Caravana de invierno en el corazón helado del Atlás

Fundación SAMU despidió 2019 con una nueva caravana solidaria en Marruecos, la segunda en sólo dos meses. Mientras que la primera, celebrada en noviembre, tuvo como objetivo principal el fomento de la educación en la región de Tánger a través del envío de material escolar, en esta segunda misión el fin era el de facilitar ropa de abrigo a personas con necesidades de la región de Azilal, en pleno centro de Marruecos, en la cordillera del Atlas.

Esta misión de cooperación, que se desarrolló entre el 26 y el 30 de diciembre, se programó en respuesta a la demanda planteada por la asociación Nasss Elkher, y contó con el apoyo de entidades locales y con el patrocinio del Consulado de Marruecos en Sevilla, La Caixa y SAMU Tánger, unidad de servicios de emergencia de SAMU en la ciudad marroquí.

En total, en esta misión participaron una quincena de voluntarios de SAMU que, con una flota formada por ocho vehículos y dos remolques, transportaron más de treinta cajas con mantas, ropa de abrigo y calzado a poblaciones de la zona de la provincia de Azilal.

“Durante la primera misión establecimos muy buena relación con una ONG local con la que trabajamos codo con codo, lo que nos llevó a repetir la experiencia y cubrir una necesidad muy concreta de la población de entornos rurales del Atlas”, explica Borja González de Escalada, responsable de la logística de la misión. Estas experiencias están sirviendo para fortalecer el tejido asociativo de la organización en el país vecino y abrir nuevas vías de colaboración. “Nos motiva la sensación de poder ayudar a la gente necesitada”.

Durante esta Caravana de Invierno, la labor llevada a cabo por SAMU repercutió en unas 800 personas y se atendió a unas 200 familias. El equipo estaba formado por quince personas, de las cuales cinco ya habían estado en la primera caravana escolar solidaria.

“La experiencia ha sido muy positiva. Hemos hecho un gran esfuerzo para poder cumplir con los objetivos que nos planteamos y corregir errores de otras expediciones para seguir mejorando. Han sido muchas horas al volante con incidentes en ruta como la avería y remolque de un vehículo o el reventón de un neumático. Además, las carreteras de esa zona tampoco ayudaban, ya que en su mayoría son pistas, lo que ha convertido el desplazamiento en toda una aventura”, explica Borja González de Escalada, que ha participado en las misiones internacionales de SAMU celebradas durante los últimos cinco años.

“Cuando llegamos al punto de reparto nos encontramos con una zona muy fría y nevada en la que el medio principal de locomoción sigue siendo la fuerza de los animales. Además, la población tiene muy pocos recursos y la ropa de abrigo les resulta muy costosa”, señala el responsable de la misión. “Ellos son bereberes e incluso los marroquíes que nos acompañaban necesitaban intérpretes para comprender a la población local. A pesar de todo, la acogida fue muy cálida y se mostraron muy agradecidos. Nunca nadie había ido a aquella zona a realizar ningún tipo de acción humanitaria, así que, en cierto modo, hemos sido pioneros con esta misión”.

Para Borja González, una vez que has participado en este tipo de misiones, “siempre estás deseando repetir”. “La motivación es la mezcla de sentirte útil para unas personas que lo pasan mal. Hay momentos en los que, con lo que son para nosotros pequeños gestos de esfuerzo y generosidad, dejas huella en sus vidas. Intento que mi experiencia en este tipo de misiones sea útil para todo el equipo aportándoles seguridad y tranquilidad, de forma que ellos puedan trabajar y contribuir al esfuerzo del grupo”, relata el responsable de la misión. “Don Carlos [Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU], mi padre, es el responsable de que tengamos pasión por este tipo de proyectos. Él nos los ha inculcado”.

Desde hace tres años, SAMU cuenta con delegación en Marruecos mediante un servicio de emergencias permanente en Tánger, conocido como SAMU Tánger. Esta delegación ha permitido a SAMU tener contacto con numerosas organizaciones locales que trabajan con personas en riesgo de exclusión social, conociendo, de primera mano, las necesidades de colectivos especialmente sensibles.