidos distribuidos de forma irregular por todo el territorio. Al objeto de suplir carencias de camas de hospitalización, se generó la inmediata necesidad de improvisar unidades de absorción. Se usaron para ello recursos circunstanciales, especialmente hoteles y centros de congresos. Correcto: en la declaración del estado de alarma, a pesar de la profusión de indicaciones sobre confinamiento, transporte, higiene, seguridad, movilidad, etcétera, en ningún momento se determinaron criterios sobre las prioridades asistenciales (triaje), quedando esta decisión a la exclusiva discrecionalidad de profesionales y algunas agencias que se han atrevido a llevarla a cabo, y que, aunque ahora son denostadas, hicieron lo correcto.

El triaje es el primer escalón del proceso asistencial en medicina de catástrofes y tiene como función única y dolorosa adecuar los recursos asistenciales a la situación individual de cada paciente, en beneficio de la mayoría.

Estábamos inmersos en una situación de catástrofe real, documentada y declarada. Por ello, los procesos cambian con respecto a una situación de normalidad y es de rigor evitar la confusión (verdades todas entrecruzadas) creada por la mezcla de emociones de las familias y los profesionales, y las conveniencias políticas.

La jurisprudencia deberá orientarse con cuidado a la hora de marcar responsabilidades porque los criterios de triaje marcan inequívocamente que a la hora de empeñar recursos críticos, entre un paciente sin patología previa y calidad de vida sana y uno añoso pluripatológico (prescindamos de emociones), la medicina de catástrofes decidirá tratar al primero.

La vida misma es selectiva y el mensaje a trasladar debe ser sincero, riguroso y descontaminado. Lejos estamos de emitir juicios de valor sobre determinadas actuaciones. Nos corresponde solo poner de manifiesto que, en situaciones de emergencia colectiva compleja, el triaje se hace necesario para preservar al conjunto de la sociedad asegurando su supervivencia.

En nuestro criterio, las debilidades más significativas de la gestión de esta crisis han estado, fundamentalmente, ligadas a la formación de los gestores y la ausencia de previsiones estratégicas.

Con respecto a los primeros, el modelo de “coordinación” elegido, “mandar por acuerdos”, es solo adecuado en momentos de normalidad. En situaciones de crisis complejas, el proceso adecuado es el de mando y control, por muy políticamente inadecuado que parezca. Es preferible uno, aunque mande mal, que muchos que pretenden hacerlo bien.

La preparación en riesgos biológicos, químicos y nucleares se ha demostrado que es manifiestamente mejorable no solo entre los sanitarios, sino también en profesionales de todos los sectores.

La formación en gestión de crisis deberá formar parte del diseño curricular de cualquier gestor con responsabilidades comunitarias. Deben ser obligatorias la disponibilidad de reservas estratégicas de recursos críticos y el entrenamiento continuado en su manejo. Eso es tratar la curva impidiendo que suba. La reserva estratégica implica, además de disponer de determinados estocajes, la posibilidad de reconvertir por decreto procesos industriales en beneficio del déficit coyuntural manifiesto. La inversión en riesgo es una inversión rentable.

La medicina de campaña recupera protagonismo como elemento de reserva asistencial para situaciones de catástrofes, ya que es cierto que una enfermedad en cualquier parte del mundo “es una enfermedad en todas partes”.

La gestión de la angustia de familiares, pacientes y profesionales se ha revelado como un estándar de calidad asistencial al mismo nivel que la atención medica. Las nuevas tecnologías suponen un paradigma nuevo en el desarrollo de mando y control, así como en la gestión de la angustia familiar.

La teledirección, reforzada con el liderazgo rotatorio sobre el terreno, se ha mostrado logísticamente posible y organizativamente eficiente. Las crisis se gestionan con templanza y determinación con un horizonte único: disminuir el daño final, asumiendo que el buen gestor lo hace con lo que tiene, no con lo que debería haber tenido.

Carlos Álvarez Leiva.

Fundador de SAMU y presidente de Fundación SAMU.

Experto en gestión de crisis.

Acto fin de curso Escuela SAMU

Acto de fin de curso de Escuela SAMU: El primer paso de un gran viaje

MÁS de 80 alumnos de la Escuela SAMU se han graduado este año en los diferentes másteres y cursos de Formación Profesional que imparte el centro. El acto de fin de curso se celebró el 25 de junio en el salón de actos de la Fundación CEU San Pablo Andalucía y contó con la presencia del doctor Carlos Álvarez Leiva, presidente de Fundación SAMU, y Jaime Javier Domingo Martínez, director de Desarrollo de Mercado de CEU Andalucía.

El acto arrancó con una actuación en directo de Manuel Muñoz, alumno de la Escuela, que interpretó al piano una canción compuesta por él mismo, Yo me quiero a mí.

Jorge González y Andrea Villar fueron los encargados de leer unas palabras en representación de los dos cursos de FP de grado medio en Técnico de Emergencias Sanitarias. “En SAMU hemos aprendido que hacer 20 cosas a la vez es posible”, comentaba Andrea Villar minutos antes de que su compañero diera las gracias al profesorado por su dedicación y esfuerzo. “Los profesores nos han demostrado que tienen verdadera pasión por lo que hacen, por las emergencias, y nos la han transmitido. Ellos han hecho posible que florezca en nosotros ese amor por esta profesión”.

“Hace nueve meses entramos en la Escuela con nuestros chalequillos amarillos y con ganas de comernos el mundo y SAMU nos comió a nosotros, con chalequillo y todo. Éste no es un máster cualquiera”, señalaba Paola Torres, alumna del Máster en Enfermería de Atención Prehospitalaria, Catástrofe y Acción Humanitaria. “Hoy me despido de los que durante nueve meses han sido mi familia, porque aquí he aprendido que la palabra hogar no se refiere a un sitio, sino a las personas que te rodean”.

Los alumnos del máster de enfermería protagonizaron una de las anécdotas de la jornada al ponerse todos unas gafas de sol polarizadas en el momento en el que iba a hablar el coordinador del curso, Andrés Rodríguez Holst, que no dudó en colocarse sus propias gafas, un objeto que le caracteriza.

“Este año he tenido alumnos que llevaban más de 20 años sin coger un libro, y aquí están. Ellos han aprendido que aunque existan límites, estos se pueden romper, que pueden superarse y hacer las cosas una vez más aunque les falle las fuerzas. Podemos llegar a donde queramos ir, no hay límites”, señaló el instructor.

Acto fin de curso Escuela SAMU 2

El director de Escuela SAMU recibe su título como TES

Carlos Álvarez Leiva, por su parte, recordó la necesidad de que “un profesional de la salud sea alegre” y “la importancia de una frase amable, una sonrisa o una mano amiga cuando alguien está sufriendo”.

El presidente de la Fundación SAMU protagonizó otro de los momentos anecdóticos y emotivos de la tarde al subir al escenario a uno de sus nietos, el hijo de Juan González de Escalada, director de la Escuela, sentado entre los alumnos ya que ese día se graduaba también como Técnico en Emergencias Sanitarias. “La familia te agradece tu gran esfuerzo”, se dirigió Álvarez a su hijo.

Durante el acto también se entregaron los diplomas a los mejores expedientes, que fueron para Andrés Chacón y Laura Gamíz en el caso del máster en Atención Prehospitalaria, Catástrofe y Acción Humanitaria; Rubén Muñoz Carpintero, del curso de FP en Técnico de Emergencias Sanitarias; y Silvia Barea y María Trinidad San José, alumnas de segundo y primer año de FP en Técnico de Cuidados Auxiliares de Enfermería.

Entre los asistentes no sólo estaban los familiares, amigos y profesores de los graduados, también profesionales del sector, como Francisco Bonilla, director de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (061) en Sevilla, y Antonio Pajuelo, jefe del servicio de Emergencias 112 en Sevilla, además de la directiva de SAMU.

Despliegue Logístico de Rescate en Alta Montaña

¿Serías capaz de construir un iglú y resguardarte en él?

¿Cuándo fue la última vez que pasaste la noche en un iglú? En nuestra Escuela de Emergencias SAMU todo es posible, incluso construir tu propio iglú y resguardarte en él.

Si te interesa el rescate en alta montaña, te ofrecemos un curso especializado en Despliegue Logístico en Alta Montaña, donde obtendrás los conocimientos y actitudes necesarios para desplegar y mantener un campamento, así como para realizar rescates bajo unas condiciones climatológicas extremas.

Este curso se enmarca dentro del Máster de Atención Prehospitalaria, Catástrofe y Acción Humanitaria de SAMU y la Universidad de Sevilla y participan médicos, enfermeros y Técnicos de Emergencias Sanitarias, pero está abierto a otros alumnos de la Escuela, así como a cualquier persona interesada en las emergencias, sea profesional sanitario o no, como bomberos, policías, personal de protección civil o personal militar, entre otros.

Entre los objetivos de este curso, que se desarrollará del 6 al 9 de febrero en Sierra Nevada (Granada), destacan conocer los riesgos derivados del trabajo en climatología extrema y ser capaces de resolverlos, identificar y manejar las patologías típicas de este medio, desarrollar habilidades para el rescate en temperaturas bajas, aprender a avanzar por la nieve y ascender a zona de elevada altitud y potenciar el trabajo en equipo multidisciplinar.

Para obtener más información, pincha aquí