AMADOU SADIO BAH

Amadou nació en Geckcdon en Guinea Conakry en el mismo lugar de donde proceden sus padres y hermanos y también el resto de los miembros importantes de su familia.

De su infancia tiene bonitos recursos mientras jugaba en la calle con sus amigos y primos y también de las fiestas en el pueblo. Las que más le gustaban era Ramadam, Eid Al Adha y Al Fitr.

También le gustaba mucho jugar al fútbol con sus amigos, afición que sigue conservando en la actualidad.

Aunque Amadou estuvo estudiando en su país recuerda que para él no eran fáciles, y más difícil era todavía llegar a la escuela en cuyo trayecto tardaba casi dos horas en llegar y otras tantas en volver y siempre en chanclas, motivo por el cuál la abandonó.

Su padre era agricultor y con el trabajaba en el campo, pero lamentablemente unas circunstancias muy trágicas hicieron que perdiera la vida y esto supuso el hito del inicio del proyecto migratorio de Amadou.

El joven decide emigrar para poder vivir dignamente y ayudar a su familia y comienza una ruta migratoria que le lleva por muchos países donde vive muchas experiencias, algunas de ellas no muy positivas.

Empezó pasando por Mali un país que está en guerra civil, después consiguió llegar a Argelia y allí estuvo cuatro meses como ayudante de albañil para poder seguir su camino a través de Marruecos. En este país estuvo en Casablanca y Tánger donde llegó a trabajar en las rutas de tráfico ilegal de personas.

Las duras condiciones de trabajo durante ese tiempo hasta conseguir llegar a España han complicado, además, una enfermedad crónica que tiene en su sistema óseo y que le obliga a vivir con dolores constantes.

Amadou ha vivido también la experiencia de ser engañado y robado en su dinero que pagó junto a otros jóvenes para cruzar el estrecho en una embarcación patera, ya que se quedaron con el dinero y no los dejaron subir. Más tarde, junto a cuatro amigos juntaron más dinero y compraron un pequeño bote para cruzar remando hasta Algeciras, en alta mar, afortunadamente, fueron rescatados por Salvamento Marítimo. En ese momento, uno de los chicos ya había perdido el conocimiento.

Ingresó en el DISL Alcalá de la Fundación SAMU y allí permaneció hasta su mayoría de edad que pasó a un recurso JEM (pisos para mayores de edad extutelados) de la misma Fundación. El joven se siente muy agradecido a todos los profesionales que le han ayudado en este proceso y que han hecho posible que esté documentado, que haya adquirido formación y que recientemente haya firmado un contrato de trabajo.

Sigue queriendo crecer académicamente y profesionalmente para adquirir una posición estable que le permita volver a su madre y hermana en Guinea, ya que hace casi seis años que no ve a su familia.