MAHO ABDEL HAKIM ZOGO

Abdel Hakim no tenía aún los 14 años cuando abandonó Man su ciudad natal en Costa de Marfil para iniciar su proyecto migratorio. La ciudad de la cultura del cacao y el chocolate donde abunda la vegetación pero que fue duramente castigada por la guerra civil y por la falta de industrialización.

Proviene de una familia de tres hermanos cuya madre biológica murió siendo él muy pequeño y fue criado por la hermana mayor de ésta última a la que él reconoce siempre con su madre pues es siendo mucho mayor cuando conoce la verdad. Este joven ha debido enfrentarse a la muerte de su hermano pequeño a temprana edad como consecuencia de una enfermedad y también de sus dos madres como consecuencia de la dificultad de acceso a los recursos sanitarios y el encarecimiento de la medicación. Cuando fallece su madre, Abdel Hakim ya se encuentra en un centro en España.

Su religión es la musulmana pero se ha criado en una familia de fe mixta pues parte de su familia paterna es cristina, y por eso celebra las festividades importantes de ambas religiones, como por ejemplo Noel (Navidad) o la fiesta del Cordero.

Cuando era pequeño asistió muy poco tiempo a la escuela pues tenía que recorrer una larga distancia para llegar y además recuerda que los maestros eran muy duros con los chicos, por ese motivo, algunas veces se quedaba en la calle jugando. Prefería ir a los cibercafés e informarse de las cosas del mundo, le gustaba explorar y soñar con otra realidad. Pero sobre todo tenía que trabajar. Ayudaba a su padre que es carpintero a hacer muebles de madera tradicional que vendían en los mercados y también a su madre que hacia dulces y vendían en la puerta de su casa. De su padre recuerda con mucho amor los consejos espirituales y los valores que le transmitía desde la fe.

Le gustaba jugar al fútbol e ir a pescar al río con su amigo Dye, era un río muy peligroso pues había cocodrilos y también recuerda con mucho cariño un juego tradicional donde una chica depositaba una piedra entre los brazos de los chicos extendidos alrededor de ella. Eso significaba que le gustaba el chico, se trataba de un juego de declaración. En Man la fiesta más importante era Gebia donde las personas se disfrazaban como payasos y hacían carreras, además de representar a sus distintos pueblos.

Su principal motivación para iniciar el viaje migratorio fue que su padre tenía que cuidar también de sus primos para que pudieran ir a la escuela y era una enorme carga para la familia. Su madre estaba enferma y trabajaba mucho, algo que era muy duro de soportar para el joven. No era fácil pagar la comida, ropa y estudios para todos. Él quería ser futbolista pero eso es muy difícil en Costa de Marfil.

Un día se marchó sin avisar a nadie, no quería que su madre le retuviera pues ella no quería que iniciara el viaje ya que de sobra es conocido que es muy peligroso. Muchos familiares habían perdido hijos antes de llegar a Marruecos. Así que se armó de valor y contactó con su familia cuatro meses después, cuando ya estaba en otro país.

Transcurrieron dos años desde que salió de Man hasta que llegó a Algeciras y desde allí fue identificado como menor de edad y trasladado inmediatamente a un centro en Alcalá de Guadaira de la FSAMU. Estuvo en Mali (país también en guerra) y en Argelia. En Marruecos tuvo que trabajar mucho y en duras condiciones, hasta el punto en que llegó a enfermar y tener un grave problema en las rodillas. Pero consiguió pagar el pasaje a España.

Abdel Hakim quiere ser empresario de la construcción y poder incluso volver a su país para ayudar a su enorme familia, pero en España comprendió que primero se debía formar y por ese motivo ha estado estudiando y haciendo cursos además de prácticas.

Es un chico muy trabajador, observador de valores tradicionales de solidaridad y respeto, con muchas ganas de superarse a sí mismo y de aportar lo mejor de sí en España para poder prosperar y obtener mejor calidad de vida para él y su familia.