Residencia San Sebastián. Fundación SAMU

El autismo y su gran diversidad

El autismo es un conjunto de alteraciones heterogéneas a nivel del neurodesarrollo que se inicia en la infancia y permanece durante toda la vida de los individuos. Implica alteraciones en la comunicación e interacción social y en los comportamientos, los intereses y las actividades.

Las personas con autismo tienen perfiles cognitivos atípicos, de modo que puede observarse en ellos una alteración de la cognición y de la percepción social. Además, se ve alterada la función ejecutiva y el procesamiento de la información. Estos perfiles se basan en un desarrollo neuronal diferente a las personas que no presentan trastornos del espectro autista. La genética, junto con factores ambientales, desempeña un papel clave en la etiología.

Para una correcta intervención, la evaluación debe ser gestionada por un equipo multidisciplinar para que, así, la detección temprana sea esencial y se realice una intervención adecuada. Así se podrán ir resolviendo todos los hándicaps derivados como, por ejemplo, las alteraciones conductuales que presentan estas personas si no se lleva a cabo una correcta intervención.

Tener la oportunidad de trabajar con personas con trastornos de espectro autista me ha hecho comprender mejor que cada una de ellas son diferentes en muchos aspectos, y aprender a empatizar aún más con sus diversas emociones, sentimientos, pensamientos.

Por eso, con varias frases quiero reflejar y poner voz a sus sentimientos y pensamientos, y que así todo el mundo pueda acercarse un poco más al mundo de las personas con autismo:

  • “Te oigo mejor cuando no te estoy mirando. El contacto visual es incómodo. Para mí es una gran batalla enfrentarme a ello”.
  • «A veces, cuando otras personas hablan, apenas les oigo. Otras veces sus voces suenan como balas”.
  • “El cambio constante de las cosas nunca me da la oportunidad de prepararme para ellas. Por eso me gusta y consuela hacer las mismas cosas una y otra vez”.
  • «Puedo aprender a afrontar una situación dada en un contexto determinado, sin embargo, me siento perdida cuando me enfrento a esa misma situación en otro contexto diferente”.
  • “A veces suelo repetir las mismas palabras una y otra vez porque me hace sentir más segura”.
  • “No entiendo cómo las personas hablan entre sí. Me siento como un extraterrestre: no tengo más idea de cómo comunicarme con los demás”.
  • «Tengo mis manías y se me hace un mundo controlarlas”.
  • “Suelo comprender mejor la palabra hablada, acompañada con imágenes”.
  • “Siento igual que los demás, pero me resulta complicado expresarlo como los demás”.

Qué es la integración

La integración es un proceso dinámico y multifactorial en el que participan todos los miembros de la sociedad y que debe estar basado en la igualdad, no en la caridad. Este proceso busca, a través de políticas sociales por parte de las instituciones, realizar acciones para fomentar y promover habilidades de autonomía personal y social, la inserción ocupacional, la educación y la participación en la sociedad. Todo ello con el fin de conseguir la integración sociolaboral de los individuos.

El ser humano es por naturaleza un ser social que se desarrolla a través de la interrelación con el entorno y sus pares, dándole un sentido de socialización al proceso de maduración y aprendizaje. Sin embargo, como he añadido anteriormente, las personas con autismo presentan alteraciones en las interacciones sociales y es trabajo de toda la sociedad ayudarles a afrontar dicha problemática.

¿Cómo podemos abordarla? ¿Cómo podemos hacer entender que este proceso debe ser social? Desde mi punto de vista, pienso que la solución se encuentra en la integración social e inclusión de todas estas personas en la sociedad, trabajando a través del conocimiento, de la igualdad de oportunidades y de derechos. Derecho a tener una vida plena en la medida de lo posible, llena de oportunidades en todos los aspectos, apoyándoles, escuchándoles y, sobre todo, comprendiéndoles, sin que sean juzgados.

Soy integradora social por vocación, por lo que mi trabajo me apasiona. Ver cómo aprenden día tras día, como siguen avanzando, creciendo y dando pequeños pasos, los cuales se convierten en grandes objetivos alcanzados. Para mí es bastante enriquecedor y gratificante.

 

Por LAURA CORDERO VELA. Monitora del grupo de TEA de la Residencia San Sebastián