Plan de choque contra las drogas desde los centros de menores de SAMU

Fundación SAMU amplía su intervención en el ámbito de lo social e incorpora un nuevo proyecto dedicado a combatir y prevenir el consumo de tóxicos y sustancias adictivas en los centros de protección de menores que esta entidad gestiona. Dicho proyecto, aún en proceso de elaboración, se llevará a cabo con el apoyo y colaboración de profesionales y expertos en la materia, así como con el resto de los agentes públicos implicados, garantizando una realización eficiente y satisfactoria.

Según datos de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, la edad media de inicio del consumo se sitúa en la adolescencia, siendo cada vez más temprana. Además, se observa un consumo más acusado en hombres que en mujeres.

“Según nuestros sondeos, aproximadamente el 20% de los menores que habitan en los centros de SAMU de Andalucía consume cannabis, y el 30%, tabaco”, explica Adrián Moreno, trabajador social del área de menores de Fundación SAMU. “También hemos observado el consumo esporádico de alcohol. Sin embargo, al menos en Andalucía, no es muy común la adicción a los disolventes, algo que sí ocurre en otras zonas del país como Madrid”.

Adrián Moreno hace hincapié en el hecho de que muchos de estos chicos llegan a España con un historial de consumo en su país, ya que se trata de una conducta normalizada en ciertos contextos sociales, convirtiéndolos en una población vulnerable y con un alto riesgo de continuar con el consumo.

Desde Fundación SAMU se está trabajando en un protocolo de actuación y en un programa de prevención en concordancia con los objetivos de la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024.

Nuestra labor pretende retrasar la edad de inicio del consumo de drogas y de comportamientos que puedan producir dependencia y disminuir los daños asociados, así como erradicar dichas conductas de consumo. Para ello, es imprescindible ofrecer información a los jóvenes sobre las consecuencias y efectos sobre la salud que provocan las drogas, así como las consecuencias derivadas en el ámbito judicial y, en general, el deterioro que éstas producen en la faceta laboral, familiar o personal”, comentan desde Fundación SAMU.

“La presencia de algunos factores de riesgo en los menores hace que la puesta en marcha de nuestro nuevo proyecto sea una cuestión más de urgencia que de cautela. El desarraigo familiar, social y cultural en el que se encuentran los menores, los problemas psicológicos, las vivencias traumáticas tempranas y los problemas de integración e inclusión social, se unen a la escasez de alternativas de ocio y el escaso desarrollo de habilidades sociales, entre otros”, señala Adrián Moreno.

De este modo, SAMU llevará a cabo actuaciones encaminadas al establecimiento de límites, el fomento de la responsabilidad, el desarrollo de habilidades sociales (resistencia a la presión del grupo, asertividad, comunicación) y el aumento de la autoestima, así como el establecimiento de redes de apoyo de referencia (amigos y profesionales), entre otras.

“Los impulsores de este proyecto destacan su perspectiva global e integral, es decir, no se intervendrá sobre las conductas adictivas como un comportamiento aislado del menor, sino como consecuencia de una serie de variables que están influyendo en su aparición y continuidad en el tiempo, variables desde el punto de vista personal y social que deben ser tenidas en cuenta a la hora de la intervención.

SAMU es consciente de la importante labor del trabajo en red para la consecución de los objetivos propuestos, tanto con instituciones públicas como con entidades privadas, cuyo ámbito de actuación esté centrado en la prevención y/o intervención en casos de consumo de drogas. La especificidad de los distintos recursos, la no duplicación de servicios, la complementariedad y la persecución de objetivos comunes hacen que el trabajo en red sea imprescindible en un proceso tan complejo y multidisciplinar como es el que se intenta acometer.