AYOUB ALIOUA

Ayoub nació en un pueblo cercano a la localidad de Agadir en Marruecos, además de sus padres tiene a dos hermanos y una hermana.

El proceso migratorio de este joven comenzó a sus 15 años cuando veía que su contexto se limitaba a jóvenes que perdían el tiempo en la calle fumando y haciendo cosas indebidas como era robar. No era una vida que quería para él. Por esta razón le presentó a sus padres la idea de emigrar a España y buscar una vida mejor, ante lo cual se encontró con la incomprensión de su padre que llegó a pegarle como consecuencia de este desacuerdo. Sin embargo, el muchacho persistió en la idea y tomó la decisión de emigrar, aunque eso supusiera dejar atrás a su madre que es su vínculo principal.

Su padre es electricista y su madre es ama de casa, y Ayub intentó seguir los pasos de su padre pero no era fácil para él ese desempeño y también lo intentó como dependiente en una tienda, y al mismo tiempo, continuaba estudiando.

Un día, sin previo aviso, terminó su jornada escolar y compró un billete de autobús para Nador. Ya montado en el transporte escribió a su familia vía Whatsapp para informar de su decisión y apagó el teléfono. El trayecto hasta Nador duró un día y el joven cuenta que sintió mucho miedo, además del profundo duelo de dejar atrás a su familia, y no dejaba de pensar en la preocupación que su madre sentiría, sin embargo, se hacía fuerte mentalmente repitiéndose la idea de que estaba buscando un futuro mejor para él y que algún día eso revertiría en su familia también.

Nador supuso uno de los lugares más peligrosos en los que había estado, llegando a comprobar que los jóvenes marroquíes se robaban entre ellos, esa fue la razón por la que estuvo 4 meses viviendo en la calle y sin dinero en el bolsillo, llegando incluso a vender su teléfono móvil para subsistir. En palabras textuales de Ayoub: “Yo estaba preparado para la guerra”.

En varias ocasiones intentó subirse a los bajos de un camión en una localidad cercana y poder llegar hasta Melilla, pero fue un proceso muy doloroso. Encontró jóvenes que se pegaban solo por ser de ciudades distintas, hasta que halló a un muchacho que le dio un abrigo y le ayudó a encontrar camiones para transporte. Sin embargo, la policía le encontró varias veces y le pegaron palizas, hasta el punto de que tuvo que ir al hospital donde una mujer le protegió en la consulta para que no lo devolvieran a Agadir.

Después de estos intentos fracasados y dolorosos tomó la decisión de echarse al mar y cruzar nadando, primero con otros chicos y al final solo. Pero después de estar toda la noche en el mar y viendo que peligraba su vida sin conseguirlo, desistió y regresó a tierra.

Tuvo suerte de llegar a Melilla donde fue ingresado en un centro para menores ya que llevaba la Carta Nacional Marroquí. Las condiciones eran muy malas en el lugar y coincidiendo con la pandemia COVID19 se marchó con otros chicos y empezó a trabajar, se construyó una chabola de madera y consiguió una cama. Empezó a trabajar y con la ayuda de otras personas marroquís pudo salir adelante.

Uno de los días que estuvo en Melilla llegó un barco con muchos camiones, uno de ellos era del supermercado DIA. Aprovechó para esconderse con la comida bajo el camión y los perros no le detectaron porque olía mal de vivir en la calle. Así fue como llegó a la península.

Cruz Roja le ayudó en Málaga y lo llevaron al hospital para hacerle la puerta de determinación de edad, al revisar la carta nacional le ingresaron en un centro de menores de Torremolinos, entregando su documentación. Pero también se marchó de ese centro que no le gustaba y un hombre le pagó un pasaje para Bilbao y desde allí se traslado a Santander.

En Santander estuvo en un centro donde tiene muy malos recuerdos de la directora, la cual llegó a insultarle llegando Ayoub a tener que grabar las conversaciones en audio y video. Esta mujer pidió la prueba de determinación que decretó que el joven tenía 21 años cuando, en realidad, tenía 16. Lo expulsaron del centro y encontró transporte hasta Sevilla donde primer estuvo en Las Cabezas de San Juan y luego en Alcalá (ambos centros de la Fundación SAMU). En este último centro se presentó la policía con el decreto de mayoría de edad, pero el director del centro peleó la situación jurídica hasta localizar la carta nacional y la documentación original del menor en Marruecos, estando Ayoub en el DISL Alcalá más de un año hasta que se consiguió regularizar su situación como persona menor de edad no acompañada en España.

Días antes de cumplir la mayoría de edad fue derivado a un recurso de mayoría de edad también de la Fundación SAMU donde se recuperó toda su documentación y se consiguió la revocación del decreto regularizado completamente su situación.

En la actualidad se encuentra en búsqueda activa de empleo para continuar avanzando en su futuro.

No se “arrepiente” de haber emigrado, pero no quisiera que sus seres queridos pasaran por este proceso tan duro. El lo ha hecho para poder enviar dinero dignamente a su familia sin recurrir a la delincuencia.

Hecha mucho de menos a su familia, especialmente a su madre. Pero quiere prosperar para ayudarla y ofrecerse mejor vida a él mismo y su familia cuando pueda regresar, aunque sea de vacaciones.