Hogar San Lázaro SAMU Tenerife

Abre en Tenerife SAMU Hogar San Lázaro

Fundación SAMU SAMU ha puesto en marcha SAMU Hogar San Lázaro, un centro situado en Santa Cruz de Tenerife que aplica un nuevo modelo asistencial para la salud mental, con el aval de SAMU y de SAMU Wellness. Este espacio tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y/o trastorno mental y sus familias por medio de una atención integral personalizada.

La residencia Hogar San Lázaro, situada en el barrio de Villa Ascensión, ha funcionado durante los últimos cinco años como centro destinado a las personas con discapacidad psíquica y bajo la gestión de una empresa familiar. Tras el cese de la actividad de la empresa, que dejó en situación complicada a los 16 residentes del centro, Fundación SAMU ha tomado la decisión de poner en marcha este proyecto con una nueva filosofía de trabajo.

SAMU Hogar San Lázaro adopta ahora la tipología de hogar funcional para el alojamiento de usuarios dependientes con discapacidad intelectual y/o trastorno mental, explica Maribel Álvarez Leiva, subdirectora de SAMU Wellness.

Su cartera de servicios está dirigida a usuarios de gran autonomía que precisan de ayuda, control y supervisión en el desarrollo de las actividades de la vida diaria (alimentación, higiene, tratamiento y desarrollo personal) pero que no pueden ser atendidos por sus familias o tutores.
La estructura personal básica del nuevo centro consta de cuatro profesionales de atención directa y un encargado de la coordinación general y servicios generales. Tras la reforma acometida en octubre, este recurso ya está operativo.

Siham Khalifa El Abdi – SAMU Dúrcal

El abismo de los 18

La indefensión (aprendida) es un estado psicológico que se manifiesta cuando una persona comienza a sentir que es incapaz de modificar alguna situación o estado mediante sus conductas. Nuestra conducta no influye en el resultado obtenido. Éste es el estado en el que se encuentran muchos jóvenes migrantes tutelados en la antesala de su mayoría de edad. Uno de los principales interrogantes el día de su 18 cumpleaños es: “¿y ahora qué?”.

En el tiempo que los menores permanecen acogidos en un centro, independientemente de la tipología de éste, interiorizan los objetivos mínimos e imprescindibles que deben conseguir para que su integración sea posible: el aprendizaje del idioma, recibir formación reglada y no reglada, la gestión de su documentación y la motivación por una inserción laboral temprana.

La mayoría de los jóvenes muestran una alta motivación y se esfuerza diariamente para conseguir cumplir el objetivo principal de su proyecto migratorio: la inserción laboral. Con apenas 16 ó 17 años deben tener claro su proyecto de vida, y trabajar para conseguirlo.

En este proceso cuentan con el amparo de la Ley de Protección a la Infancia, protección que prescribe el día que alcanzan su mayoría de edad. Para entonces, se espera que estos jóvenes hayan conseguido los mencionados objetivos que permitirán su integración.

En un contexto social general donde la edad de emancipación y la plena autonomía de la juventud se han visto retrasadas por diversos factores, fundamentalmente por las dificultades para conseguir un primer empleo y que éste sea capaz de dotar a la persona de manutención y vivienda, los jóvenes migrantes se enfrentan a una situación de gran dificultad tras abandonar el sistema de protección.

Cumplir 18 años no es un motivo de alegría para los jóvenes que, estando bajo la tutela de la Junta de Andalucía durante su minoría de edad, conocen los profundos cambios a los que se van a enfrentan a partir de este momento.

La indefensión aparece cuando uno de estos chicos se esfuerza al máximo para aprender el idioma, se forma, no sin dificultades —la mayoría no cuenta a su llegada con un nivel de formación adecuada a su edad—, aprovecha los recursos que les ofrecen las diferentes entidades trabajan con estos menores, y, a pesar de todo ello, no siente un mínimo de seguridad de que su buena actitud y esfuerzo le garantice la integración.

Ellos no tienen ningún poder de control sobre la gestión de su documentación, que, en algunos casos, se dilata tanto, que llegan a cumplir la mayoría de edad sin haber conseguido el pasaporte de su país de origen. Su educación depende de factores que van más allá de sus ganas de aprender y formarse.
Si bien es cierto que el trabajo y el esfuerzo constante conceden mejores resultados, la realidad de estos jóvenes es que para ellos su futuro no depende de una cuestión matemática, sino de la suerte.
Debes tener suerte y cumplir la mayoría de edad cuando haya plazas disponibles en un recurso de emancipación que te garantice la posibilidad de dar continuidad a tus logros.

Los principales factores que podrían explicar las dificultades en los procesos de transición son: bajos niveles académicos, abandono prematuro de los estudios, y falta de aspiraciones y expectativas.
En la inmensa mayoría de los casos estos jóvenes cuentan con pobres entornos sociales y escaso apoyo social. De un día para otro, se encuentran con una situación administrativa inestable y escasos recursos para afrontar la transición a una vida adulta, viviendo un estado de incertidumbre permanente.
No sólo se enfrentan a la falta de recursos, también a un cambio en el régimen jurídico que afectará a todos los ámbitos de su vida, pasando de la protección por su condición de menor, a la normativa de extranjería donde su condición migratoria pesa con toda su fuerza. Son, a su salida del sistema de protección, personas extranjeras a todos sus efectos.

Nos enfrentamos a una etapa complicada en la que deben seguir formándose, regularizar su situación administrativa, acceder a un empleo y mantenerlo (porque de ello va a depender su continuidad en el país), gestionar adecuadamente su economía, construir su red social de apoyo y construir una historia de vida en la que sepan combinar pasado y presente.

Urge la necesidad de buscar respuestas eficaces que garanticen el pleno desarrollo de la autonomía e inclusión en la transición a la vida adulta de estos jóvenes. Y urge la necesidad de habilitar más plazas en programas específicos orientados a jóvenes extutelados, donde puedan dar continuidad a sus proyectos y a sus sueños.

Autora: Siham Khalifa El Abdi – SAMU Dúrcal

RECEP Campo de Gibraltar: el primer abrazo

Nuestro centro de recepción del Campo de Gibraltar (RECEP) ha llegado en septiembre a la cifra de 3500 menores atendidos. Desde nuestra apertura en octubre de 2018, y sin haber llegado al año de actividad, este recurso se ha convertido en el primer apoyo de estas 3500 personas que llegan a nuestro país en precarias condiciones tanto de salud como psicológicas.

RECEP Campo de Gibraltar es el centro de referencia en la provincia de Cádiz. Desde allí se recibe a todos los menores extranjeros no acompañados (Menas) que entran en nuestras costas. Es el primer eslabón de todo el entramado de centros por el que un menor pasa desde su llegada hasta su salida del servicio de protección de menores, al cumplir la mayoría de edad.

Desde este centro se les ofrece una atención integral para cubrir todas sus necesidades, sobre todo médicas y psicológicas, que tienen al llegar a España, fruto de las condiciones de viaje con el que dan comienzo a su proyecto migratorio.

Desde el RECEP se les atiende con humanidad y dignidad para cubrir esas carencias físicas, psicológicas, emocionales, sociales, lingüísticas y culturales.

Para los responsables de este centro, es una satisfacción ver a menores que han llegado al centro y, tras pasar por el proceso de estudio y diagnóstico, actualmente se encuentran escolarizados en cursos de formación y son parte de los centros de inserción sociolaboral de la Fundación SAMU.

Fundación SAMU es líder en España en la atención de Menores Extranjeros No Acompañados (MENA). En la actualidad gestionamos más de 30 centros en todo el país.

La Feria de la inclusión

Las Cabezas de San Juan (Sevilla) celebró su feria en la segunda semana de septiembre y, como cada año, los vecinos de este municipio se engalanaron para disfrutar de un espacio de encuentro, gastronomía, diversión y cultura.

El centro de estudio y diagnóstico Las Cabezas, gestionado por Fundación SAMU, se sumó a esta festividad e hizo partícipes a los menores que residen en este recurso. Durante el fin de semana, los menores visitaron la Feria, siempre bajo supervisión de los trabajadores de la Fundación SAMU. Además, se trasladó un poco de esa esencia ferial al propio centro, decorando zonas comunes y preparando música y comida propia de la fiesta.

Para los menores que visitaron el pueblo, en su mayoría procedentes de Marruecos, aunque también de otros países como Guinea, Bangladesh y Mali, fue un privilegio vivir estos días festivos. Pudieron disfrutar de las atracciones de la feria y de la alegría de los cabecenses en las distintas casetas del recinto.

Algunos de estos chicos llevan ya tiempo en el centro. Realizan salidas diarias por el pueblo y tienen amistades entre los vecinos de la localidad con las que pudieron compartir estas fiestas.

Los menores que no pudieron asistir al pueblo colaboraron en el diseño de los elementos decorativos del centro. Convirtieron el comedor en una auténtica caseta de feria. Fue en este espacio del centro donde se concentró la mayoría de las actividades de la fiesta, con bailes de sevillanas y la degustación de platos típicos. Todos estos platos fueron elaborados por el fantástico equipo de cocina del Catering Ilevel Media, empresa que colabora con la Fundación SAMU.

“La mayoría de estos chicos no han tenido una vida fácil. Algunos han crecido entre guerras. Otros, tuvieron que dejar sus estudios para trabajar y así ayudar a sus familias. Y eso sin contar con su travesía migratoria, que, en alguno de los casos, ha llegado a durar años, dejando atrás a familiares, amistades y su propia infancia. Cuando desde el equipo de SAMU Las Cabezas proponemos este tipo de acciones, tenemos dos objetivos claros. En primer lugar, una faceta lúdica y de diversión. Y, en segundo lugar, una faceta de aprendizaje social y personal, incentivando la participación de los diferentes recursos disponibles de la localidad”, explica Manuel Ramos, educador del Centro ED Las Cabezas de SAMU.

Este tipo de eventos son una parte muy importante dentro de los diferentes procesos migratorios de los menores. Sirven de nexo de unión en la intermediación de las costumbres y tradiciones propias y ajenas, y fomentan así la inclusión real de estos chicos y su adaptación al lugar de acogida.

Un artículo del Equipo educativo ED Las Cabezas

Visita consejera de Igualdad a ISL Polancos SAMU

Del Parlamento al centro de menas

El centro de menores extranjeros no acompañados (menas) que gestiona Fundación SAMU en el sevillano barrio de la Macarena, ISL Polancos, recibió el 17 de septiembre a una comitiva muy especial: la formada por la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz, los diputados de la comisión sobre políticas de protección de la Infancia del Parlamento andaluz, y el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu. En total, sumaban alrededor de 20 personas que recorrieron el edificio durante unas dos horas.

La visita estaba programada en la agenda del Parlamento con el objetivo de conocer más a fondo las instalaciones y el funcionamiento de este espacio. En esta “casa”, porque parece una casa familiar y funciona como tal, reside una veintena de jóvenes. Cuando, entrada la tarde, llegaron los políticos, ellos se distribuían en dos de sus clases cotidianas: la de español y la de orientación para la búsqueda de empleo.

Este edificio de acogida e integración para menas es de titularidad de la Junta de Andalucía y está gestionado por Fundación SAMU. La Administración organizó la visita de la comisión parlamentaria de Infancia para que los diputados de todo el arco político tuvieran la oportunidad de “superar el prejuicio de asociar inmigración con delincuencia” y cultivar “una política que no viva de los estereotipos”, en palabras de la consejera.

Ruiz se mostró encantada con el acondicionamiento de esta casa de tres plantas, con un gran salón central y azotea disfrutable, “que se podría haber alquilado y seguir ahondando en la turistificación de los barrios del centro” y, sin embargo, tiene “un uso social extraordinario”.

Tras un primer brote xenófobo de oposición a la apertura del centro, contrarrestado por una concentración solidaria de respaldo a los menas a la que acudieron unas 300 personas, la situación se ha normalizado por completo. Los jóvenes están perfectamente integrados en el barrio. No ha vuelto a haber protestas en contra. Los responsables del centro aseguran que no se ha registrado ninguna incidencia. Ninguna queja vecinal.

Los menores inmigrantes que viven en la Macarena, como en otros centros, no están en situación irregular, puesto que el sistema de protección de menores de la Junta de Andalucía no discrimina entre personas españolas y extranjeras: todos ellos son menores. Los menas están bajo tutela y amparo del Gobierno andaluz hasta los 18 años, aunque su situación al cumplir esa edad se complica, tal y como constataron los responsables de SAMU y de la propia Consejería.

Muchos de ellos aún no tienen documentación de sus países debido a que las dificultades burocráticas con los países de origen cada vez son mayores. En casos como el de Marruecos, se demoran hasta un año. La tramitación de documentos se ha ralentizado porque han proliferado las denuncias por falsificaciones (adultos que se hacen pasar por menores para evitar ser devueltos en caliente) y la verificación es más exhaustiva.

Carlos González de Escalada, director general de SAMU, que recibió a la comitiva parlamentaria, explicó que el gran reto en la tutela de estos jóvenes es conseguir su inserción laboral. “Su compromiso con el trabajo es extraordinario. Son extremadamente responsables porque no entienden su proyecto migratorio sin trabajar y generar recursos para enviar a sus hogares. Gestionamos muchos acuerdos con empresas para que puedan realizar prácticas, y quienes cuentan con ellos siempre están muy satisfechos. Están tan motivados que superan cualquier expectativa”, relató González de Escalada.

Hay trabas como el idioma o la carencia de vínculos familiares. “Tenemos que trabajar desde todos los ámbitos para crear una sociedad de acogida real”, coincidieron los presentes. El Defensor del Pueblo Andaluz se sumó a la convocatoria de la consejera y a esta reivindicación.

Maeztu avanzó que está promoviendo una iniciativa en defensa de la integración de los menas en un encuentro de los Defensores del Pueblo en todas las comunidades que se celebrará este mes. Buscará una declaración institucional consensuada que fije la responsabilidad de cada Administración en el asunto de los menores inmigrantes.

El número de ingresos de menores extranjeros no acompañados en el primer cuatrimestre de 2019 se ha incrementó en más de un 60% en relación al mismo periodo de 2018 (hasta 1.257). Entre enero de 2015 y mayo de 2019 han sido atendidos en la comunidad autónoma 15.693 menores, de los que solo 83 han tenido medidas judiciales de internamiento por comisión de algún delito, es decir, el 0,52%. En España hay más de 12.300 menas, según el Ministerio de Interior.

La tutela de los niños es de las comunidades, que no pueden impedir que los menores se desplacen de unas a otras o que abandonen España.

El centro de la Macarena gestionado por Fundación SAMU, con 25 plazas, forma parte de las nuevas 1.200 plazas habilitadas por la Junta para la atención de menores extranjeros no acompañados antes del verano.

música samu menas

El poder de un par de ‘derbukas’

Es fin de semana. La tarde se presenta fresca y tranquila en este pequeño y encantador pueblo de la Sierra de Aracena (Huelva). Los menores del ISL Corteconcepción (centro de inserción social y laboral) salen a pasear y a disfrutar de la calma que regala las calles de esta localidad, la cual les ha acogido con todo el respeto y familiaridad que se merecen nuestros chicos, esa familiaridad que les ayuda a acercarse, un poco más, a sus lugares de origen y les hace sentir menos lejos de sus familias y su cultura.

Para el desarrollo de las actividades del turno de tarde, una de las educadoras ha traído un par de derbukas, instrumento de percusión de origen árabe, usado en todo el Oriente Próximo y el Magreb. Para nuestra sorpresa, hay algunos chicos en el grupo que saben tocar con destreza este instrumento. Los menores comienzan a hacerlos sonar con timidez. El resto del grupo observa entusiasmado. Poco después, comienzan a relajarse y sentirse más confiados para expresar lo que sienten al escuchar los ritmos de su tierra. Finalmente, se da lo inevitable, la alegría de compartir: los chicos comienzan a bailar.

Desde una visión de intervención integradora y terapéutica, en el ISL Corteconcepción trabajamos con la firme convicción de que la música es un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje y movilización de nuestro menores. Usamos la música como una herramienta, un canal hacia la libertad y el empoderamiento que nuestros chicos necesitan, ahora más que nunca, por estar viviendo una situación personal complicada y muy dura al estar lejos de sus familiares y su cultura. Nuestro equipo educativo, tiene la firme convicción de que la música es un vehículo que ayuda a mejorar el estado de ánimo de los menores y la expresión de sentimientos, así como favorecer el desarrollo emocional y afectivo de nuestros chicos.

Música que sana, que cura, que une.

Autora: Aurora Carrasco. Jefa de Unidad ISL Corteconcepción (Huelva)

COISL Motril SAMU

COISL Motril: Cruzar la puerta del mercado laboral

Coincidiendo con el periodo de vacaciones, en el Centro de Orientación e Inserción Sociolaboral SAMU de Motril hemos intensificado nuestro trabajo para fomentar la inserción laboral de los chicos mediante la realización de prácticas formativas. Hemos contactado con numerosas empresas de la zona para conseguir establecer convenios de colaboración que permitan a nuestros chicos tomar contacto con el mundo laboral y formarse desde dentro de la empresa en aquellos sectores que son más acordes con sus características y preferencias.

Este tipo de prácticas abren una puerta hacia el mundo del trabajo ya que permiten a los chicos formarse en un puesto determinado y mostrar su valía y sus ganas. Además, son muchos los casos en los que los menores son contratados en las empresas tras finalizar un periodo de prácticas formativas ya que las empresas suelen quedar bastante satisfechos con su labor.

En el COISL SAMU de Motril contamos con un total de 45 convenios de colaboración con distintas empresas de la costa tropical de Granada. Eso nos ha facilitado que actualmente 14 de nuestros menores realicen prácticas formativos y que cinco estén contratados en varias empresas. De las 22 plazas del centro, 19 de nuestros chicos se encuentran disfrutando de una experiencia formativa o un contrato laboral que será clave para su futuro.

Colaboran con este proyecto Lirola Ingeniería y Obras, Comercializaciones Cultivos del Levante, Motrileña de Climatización, Mas ke Pizza, Hamburguesería Cómeme, Frutas Tejerina, Distribuidora Moronsan, Productos Jema, SCA, Factory Electrodomésticos, Restaurante La Ballena Azul, Restaurante Katena, Agrocereales G&A, World Vypmar y Peluquería Alandalus.

 

Autora: Carmen Calles Molina. Orientadora laboral de COISL SAMU Motril

carta de un menor samu

Carta de un menor: Paso a paso hacia el futuro

Yo vivía en Marruecos. Allí nací, estudié y trabajé para ayudar a mis padres con los gastos del hogar. Un día pensé: “¿Por qué sigo viviendo en la mentira? Aquí en mi país no llegaré a nada”. Lo pensé durante meses. Y decidí emigrar.

Mientras cruzaba el Estrecho en patera pensaba si llegaría a tocar tierra o si mis sueños se verían truncados en el mar. Pasé mucho miedo. Todos en la patera pasamos mucho miedo. Sólo me mantenía cuerdo la idea de llegar y tener un futuro que me permitiera ayudar a mi familia.

La llegada a España no fue como esperaba. Creo que no lo fue para nadie. Pasé por muchos centros: Arcos, Bornos, Marchena, Málaga… Hasta llegar a Guillena. Aquello no me gustaba. No quería estar allí, pero poco a poco los chicos y los educadores y educadoras que allí estaban conquistaron mi corazón.
Después de Guillena llegó Pino Grande, donde veía cada vez más lejos mis planes de futuro. Un buen día nos trasladaron al centro de Valencina y poco a poco la situación fue mejorando. Pude ver cómo todas las piezas se iban moviendo y encaminando hacia lo que yo quería: formación y trabajo para labrarme una vida aquí en España.

Hoy uno de mis sueños se ha hecho realidad. Estoy en otro país. Ahora estoy tratando de lograr mi segundo sueño: trabajar y tener un buen futuro.

Un día la directora del centro de SAMU me llamó y me comunicó que tenía una oportunidad. Me sorprendió mucho ser la persona elegida entre todos mis compañeros. Estoy muy contento y feliz. Me ofrecieron la oportunidad de hacer prácticas en una empresa, lo que me abriría puertas.
El primer día estaba nervioso y ansioso a la vez. Me acompañó una educadora que me ayudó con los papeles y con toda la información (horarios, autobuses…) que me proporcionaron.

Ahora me levanto todos los días a las 5:30 de la mañana para poder estar en mis prácticas a las 7:30, y allí permanezco hasta las dos de la tarde. Los trayectos los hago en autobús. El primer día iba un poco asustado. Tenía que coger varios y no sabía si llegaría a mi hora. Ahora voy tranquilo, me siento muy bien haciendo las labores que me mandan. Estoy aprendiendo mucho. Mi jefe es una buena persona y me siento acogido por todos mis compañeros y compañeras de trabajo. Siento que esto es un pasito más que me acerca a mi sueño.

Le agradezco a mi centro, a mis educadores y, sobre todo, a Fundación SAMU que han hecho y hacen lo imposible para que yo tenga un buen futuro. Doy las gracias por ello, a ellos y a todas las organizaciones que luchan porque los chicos como yo tenga una vida mejor.

menas alcalá

Cuando Abdoulaye se quitó el gorro

Abdoulaye. Así se llama un chico senegalés de 17 años del ISL Alcalá y ésta es su historia. Hijo único y huérfano de padre, tuvo que ayudar a su madre en tareas domésticas y laborales para ingresar algo de dinero en su casa. Trabajaba como comerciante con su madre y además como taxista con su moto. Un contexto ya difícil que, además, se vería marcado por la mala suerte en forma de un aparatoso accidente de tráfico. Las consecuencias sobre el joven fueron tan graves que le provocan la pérdida de la visión de un ojo y una deformación craneal que no mejoró tras la cirugía. Tras este varapalo, y después de recuperar fuerzas, Abdoulaye decide cruzar el Estrecho con un objetivo claro: ayudar a su madre e intentar buscar una solución médica para su problema.

Antes de llegar al ISL Alcalá, su periplo fue largo. Buscó un contacto en su país de origen para conseguir llegar a Tánger, desde donde cruzó la frontera a bordo de un camión. Al llegar a Cádiz, un paisano le llevó en coche hasta Sevilla, donde pasó doce días viviendo en la calle hasta que un vecino se percató de su situación y llamó a la policía, que le trasladó a un centro de acogida de Carmona y, posteriormente, al ISL Alcalá, gestionado por Fundación SAMU.

A su llegada al centro se mostró dubitativo pero tranquilo, con su cabeza cubierta por un gorro que no se quitaba nunca. A pesar de sus circunstancias se mostraba activo y no temía relacionarse. Abdoulaye, finalmente, consiguió mostrar su personalidad sin problemas ni tapujos. Rápidamente se ganó el cariño y respeto de sus compañeros ayudando a todo el mundo, participando en las actividades y siendo responsable con su entorno.

Todo iba bien hasta que observamos que el joven no realizaba salidas autónomas del centro. Esa particularidad física frenaba sus ganas, pero no su personalidad, porque acudió al equipo educativo del centro para exponer su frustración, la que era su barrera para seguir creciendo.

Desde el equipo se le escuchó, se le proporcionaron herramientas y se le motivó para que siguiera avanzando en su proceso migratorio y vital, porque otro dato importante es que el joven Abdoulaye nunca ha estado escolarizado, aunque cualquiera lo diría por su interés en aprender, su atención y su esfuerzo diario para aprender el idioma y progresar.

Un día, Abdoulaye se llenó de fuerzas, de energía, de autoestima e hizo lo que todos estábamos esperando: pidió su tarjeta de salida y se fue a dar un paseo, rompiendo así la barrera de la observación externa, de las miradas, de los comentarios, de todo aquello que puede frenar a una persona a alcanzar sus objetivos diarios y vitales.

Así pues, Abdoulaye ahora afronta con una visión distinta su presente, su futuro y sus procesos migratorio y de vida. Sin olvidar sus objetivos. Cuidándose. Y, de vez en cuando, quitándose el gorro.

menas castillo de las guardas

Los nuevos vecinos de El Castillo de las Guardas

El Castillo de las Guardas (Sevilla) se caracteriza por ser un pueblo pequeño en cuanto a su número de habitantes pero grande por su hospitalidad. El vecindario de esta localidad ha abierto sus corazones para dar la bienvenida a los menores del centro. Son muchas las personas que nos dicen que han vuelto a dar vida al pueblo y es que estos menores llenan las calles de risas, de colores y de saludos allá por donde caminan. Los ojos curiosos miran desde las puertas de sus casas o desde las terrazas de los bares y se contentan cuando ellos les responden con un “buenas tardes”. Menores del pueblo ya saben sus nombres, y se les refleja alegría en sus caras cuando se cruzan con nuestros chicos en la calle.

Después de dos meses viviendo en esta localidad, los menores ya conocen sus rincones más bellos, sus gentes y sus vistas. Cada tarde es un momento de descubrimiento, de hacer nuevas amistades y de compartir juegos y risas. La pista de fútbol se ha convertido en el lugar favorito para ello y ahora se ve más llena de vida. Entran con soltura en la panadería y en el quiosco donde compran sus chucherías. Esto es lo positivo de vivir en el pueblo: la comunicación, la cercanía que transmite, sus oportunidades formativas y laborales, el buen ambiente y sus paisajes.

En El Castillo de las Guardas prima la comunicación entre sus habitantes y los menores ya han aprendido que es parte fundamental para convivir y conectar en esta localidad. Ellos se hacen conocer y querer. Sus ganas de aprender el idioma y la cultura, de trabajar y de ayudar a los demás los hace grandes. Tienen muchas iniciativas y siempre están dispuestos a colaborar en cualquier actividad. Muestran cariño y respeto por las personas más adultas y no tan adultas. Todas estas situaciones nos provocan un enorme orgullo a todas las personas que formamos parte del equipo de SAMU de El Castillo de las Guardas.

Nuestro reto sigue siendo conseguir una integración plena y acompañarles en sus proyectos de futuro, trabajando en el impulso y en el ánimo para alcanzar metas que a veces parecen demasiado lejanas, y contando con la colaboración del vecindario. Pero, sin duda alguna, el protagonismo lo tienen ellos y juntos lo estamos consiguiendo. Toca avanzar y transformar.