Miembros del Club Deportivo Aidifte Boccia, en El Sauzal.

Estrategia, concentración y mucha puntería en El Sauzal

Todos los sábados desde hace cinco años, una decena de residentes del Centro de Atención de Personas en Situación de Dependencia derivada de Discapacidad Física (CAMF) El Sauzal, situado en Santa Cruz de Tenerife, acuden a un espacio municipal llamado La Pirámide donde entrenan durante dos horas al boccia, un deporte adaptado por categorías para personas con discapacidad que consiste en lanzar unas bolas lo más cerca posible de la pelota blanca que sirve de objetivo, a la vez que intentan alejar las de sus rivales, en un ejercicio continuo de tensión y precisión. Es similar a la petanca.  La afición a este deporte en este centro de Fundación SAMU es tan grande que han creado el Club Deportivo Aidifte Boccia, referente de este deporte paralímpico en Santa Cruz de Tenerife.

“Hace 17 años, nuestro compañero Juan Jesús Escobar, junto con dos personas más, fundó Aidifte (Asociación para la Integración de Discapacitados de Tenerife). Esta asociación se creó para mejorar nuestros recursos dentro del centro, como por ejemplo con la adquisición de un proyector o un ordenador”, explica Ana Violeta Silva Pestana, vicepresidenta de la Aidifte y del Club Deportivo Aidifte Boccia.

Más recientemente, hace cinco años, los miembros de la propia asociación fueron conscientes de la importancia del deporte como elemento integrados de las personas con discapacidad en la sociedad, y se decidió crear un club deportivo especializado en la boccia, que se convirtió en el primer club dedicado a este deporte adaptado de Canarias. Desde finales de 2022, es un club federado.

En la isla de Gran Canaria se ha creado recientemente otro club de Boccia, lo que ha generado una gran ilusión en El Sauzal. Ya han iniciado algunas conversaciones con el equipo vecino para poder realizar competiciones amistosas. “En cuanto los compañeros de Gran Canarias tengan un poco más de rodaje, se acabaron las competiciones amistosas”, comenta entre risas Ana Violeta Silva desde Santa Cruz de Tenerife a través de una videollamada en la que le acompañan Felisa Aránzazu López de León, presidenta del Club Deportivo Aidifte Boccia; Juan Jesús Escobar, socio fundador y tesorero de Aidifte y secretario del club; y María Delfina Llano Pérez, jugadora del club deportivo.

Los jugadores de El Sauzal se reúnen todos los sábados para entrenar y para profundizar más en este deporte a través de charlas y talleres. Además, los miembros del club deportivo también realizan visitas a colegios e institutos donde ofrecen charlas a los escolares sobre el boccia y les invita a colaborar con ellos como voluntarios.

“Gracias al boccia puedo practicar un deporte. Tengo una movilidad muy reducida y, a pesar de eso puedo decir que practico un deporte. No puedo moverme ni lanzar una bola con el brazo, pero el boccia es un deporte adaptado y gracias a una canaleta puedo practicarlo. Es un juego de mucha concentración, estrategia y puntería”, destaca Ana Violeta Silva, que se desplaza en silla de ruedas. “Es un deporte muy metódico”, añade Juan Jesús Escobar, (“Suso para los amigos”), uno de los jugadores con mayor puntería, según aseguran sus propios compañeros.

En la conversación también participa Felisa Aránzazu López de León, presidenta del Club Deportivo Aidifte Boccia. En su caso, ella no es jugadora, sino que actúa como árbitro durante las competiciones y como apoyo para sus compañeros. “Yo no puedo agacharme para coger las pelotas, pero si puedo colocarle la canaleta a un compañero para que lance su bola. Gracias a este deporte y a mi implicación en el club, me siento útil y satisfecha”.

Una importante labor social

Una decena de residentes del CANF El Sauzal practican este deporte de manera fija. A ellos se suma otro grupo de usuarios temporales del centro. El propósito de este equipo es poder competir en breve “con los vecinos” de la isla de Gran Canarias. “Nos hace mucha ilusión que exista un referente del boccia en las islas Canarias”, apunta Ana Violeta Silva. Patricia Martínez Haro, directora del CADF El Sauzal, destaca también la “importante labor social” que se lleva a cabo a través de la asociación Aidifte.

“Nosotros no sólo necesitamos ayuda, sino que también podemos prestarla. Por ejemplo, en Navidad, colaboramos con una campaña solidaria de La Caixa y apadrinamos a un niño de 13 años y a una abuelita, que tuvieron su regalo el día de Reyes”, explica Felisa Aránzazu López de León.
“Es muy importante la labor que hacen para dar visibilidad al deporte adaptado. Las charlas en los colegios son muy constructivas y durante la Semana de la Discapacidad mostraron cómo se practica el boccia en la plaza del pueblo”, añade Patricia Martínez.

Estos jugadores cuentan con un grupo numeroso de voluntarios que los apoya durante los entrenamientos y las competiciones formado por vecinos del municipio, miembros de la asociación Tenerife Solidario y usuarios y trabajadores del centro gestionado por Fundación SAMU, además de una extrabajadora. Ana Violeta Silvia reconoce. “Todo el que llega y nos conoce no se quiere ir”.

El reto del equipo para 2023 es poder competir fuera de Santa Cruz de Tenerife. Y pronto, los jugadores de Aidifte tendrán sus propias camisetas de color azul, rojo y blanco.