Simulacro en Escuela SAMU

Codo con codo para salvar vidas

Como es tradición, los alumnos de Escuela SAMU se despidieron de las clases para disfrutar de las vacaciones de Navidad con un gran simulacro, el primero de este curso 2023-2024, en el que participaron todos los estudiantes del centro y en el que se enfatizó el trabajo en equipo, seña de identidad de la Escuela y sus promociones de profesionales. El ejercicio, que se desarrolló el 22 de diciembre, consistió en un incidente con múltiples víctimas tras el derrumbe de numerosos edificios con motivo de un seísmo de 7,7 grados en la escala de Richter.

En la actividad participaron todos los alumnos de los ciclos de Formación Profesional, tanto de grado medio como grado superior (Técnico en Emergencias Sanitarias, Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, Técnico en Emergencias y Protección Civil y Técnico en Coordinación de Emergencias y Protección Civil), además de los alumnos de la XXIX edición del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria.

“La realización de un simulacro que involucre a muchas personas es esencial para formar a los alumnos en situaciones adversas donde la asistencia sanitaria no se produce en escenarios óptimos y donde, además, se potencia el trabajo en equipo. El hecho de adquirir este tipo de competencias aumenta la calidad asistencial y fomenta la capacidad de adaptación y resiliencia de todos los alumnos, ya que la actividad se desarrolla en áreas confinadas. Ahí radica, en general, el motivo que ha impulsado y motivado el desarrollo de este simulacro”, explica Cristian Estévez, profesor de Escuela SAMU y coordinador del ejercicio.

La actividad comenzó con un mensaje de audio que recibieron todos los participantes en sus móviles informando de la catástrofe que había ocurrido. Este mensaje fue enviado a las cinco de la mañana de ese mismo día junto con una noticia que alertaba de lo sucedido.

A las ocho de la mañana llegó a la escuela el gabinete encargado de organizar el simulacro para terminar de preparar la actividad. Los alumnos fueron citados a las ocho y media, por lo que, una vez estuvieron todos, se realizó un briefing para dar las últimas indicaciones sobre la actividad, resolver dudas, repartir el puesto de cada participante en el simulacro y la ordenación del mando. Se informó a aquellos alumnos que habían sido elegidos para el papel de víctima (40 en total) y se inició la caracterización. Después, fueron colocados en el lugar previsto.

A las diez de la mañana comenzó la actividad. El área sobre la que se actuó se encuentra detrás de las instalaciones de Escuela SAMU. Desde aquí se puede acceder andando a los edificios abandonados donde se encontraban las diferentes víctimas.

La actividad finalizó dos horas y media después con un debriefing para analizar cómo se había desarrollado el simulacro, que dificultades se habían encontrado, aspectos a mejorar y se le dio la oportunidad a los alumnos de expresar su opinión sobre la actividad.

Aprende haciéndolo es el lema que ha caracterizado a Escuela SAMU desde sus inicios a finales de los 80 y que sigue vigente hoy más que nunca. Al igual que todo SAMU, la Escuela quiere ser sinónimo de calidad, en este caso, aplicada a la formación de profesionales en activo y de futuros profesionales sanitarios y de las emergencias, siempre a través de la práctica y la experiencia como base formativa.

“En Escuela SAMU, uno no se ‘saca un curso’, lo supera y lo consigue, porque los instructores de ayer y de hoy no regalan nada, ni en los aspectos teóricos ni mucho menos en los actitudinales y prácticos. Las profesiones de emergencias son vocacionales y deben serlo porque, en los momentos difíciles, la formación, capacidad y actitud del profesional marcan la diferencia y, en algunos casos, es lo que permite salvar vidas”, de ahí este tipo de ejercicios, señala Thomas Couyotopoulo, director de Escuela SAMU.

“Los alumnos coinciden en que su paso por Escuela SAMU les cambia como profesionales y como personas. La experiencia es vivencial, compartida, sufrida y deja huella, un sello SAMU tatuado en el recuerdo y la forma de actuar de los conocidos como ‘Phitos’ o ‘Samuitas’ y de sus compañeros. Eso sin olvidar que en los cursos impartidos se crean vínculos especiales, amistades e incluso parejas”, continúa el director del centro.

Los ejercicios integrales y simulacros que reúnen a distintos alumnos en duras actividades prácticas son la herramienta pedagógica principal que se utiliza desde los orígenes de Escuela SAMU y que aún hoy se siguen incorporando al programa mensual de actividades de la Escuela.