Recep Campo de Gibraltar

Recep Campo de Gibraltar: Mohamed Ouma, una guía a seguir hacia la inclusión

Mohamed Ouma ingresó en nuestro centro de recepción Recep Campo de Gibraltar hace dos años. A su espalda, un recorrido y un pasado muy duro marcados por las dificultades económicas y el fallecimiento de su padre tras un accidente de tráfico cuando él era solo un niño. Este suceso provocó que recayera sobre Ouma la responsabilidad de sustentar a su familia, formada por su madre y su hermana pequeña. Además, tras una mala intervención quirúrgica en su país, el joven sufrió la pérdida de visión del ojo derecho.

Pese al dolor de dejar a su familia, se embarcó junto a otras personas en una patera para, como ellos bien nos dicen a su llegada, “buscar un buen futuro”.
Durante su estancia en el recurso fue un chico que se hizo notar. Prudente, tímido y siempre disponible para aprender y ayudar, era muy participativo y tenía un gran interés por aprender español. En tan solo cuatro meses consiguió dominar el idioma. Se convirtió en un referente en nuestro centro para el resto de los menores.

Al cumplir la mayoría de edad, fue trasladado a un recurso ubicado en Jerez gestionado por la entidad CEAR. Allí consiguió superar el primer curso de ESPA y el nivel A2 de español. Desde CEAR, le dieron la posibilidad de solicitar un traslado a la zona del Campo de Gibraltar, puesto que él refería reiteradamente que “su familia SAMU” se encontraba aquí.

Estando ya en nuestra ciudad, Mohamed, se ofreció como voluntario en nuestro centro de recepción con el objetivo de apoyar a quienes les ayudaron. Continuó con sus estudios finalizando ESPA con la segunda mejor calificación. Al mismo tiempo, consiguió una plaza en la Escuela de Capacitación y Emprendimiento Hostelero, y realizó un curso de pintura con la Coordinadora Alternativas. Por su actitud fue elegido para participar en la clausura de dicho curso.

A finales de verano comenzó a trabajar con SAMU como mediador intercultural. Ha sido, sin duda, una de sus mayores alegrías desde que cruzó el Estrecho. Como mediador, tiene grandes cualidades como el respeto y la empatía con los menores, además de gran habilidad para resolver conflictos.

Mohamed sigue superándose a diario. Posee una alta sensibilidad y empatía que lo convierten en un gran profesional y, sobre todo, en una persona excepcional.